Gracias por tu clara y necesaria precisión y respuesta que haces a lo que afirma Miro Quesada, Director del Comercio: "la trampa de Miró Quesada: el nacionalismo latinoamericano no es el obstáculo a un gobierno democrático mundial, lo es el neoliberalismo y el imperialismo" .
Es a otra globalización e internacionalismo a la que nosotros nos referimos. Nos referimos a la unión de los pueblos, de las naciones, de la humanidad toda, al respeto y al nacionalismo pluricultural, convivencia de naciones abiertas al desarrollo de los pueblos, con otros paradigmas al dinero y al poder de las corporaciones internacionales, porque no hay liberación nacional con naciones divididas sin liberación de todos, de todos los pueblos sojuzgados por el internacionalismo del dinero y de la hipocresía y falsa democracia burguesa.
Es un nacionalismo dentro de la globalización e internacionalismo de la solidaridad, la del imperio de los derechos sociales, culturales, económicos, humanos de todos, especialmente de los pueblos y naciones oprimidos, de los hambrientos, de los que tienen sed de justicia, derecho a una educación liberadora multidimensional integral, a ser realmente personas humanas, y no como piezas o acciones de papel de un ajedrez de reyes o reinas contra peones.
Estamos a favor de naciones verdaderamente libres y solidarias con la construcción de la Patria Grande e integración latinoamericana y mundial de los pueblos, en una globalización de los sueños de libertad y bienestar, de salud y de alegría, y del amor, sin patrones ni nuevos reyes o monarcas empresariales. Tienes toda la razón al decirnos que es el neoliberalismo y capitalismos el verdadero obstáculo a la justicia, a la fraternidad y a la paz.
¿Quienes son los que se adueñan de las riquezas de la tierra para unos pocos, y se arman con bases militares, persecución, cárcel y asesinatos de gente buena, luchadora, cuya lista de mártires es inmensa en toda America Latina y el mundo? Esto hay que denunciarlo permanentemente.
Muy bien señalas que acaso: “¿Es posible la unidad en condiciones justas con un modelo económico y político que desnacionaliza y desdemocratiza a los países periféricos, no para crear una "aldea global" sino para garantizar mayores ganancias al gran capital?
Conclusión:
Tenemos que superar la enfermedad de las agresiones, descalificaciones y agravios dentro de los que estamos por el cambio social que lo que único que logran es mostrar sus limitaciones y su propia descalificació n y miseria personal, obstaculizar la unidad que se construye con tanto esfuerzo, sin tener miedo ni huir de la critica necesaria y autocrítica permanente y sincera. La vigilancia ciudadana es absolutamente necesaria para evitar caer en errores o en abusos antidemocráticos, repito, con altura y razonamiento, teniendo en cuenta que nunca será posible contentar a todos, y seguir haciendo el trabajo de una mayor incorporación a todo nivel y bajo diversas modalidades de los que hasta el momento no lo han hecho.
Tenemos que seguir construyendo con el pueblo y con todas las fuerzas de izquierda democrática –no sectarias ni dogmáticas que se crean posesionarías de la verdad única- alternativas verdaderamente solidarias, humanistas y participatorias para no caer en la ilusión de otros en “intentar darle un rostro humano al capitalismo” sino para combatirlo, desnudarle su hipocresía, y con un nuevo proyecto de organización social de la Nación y del Estado, cambiarlo radicalmente por nuevas estructuras culturales y económicas de apropiación de y distribución de las riqueza que son de todos en el contexto Latinoamericano y mundial.
José Rouillon Delgado
Es a otra globalización e internacionalismo a la que nosotros nos referimos. Nos referimos a la unión de los pueblos, de las naciones, de la humanidad toda, al respeto y al nacionalismo pluricultural, convivencia de naciones abiertas al desarrollo de los pueblos, con otros paradigmas al dinero y al poder de las corporaciones internacionales, porque no hay liberación nacional con naciones divididas sin liberación de todos, de todos los pueblos sojuzgados por el internacionalismo del dinero y de la hipocresía y falsa democracia burguesa.
Es un nacionalismo dentro de la globalización e internacionalismo de la solidaridad, la del imperio de los derechos sociales, culturales, económicos, humanos de todos, especialmente de los pueblos y naciones oprimidos, de los hambrientos, de los que tienen sed de justicia, derecho a una educación liberadora multidimensional integral, a ser realmente personas humanas, y no como piezas o acciones de papel de un ajedrez de reyes o reinas contra peones.
Estamos a favor de naciones verdaderamente libres y solidarias con la construcción de la Patria Grande e integración latinoamericana y mundial de los pueblos, en una globalización de los sueños de libertad y bienestar, de salud y de alegría, y del amor, sin patrones ni nuevos reyes o monarcas empresariales. Tienes toda la razón al decirnos que es el neoliberalismo y capitalismos el verdadero obstáculo a la justicia, a la fraternidad y a la paz.
¿Quienes son los que se adueñan de las riquezas de la tierra para unos pocos, y se arman con bases militares, persecución, cárcel y asesinatos de gente buena, luchadora, cuya lista de mártires es inmensa en toda America Latina y el mundo? Esto hay que denunciarlo permanentemente.
Muy bien señalas que acaso: “¿Es posible la unidad en condiciones justas con un modelo económico y político que desnacionaliza y desdemocratiza a los países periféricos, no para crear una "aldea global" sino para garantizar mayores ganancias al gran capital?
Conclusión:
Tenemos que superar la enfermedad de las agresiones, descalificaciones y agravios dentro de los que estamos por el cambio social que lo que único que logran es mostrar sus limitaciones y su propia descalificació n y miseria personal, obstaculizar la unidad que se construye con tanto esfuerzo, sin tener miedo ni huir de la critica necesaria y autocrítica permanente y sincera. La vigilancia ciudadana es absolutamente necesaria para evitar caer en errores o en abusos antidemocráticos, repito, con altura y razonamiento, teniendo en cuenta que nunca será posible contentar a todos, y seguir haciendo el trabajo de una mayor incorporación a todo nivel y bajo diversas modalidades de los que hasta el momento no lo han hecho.
Tenemos que seguir construyendo con el pueblo y con todas las fuerzas de izquierda democrática –no sectarias ni dogmáticas que se crean posesionarías de la verdad única- alternativas verdaderamente solidarias, humanistas y participatorias para no caer en la ilusión de otros en “intentar darle un rostro humano al capitalismo” sino para combatirlo, desnudarle su hipocresía, y con un nuevo proyecto de organización social de la Nación y del Estado, cambiarlo radicalmente por nuevas estructuras culturales y económicas de apropiación de y distribución de las riqueza que son de todos en el contexto Latinoamericano y mundial.
José Rouillon Delgado
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