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miércoles, 29 de octubre de 2014

INCIDENCIA POLÍTICA DE LA IZQUIERDA PERUANA (IV)


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POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
Analista Global
“La clase política peruana centralista y burocrática es incapaz de valorar que la mayoría de peruanos, conquistaron en las calles, un débil y pequeño espacio democrático, que imponía una actitud madura para reformar el Estado, y comenzar la larga tarea de democratización económica, política y moral de nuestra sociedad, para no seguir convirtiendo a nuestra historia del Perú en un eterno sabotaje a la verdad, festín de jugosos sueldos y acomodos burocráticos en el Estado, al servicio de una deuda externa técnicamente impagable y éticamente inmoral” (“Los frentes y partidos regionales” – Vespertino “Satélite” – Autor: Ubaldo Tejada Guerrero - Trujillo-Perú – 2/1/2,004) .
¿Qué ha sucedido en las últimas elecciones locales y regionales en el Perú el 2,014? Segundo Matta Colunche expresa que “Para la derecha peruana, es toda una tétrica fantasiosa de preocupación los resultados de los comicios regionales y locales del pasado 05 de octubre. No contentos con ello han cuestionado a líderes como Gregorio Santos de haber llevado a su región al último lugar de pobreza monetaria y más aun de haberse opuesto al megaproyecto minero Conga. Sentenciaron por adelantado al líder izquierdista y de respuesta recibieron el rechazo mayoritario de la población. Ha gritos reclaman cambios en la Ley de Partidos Políticos y desaparición de Movimientos Regionales y locales. ¿Qué culpa tiene los pueblos del Perú profundo la debacle y miseria ideológica y política de los partidos tradicionales?
El Congreso de la República acaba de aprobar la no reelección de presidentes regionales y locales, no es otra cosa que frenar los avances de liderazgos regionales para salvar a las cúpulas centralistas de Lima, que pretenden dominar políticamente las estructuras organizadas de la regiones, quedando su papel final acabar con la regionalización y descentralización. No importa, al pueblo no podrán callarlo. Cajamarca ya dio el primer  paso”. (http://segundomattacolunche.blogspot.com/).
Lo sucedido en Cajamarca y el proyecto aurífero Conga el 5 de octubre en el Perú, expresa la defensa de valores y la forma de relacionarnos como seres humanos, el amor a nuestra madre tierra, defensa de una real sostenibilidad, y la sobrevivencia de las generaciones venideras. Ese el mérito del liderazgo de Gregorio Santos Guerrero, en la línea de lo multicultural y multiétnico, y la campaña de larga resistencia popular de las rondas campesinas.
En el Perú estamos a tiempo para evitar el crecimiento económico, en base a actividades extractivas e industrias que emplean energías sucias (carbón, petróleo, atómica, etc). De igual manera la deforestación para consumo de maderas, ampliación de la frontera agrícola, zonas mas vulnerables andinas, amazónicas y periferias urbanas.
A lo anterior podemos agregar: menor producción pesquera y agro exportadora por tropicalización del clima de la costa, el estrés hídrico, los conflictos por la contaminación de las fuentes de agua o la reducción de la producción agrícola y pecuaria por sequías, heladas o lluvias intensas.
La izquierda peruana, dentro de la plataforma de defensa del agro puede plantear:
-          Desarrollar alternativas al buen vivir, la sostenibilidad de la vida y la defensa de los bienes comunes que son de todos los peruanos, y de la madre tierra.
-          Reivindicar la cultura de vida de los pueblos indígenas, originarios y campesinos, y su cosmovisión en absoluta armonía con la naturaleza, como parte de la solución a la crisis climática.
-          Promover un modelo agropecuario indígena y campesino sostenible y orgánico, que mejore la calidad de vida en nuestro territorio, libre de agro tóxicos y transgénicos.
-          Acceder a la propiedad de la tierra, al agua, crédito, tecnología limpias que den valor agregado a nuestros productos y mercados nacionales  e internacionales.
-          Respetar a nuestra producción nativa; a nuestra decisión sobre lo que producimos y comemos.
-          Capacitar técnicamente para la adaptación al cambio climático y para el uso de  nuevas tecnologías e investigaciones. A favor de un desarrollo con buen vivir en nuestras comunidades.
-          Presencia igualitaria en todos los espacios de gobierno del país y de nuestros pueblos andinos y selváticos.
-          Acceder a la información y conocimientos para el efectivo uso y disfrute de nuestros derechos.
-          Acceder a los sistemas de salud, sin exclusión, no discriminación.
-          Oportunidades laborales para nuestros hijos e hijas en las áreas rurales, para evitar la migración forzada a las ciudades.
-          Usar del lenguaje inclusivo e intercultural en todos los espacios educativos yd e socialización.
-          Aprobar la ley de soberanía y seguridad alimentaria y nutricional.
-          Aprobar la ley Marco para el Cambio Climático (Proyecto de Ley Nº 3356/2003-CR) y políticas públicas con enfoques de género e interculturalidad, frente al cambio climático.
-          Cumplimir la ley de derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas (Convenio 169 de la OIT).
-          Rechazar las falsas soluciones al calentamiento global: “Mecanismos de Desarrollo Limpio” (MDL), “Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques” (REDD), “Agricultura climáticamente inteligente” (Agro combustibles, geoingeniería. Transgénicos, megaproyectos, hidroeléctricas, centrales nucleares, fractura hidráulicas “fracking”).
-          Promover prioritariamente y dar total y verdadero apoyo a la agricultura sostenible, que contribuye positivamente al equilibrio del carbono en nuestro planeta, incrementando la biodiversidad y recuperando la materia orgánica del suelo.
No podemos cerrar éste capítulo, con tres reflexiones: la primera: recordar que los peruanos como nunca, debemos estar atentos a la problemática nacional y debemos pedir respuestas, organizarnos, y fortalecer los nacientes frentes y partidos regionales, frente  a la crisis moral y social existente en el Perú, en la cual se desarrollarán las elecciones Presidenciales el 2,016 en el Perú, y que van a seguir contaminando la estructura del Estado Peruano.
La segunda: entender ciudadanía plena como docencia sobre la realidad nacional, lo cual constituye un elemento importante en la formación de un nuevo liderazgo político y de toda la comunidad peruana creyente en una nueva república. Los peruanos hacen camino al andar. El socialismo sigue vigente en Latinoamérica y el Caribe, sin calco, ni copia en cada país, lo demás es continuismo neoliberalismo, “capitalismo salvaje”.

La tercera: siempre tener presente que “Las experiencias de nuestros vecinos países latinoamericanos, están demostrando cuan difícil es comprender una tarea revolucionaria y lo que es mas, mantener en un nivel de profundización. Los medios cada vez mas perfeccionados del sistema capitalista, puede hacer virar retrógradamente todo un programa de liberación de los grupos marginados” (“América Latina, un solo camino: El Socialismo” – Autor: Ubaldo Tejada Guerrero - Diario “Expreso” – Lima-Perú – 6/11/1,975).

viernes, 24 de octubre de 2014

INCIDENCIA POLÍTICA DE LA IZQUIERDA PERUANA (III)

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POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
ANALISTA GLOBAL
Uno de las tareas claves pendientes de la izquierda peruana, después del golpe de Fujimori el 5 de abril de 1,992, es el retorno a una verdadera democracia, previa reforma constitucional, y salir de la Constitución neoliberal de 1,993, impuesta en dictadura; y que ha transitado hasta el año del 2,014, con la cual se está subastando el patrimonio nacional, la soberanía y la ciudadanía plena; se está destruyendo la descentralización, la regionalización, con el latrocinio mas grande de corrupción institucionalizada, narcotráfico, delincuencia y destrucción del Estado de derecho.
Es en este contexto en el cual hay que mirar la salida política y las elecciones 2,016 en el Perú. El desafío está en la construcción de políticas democráticas efectivas que mejoren la calidad de vida de la gente. No tanto se requiere una persona, un líder, un mesías, que resuelve todo. Se tiene que mirar el desarrollo al largo plazo, que debe resumirse en un Proyecto Nacional y una Nueva Constitución, con la mirada del Perú profundo costeño, serrano y selvático.
Los últimos paquetazos neoliberales, contra la defensa del medio ambiente, nos recuerdan que hemos asesinado y seguimos asesinando a nuestras etnias serranas y selváticas. Ellos tienen en derecho a vivir en aislamiento si lo desean, y a una inclusión que no exige la pérdida de su cultura de su identidad. Pero éste modelo neoliberal en el Perú es depredador contra nuestros hermanos, nos olvidamos que ellos tienen maneras propias de desarrollo territorial, que estamos matando juntamente con ellos.
¡Nueva Constitución! Esta es una de las banderas que la izquierda debe levantar en un frente muy amplio, en una nueva alianza, para diferenciarse de los partidos y movimientos neoliberales en el Perú. No hay otra opción, por ello desarrollaremos algunos criterios constitucionales, camino al proceso electoral presidencial y congresal 2,016, entendida como aspiración a una ciudadanía plena.
La patria grande de Latinoamérica y el Caribe, espera que los ciudadanos de ésta patria chica llamada Perú, ser llamados a refundar la política, construir una democracia con autoridad legítima, que requiere la participación de todos y de todas a través de un proceso constituyente para propiciar una nueva Constitución política para el Perú, para no volver al viejo centralismo limeño, para hacer posible una nueva legitimidad donde el pueblo soberano concrete las aspiraciones y defina las reglas y las instituciones necesarias para llevarlas a cabo.
La idea de fondo en éste momento que vive el Perú, es muy precisa. ¿Quién dirige el país?: ¿La voluntad democrática libremente expresada por los ciudadanos y ciudadanas del Perú o los intereses de transnacionales y grandes grupos de lobistas, que detentan los poderes básicos? Ésta es la decisión que debemos definir camino a las elecciones nacionales 2,016. No más FREDEMOS, con García, Toledo, Fujimori, Kucsynki, Castañeda, no mas “outsiders”, los peruanos debemos dirigir el país.   
En definitiva, en ésta crisis moral y de anomia del Estado de Derecho, los peruanos aspiramos a construir la nación desde una ciudadanía plena, donde los derechos fundamentales de los peruanos estén debidamente garantizados por los poderes públicos en real Estado de derecho.
Las ideas, cuando se convierten en propuestas, programa, organización, son una fuerza material y los de abajo no tienen otra forma que no sea ésta para convertirse en ciudadanos plenos, en sujetos activos de su propia historia de emancipación social y liberación política y cultural.
CONSTITUCIÓN Y PODER CONSTITUYENTE
Este principio de legitimidad se centraliza en una ley fundamental, en una “Nueva Constitución”.
Recordemos que a partir del golpe de Fujimori el 5 de abril de 1,992, se impuso en dictadura la actual Constitución de 1,993 en el Perú y los siguientes gobiernos y congresos se integraron por mandato de esa Constitución, considerada írrita e ilegítima –en tanto el procedimiento seguido para su aprobación violó flagrantemente disposiciones de la Constitución de 1,979 (Artículos 25º, 38º, 39º, 40º, y 41º).
¿Cómo pueden los sucesivos gobiernos y Congresistas desde 1993, estar en capacidad particularmente ética para continuar haciendo modificaciones a dicha carta magna, para hacerla mas antidemocrática y mas ultra neoliberal? ¿No habría sido preferible convocar a una Asamblea Constituyente o es que siempre temieron perder su reelección infinita y su impunidad basada en “inmunidad”?
La pregunta que nos planteamos es ¿Quién tiene el poder de dictar la Constitución? La respuesta es el poder constituyente. Precisamente el soberano, que es el jefe supremo: el pueblo de acuerdo con el principio de legitimidad que rige en la nación.
De lo que se trata es abandonar la Constitución de 1,993, considerada un Estatuto institucional neoliberal, y no una carta de derechos  y garantías, donde el mercado es el único regulador de la sociedad, para dar paso a un nuevo Contrato de Social, donde realmente se custodie los derechos de las personas y se defina con toda claridad y precisión sus obligaciones y responsabilidades, y a no disponer de las instituciones y los recursos soberanos de la nación peruana.
La constituyente representa al soberano (al pueblo en el sistema democrático) ¿Cómo puede coexistir el soberano con otro poder? Ello implicaría que no es tal soberano, de ahí que el funcionamiento del poder constituyente, implique automáticamente la cesación de todo otro poder de facto, así la Constituyente asume todo el poder.
CONCLUSIÓN
Nuestra casta política centralista, neoliberal y lobista, nunca entenderá que la tarea de gobernar, no es una actividad lucrativa y usurera, sin rumbo, ni propósito de largo plazo, ni fundamentalmente continuismo para mantener la injusticia y el desgobierno en el Perú. Sólo decimos que el poder político no es sinónimo de botín o negociado, ni instrumento para orden injusto, sino una vida humana digna y plena.

El camino está trazado, comencemos  ésta labor con esfuerzo y valentía, con las armas que nos da el Estado de derecho y la participación ciudadana, desde lo local a lo global. ¡Cambio o continuismo!

sábado, 18 de octubre de 2014

INCIDENCIA POLÍTICA DE LA IZQUIERDA PERUANA (II)

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POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
ANALISTA GLOBAL
En el Perú del siglo XXI, prevalecen las especificidades étnico-regionales o locales, que se proyectan en las grandes ciudades, a través de asociaciones de migrantes, que se manifiestan en clubes provinciales, fiestas típicas, celebraciones religiosas, redes de parentesco y de gestión económica, como las unidades productivas familiares que caracterizan mayoritariamente a la población económicamente activa (PEA), con un alto grado de informalidad, que hoy alcanza el 72% de la PEA.
En éstas condiciones, la lucha de las etnias serranas y selváticas en su lucha por necesidades materiales se entrelaza y resalta al mismo tiempo, espacio de incidencia para la lucha por ciudadanía plena. Esto es el hilo conductor para entender al nuevo Perú en formación, que las últimas elecciones municipales y regionales han dibujado para el 2,016, y que el viejo centralismo limeño oculta en una república ya agotada, con sus encuestas y medios de comunicación.
Por ello podemos afirmar en el proceso de inserción al mundo globalizado y la búsqueda de identidad latinoamericana y caribeña, como en las últimas décadas en Ecuador y Bolivia, reaparece la etnicidad como identidad fragmentaria y excluyente, no sustentada en una ciudadanía previamente conquistada, precisamente cuando la modernidad y la modernización neoliberal, se   truncan y cuando el discurso populista se agota en esos países.
Estamos al frente de una nueva forma de hacer política o de construir nación, pero puede desarrollar la consolidación hacia la modernidad y el derecho universal de ciudadanía plena, para explicar la multifacética manera de ir modelando un socialismo para una patria grande, que busca su identidad frente a la vieja arquitectura financiera mundial.
El pueblo peruano que está surgiendo en el siglo XXI, revalora las tradiciones andinas, está adquiriendo confianza en si misma y en la posibilidad de encontrar un camino propio hacia la modernidad, de búsqueda de una representación política, que entrelace democratización, ciudadanía y construcción nacional.
Solamente recordemos los movimientos migrantes desde 1,958-1,978, que dieron lugar a la conquista de altos grados de democratización social, que hoy son la base para la búsqueda de una representación política a través de mayoritarios movimientos locales y regionales, que los grupos de poder centralistas pretenden ahogar, terminado éste proceso electoral local y regional 2,014.
La crisis de las izquierdas en el Perú, no escapan al caudillismo de los grupos conservadores, las divisiones entre las organizaciones socialistas se están diluyendo en muchos movimientos locales y regionales en el Perú, mientras las cúpulas siguen siendo víctimas de la repetición de fórmulas y la de la aplicación mecánica de esquemas importadas de otras realidades.
Lo cierto es que los esquemas para la interpretación de la realidad nacional actual, pierden su eficacia para las izquierdas en el Perú, cuando son empleadas como base teórica para la praxis de una revolución que conduzca a un país multicultural  y multiétnico a su ciudadanía plena. De un modo general, el conocimiento empírico que la izquierda tiene del Perú, no alcanza para hacer incidencia política en éste nuevo Perú en construcción.
En el presente hay indicios de alternativas soberanas, en un país como el Perú, multicultural y multiétnico, todavía no es posible expresar los nuevos escenarios, donde la historia nos sigue mostrando que la izquierda hoy necesita empoderarse en la capacidad de desarrollar ciudadanía plena, apoyándose profundamente en ellas. La única condición, es que la alternativa debe responder a las necesidades reales, por ello un modelo calcado y copiado, siempre fracasa, y el modelo neoliberal fracasará, sencillamente porque reemplaza al ser por el tener y al Estado por el mercado.
Otro aspecto fundamental es tener en cuenta, que si alguien congela un análisis marxista en el tiempo y en el espacio, y busca aplicar ese modelo inanimado a otro país en épocas distintas, estará negando, un concepto básico de la teoría que adopta, que es el olvido para analizar las condiciones políticas en la transformación en el Perú. Las fuerzas de liberación en el Perú, deben construirse desde la base de la patria grande: Latinoamérica y el Caribe y no de la cúspide de potestades imperiales, que nos siguen considerando su patio trasero.
La gran tarea de construcción un frente amplio de izquierdas en el Perú, está todavía por realizarse, por lo que los caudillos sólo tienen un imperativo: hacer una liderazgo de equipo con el ciudadano de a pié, porque cada día que pase el modelo neoliberal se afianza sin oposición, para seguir profundizando el dominio sobre el país y el pueblo.
La gran revolución ciudadana en el Perú, comenzó desde los años 40´, cuya expresión se reflejaron con fuerza en los procesos electorales a partir de la Asamblea Constituyente de 1,978, donde Haya de la Torre obtuvo 1´038,516 votos preferenciales, contra 644,131 de Bedoya y 286,885 de Hugo Blanco.
Las izquierdas en el Perú, electoralmente has estado marcadas por el rechazo popular a la división, y el apoyo a la unidad, desde el 3.6% en las elecciones presidenciales de 1,962 hasta su tope máximo de 30.8% como izquierda unida en las elecciones municipales de 1,986, cuya crisis desde 1,989 hasta el 2,014 sigue ratificando esa tendencia: unidad-división. Lo ocurrido con Susana Villarán en Lima, ratifica esa tendencia.
El voto de 1,990 hacia Fujimori inició la tendencia del movimiento popular hacia la búsqueda del nuevo Perú en formación, hacia nuevas representaciones políticas. Debemos recordar que el escenario neoliberal dibuja un escenario donde el desmontaje del Estado bienestar, hace que el trabajo por cuenta propia y la informalidad pasan de ser una necesidad a una aspiración, como una forma de hacer frente al deterioro de los salarios.
En el año 2,016 grupos de poder a través de la concentración de medios de comunicación en el Perú, buscan reemplazar el concepto de ciudadano por el de consumidor, propietario, o en última instancia por el de informal, que lograría la utopía de la igualdad vía  el acceso al mercado y no mediante la conquista de los derechos democráticos hacia una ciudadanía plena.
El reto está planteado éste 2,016 en el Perú, pues las elecciones presidenciales y congresales plantea a la izquierda intentar con mucho esfuerzo, valentía y humildad, afirmar los conceptos de democracia popular y modernidad nacional, donde el eje sea una opción por una democracia plena, dentro de una patria multicultural y multiétnica, un Perú de “todas las sangres” y “sin calco, ni copia”. Seguiremos desarrollando las alternativas nacionales para un gobierno soberano.



sábado, 11 de octubre de 2014

INCIDENCIA POLÍTICA DE LA IZQUIERDA PERUANA (I)

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POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
ANALISTA GLOBAL
El siglo XXI significa para Latinoamérica y el Caribe, hacerse mas firme y clara la conciencia de unidad histórica-política, mostrando la conveniencia de constituir organismos e inclusive nuevas organizaciones regionales, que agrupen a países mas homogéneos, desde el punto de vista de su tradición, de su desarrollo, y que puedan plantearse metas de acción colectiva bien determinadas, sencillamente porque las potestades de éste siglo no desmayan en hacer daño, a lo que ellos llaman “patio trasero” o “reserva de recursos naturales”.
NUEVA LECTURA PARA LA IZQUIERDA
En este contexto el Perú, desde los años 40´ hasta el año 2,014, sigue configurándose hacia una nueva realidad nacional, cuyo factor vital sigue siendo el rol de los migrantes de las etnias serranas y selváticas, cuya informalidad es el signo vital en las decisiones políticas, que la izquierda peruana, hasta ahora no ha sabido leer para poder una incidencia significativa en el cambio de estructuras.
El pueblo peruano espera de  la vanguardia de izquierda, propuestas claras y objetivas para solucionar los grandes problemas  de las ciudades, regiones y la patria. Debe reabrirse el debate sobre el poder constituyente y el poder constituido, la Constitución de 1,993 y el poder constituyente, los límites del poder constituyente, el poder de reformar la constitución, la revolución ciudadana y el poder constituyente, el gobierno legal y el poder usurpador, lo mismo que la necesidad de una Asamblea Constituyente y un Proyecto País.
Al fundamentalismo neoliberal debemos decirle, que cuando la sociedad nacional emergente, mayormente empoderados en la informalidad, desean trabajar para mejorar o transformar la realidad, no estamos ante un imposible, porque lo que el mundo ha vivido es el resultado de un proceso largo e histórico de cambios constantes, que se han producido por la voluntad y acción de los mismos sujetos.
Estamos hablando de una revolución ciudadana, entendida como contenido de la dignificación del ser humano, es una acción social integral e integradora, para promover la capacidad que tienen los individuos y grupos para ser responsables de su propia historia, donde el cambio fundamental  está orientado a formar una ciudadanía organizada para transformar las relaciones de poder existentes en la situación que vivimos en el Perú desde 1,821.
Cuanta falta hace en el Perú, despertar en los ciudadanos el sentido nacionalista de los verdaderos valores peruanos, es decir lo que unifica, integra y afirma la nacionalidad y la preserva de toda forma de disolución y de sujeción a poderes extraños.
En la coyuntura electoral municipal y regional 2014, sigue el curso diseñado por el modelo neoliberal desde los 90´, ratificando la precariedad democrática y la institucionalidad de la sociedad civil, cuyos signos de corrupción han comenzado a tocar al propio Estado, cuyas consecuencias en el narcotráfico y la delincuencia vienen agrediendo a la sociedad peruana, sin la veracidad de las hojas de vida de los candidatos, significa que sus decisiones, carecerán de principios éticos y transparencia pública.
Una derecha posesionada en la capital limeña y algunos bolsones regionales, con la excepción de Cajamarca; vienen caracterizando la manifestación mas clara del pragmatismo y la miseria del neoliberalismo, donde hasta el color rosado es rechazado, señala una reto suficiente para la unidad ahora, para poder hacer una real incidencia política, capaz de orientar la transformación del Perú, donde se convierte en estratégico el rol de participación ciudadana para la toma de decisiones políticas.
Lo cierto es que la república peruana se encuentra agotada, sólo navega el modelo neoliberal, como un perverso destructor del Estado de derecho. Lo sucedido como saldo de las elecciones regionales y municipales 2,014 en el Perú, es la agudización de la fragmentación política, como consecuencia del emprendimiento político, que lo convierte en una actividad mercantil, donde los fondos millonarios no se investigan, ni las instituciones de fiscalización del Estado no funcionan.
El panorama político peruano después de las elecciones municipales y regionales 2014, van configurando en los candidatos electos, escenarios débiles y sin mayorías para la gobernabilidad, cuyo corto plazo, nos indica una lectura de escenarios imprevisibles en las elecciones nacionales para el Congreso y la Presidencia de la República el 2,016.
Sin un sistema de partidos políticos, la exigencia de ejercicio de ciudadanía, es la labor fundamental política por excelencia, ello exige controles financieros, administrativos y políticos, para un real ejercicio de derechos, democratización y desarrollo sostenible, si realmente se aspira a cambiar la realidad social, económica, política o cultural. Si no es así, advertimos en el Perú, en un escenario de corrupción, narcotráfico e impunidad, un cansancio ciudadano peligroso de bolsones de conflictos sociales, con una democracia precaria, difíciles de manejar con un Estado oficial de espaldas al Perú real.
Dura tarea para la izquierda peruana para evitar el continuismo neoliberal, para ello es imperativo la tarea de unificación bajo principios de Mariátegui, solamente así se viabilizará la incidencia política para promover la organización social, la construcción de alianzas, la formación de líderes éticamente creíbles, y la construcción de nuevas relaciones a nivel nacional e internacional; y fundamentalmente estimular el fortalecimiento de capacidades y el empoderamiento de la sociedad civil.
Para la izquierda el fortalecer al grupo o “coalición”, es una tarea de forma acumulativa y prepararse para esfuerzos de mayor envergadura en el campo de las políticas públicas, donde no olvidarse de dejar el caudillismo que tanto daño ha hecho a las aspiraciones del movimiento popular, especialmente de la juventud y la mujer.
LECCIONES ELECTORALES
De las elecciones de 5 de octubre 2014, hay una enorme lección para la izquierda peruana: construir una organización de izquierda, un referente que aglutine a los sectores progresistas,  forjar la  gran unidad para el gran cambio, unidad de los sectores democráticos, patrióticos, nacionalistas, de izquierda en Lima y el Perú, forjar un referente político social, una confluencia con todos los sectores progresistas, desarrollando el programa de la gran transformación del Perú anhelo esperado por el pueblo peruano multicultural y multiétnico, con grandes desigualdades.
Por lo observado hasta en el Perú, hacia el 2,016, “queda una tarea difícil, pero necesaria: conseguir la convocatoria a nuevas elecciones limpias y democráticas que garanticen el Estado de Derecho; y, segundo: reconstruir las organizaciones sociales como única defensa de una sociedad que busca construir un modelo sin calco, ni copia”
¿Podrá la izquierda peruana hacer incidencia ciudadana el 2,016 o necesita refundarse?