El escritor ganador del Nobel de Literatura señaló que para él "la dictadura no ha desaparecido del todo". Esto en referencia a las conexiones que Vladimiro Montesinos aún pueda tener en el país.
El escritor peruano Mario Vargas Llosaafirmó que la red mafiosa que lideró el exasesor Vladimiro Montesinos durante los años 90 "no ha desaparecido, sino que está insertada en las estructuras" de su país.
"Yo creo que sería una gran ingenuidad pensar que ese lastre terrible haya desaparecido con la caída de la dictadura. Cayó políticamente, pero muchos de sus protagonistas y beneficiados están allí todavía", declaró el premio Nobel de Literatura de 2010 en una entrevista publicada hoy por el diario El Comercio.
Vargas Llosa, quien participa en la Feria del Libro de Guadalajara (México), comentó de esa manera las revelaciones de que un empresario vinculado con Montesinos recibía protección irregular de la Policía peruana.
Ese caso ha generado una crisis política al Gobierno del presidente peruano, Ollanta Humala,ya que llevó al cambio del ministro del Interior, de un asesor presidencial en temas de seguridad y al relevo de seis altos oficiales de la Policía Nacional.
La oposición política ha solicitado que se conforme una comisión investigadora para determinar si existen vínculos del Gobierno con el montesinismo, mientras que Humala afirma que no hay un "poder paralelo" en su país.
Vargas Llosa, autor de "La ciudad y los perros" y uno de los más acérrimos críticos del régimen que presidió Alberto Fujimori (1990-2000), añadió que, para él, "la dictadura no ha desaparecido del todo".
"Ha desaparecido políticamente, pero ni socialmente ni económicamente. Ese es un lastre del que tenemos que deshacernos si queremos que se vaya desarrollando el país", señaló el escritor.
Vargas Llosa consideró que el tema no le compete solo al poder político, sino a "la sociedad peruana en general" y reiteró que "la tradición de corrupción, de la utilización de la ley, no ha desaparecido."
A pesar de ello, el escritor también señaló que mantiene "un optimismo cauto" sobre la situación en su país, aunque aclaró que no es "tan ingenuo para creer que es irreversible el proceso de democratización."
"Pero, si haces el balance, creo que hay más razones para el optimismo que para el pesimismo", declaró Vargas Llosa.
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