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miércoles, 11 de diciembre de 2013

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Respuesta de Marisa Glave a Antonio Zapata
“Leí a Antonio Zapata, y discrepo, no porque una apreciación externa del proceso del Frente Amplio como esa no pueda existir, sino porque está escrita desde alguien que estando afuera del proceso de construcción cree saber qué es lo que está realmente ocurriendo”Marisa Glave
Publicado: 2013-12-04
Leí a Antonio Zapata, y discrepo, no porque una apreciación externa del proceso del Frente Amplio como esa no pueda existir, sino porque está escrita desde alguien que estando afuera del proceso de construcción cree saber qué es lo que está realmente ocurriendo. En este caso, el de los fantasmas de los 80 creo que es él.
Veamos los argumentos. Primero la izquierda no tiene bases sociales y lo peor, no busca organizarlas. Falso. El surgimiento del FA plantea, EXPRESAMENTE, que este proceso no sea de las cúpulas y que incluya a organizaciones sociales y a ciudadanos y ciudadanas no partidarizadas. ¿Qué se está haciendo para eso? En algunos distritos de Lima Sur por ejemplo se vienen constituyendo comités del FA en coordinación con la militancia de los partidos, pero sobre todo con organizaciones sociales como el Movimiento Sin Techo. Lo mismo empieza a germinar en Junín, Iquitos, Cusco, donde también se están construyendo comités promotores del frente. Y esta semana tenemos reuniones preparatorias con mujeres, jóvenes, organizaciones sociales, trabajadores, intelectuales y artistas rumbo al encuentro del 15 de diciembre.
¿Ya logramos culminar el proceso? No, falta mucho, pero está en camino. ¿Hay tensiones? Por su puesto, somos de izquierda y la tendencia a la crítica desmedida muchas veces genera escepticismo más que nuevos caminos de construcción y nos hace ver más la paja en el ojo ajeno. Pero andamos. Parafraseando a Mariátegui (el abuelo obviamente) espero que la historia no le dé razón a esa gente negativa y escéptica, sino a la gente afirmativa…que piensa que son aptos para la libertad todos los pueblos que saben adquirirla. Creo que el Perú es un sueño posible y que sabremos ir avanzando en nuestra emancipación, sin calco ni copia.
Segundo “no hay programa”. Tampoco es del todo cierto. Ya se iniciaron los debates programáticos y hemos elaborado primero lineamientos que serán debatidos el 15 de diciembre, reunión a la que espero Tony nos puedas acompañar porque tus sugerencias son bienvenidas. La idea no es que unos iluminados nos digan a “las bases” qué se debe hacer, sino por el contrario se pueda promover un verdadero debate, de abajo para arriba, que recoja las miradas, preocupaciones y planteamientos de solución que desde los distintos lugares del país se vienen gestando. Esto es algo que los partidos de la derecha no hacen, no lo necesitan. Tienen muy claro su modelo de exclusión y saben al servicio de quien están. Construir un país justo requiere debate crítico no sumisión, y eso es un proceso que requiere tiempo
Tercero, que en la negativa de varios (no sólo unos) de hacer una alianza con el partido humanista pesó el pasado más que una visión de futuro. Te equivocas. Varios de los que nos opusimos lo hicimos precisamente pensando en el futuro. En que la izquierda que vamos a construir no sea un simple reciclaje de todo. Yehude no sólo fue el premier del Baguazo, fue alguien que pasó de la izquierda radical, al centro progresista, a la defensa de la versión neoliberal de Alan García y luego a sumarse a las filas de PPK, uno de los principales lobistas de la historia del país. ¿Eso te parece renovador? ¿Mínimamente ético? A mí no, y lo que me alegra, es que en la asamblea en la que decidimos no hacer esta alianza, quienes gritaron su oposición no fueron “las cúpulas” que la verdad estaban muy tranquilas con esta posibilidad, sino la gente joven de los partidos y los que no siendo de los partidos se sintieron convocados como ciudadanos a opinar sobre el camino a seguir. Aún recuerdo una posible definición ambigua de la mesa que conducía esa asamblea – donde también había un representante de mi partido – y frente a la cual la juventud reaccionó amargamente. Recuerdo a una chica muy joven, que fue candidata en la lista de regidores de estas últimas elecciones, subida en una silla, exigiendo acuerdos claros y que “la cúpula” respete a las bases. La verdad Tony, yo prefiero respetarla a ella y la renovación que representa.
Hay riesgos en la construcción del frente. Varios. Algunos internos y que pueden terminar estallando el proceso, sí. Y que debemos estar atentos, sí. Un reto grande es mantener el proceso unitario pese a las diferencias y eso se logra precisamente con acuerdos programáticos claros. Otro es definir la estrategia electoral, donde pensemos ¿qué queremos lograr, ganar por ganar? ¿Iniciar un proceso de construcción de un referente nacional? ¿Cómo lo haremos? ¿Sólo la izquierda? ¿Nos aliaremos con el centro? ¿Querrá el centro? ¿Querremos nosotros? ¿En qué condiciones? Son preguntas que deberemos responder, no desde las cúpulas, insisto, sino desde un debate con la militancia. Y las decisiones de fondo, desde las estrategias de alianza hasta quienes serán nuestros candidatos deberán pasar por el principio de UN MILITANTE UN VOTO. Hay quienes, hoy en las cúpulas de los partidos de izquierda, no están del todo cómodos con aplicar este principio, pese a que lo repiten hasta el cansancio. Pero estará en la terquedad de las nuevas generaciones que exijamos que se cumplan.
Quiero recordarte, a ti y a quienes leen estas líneas, que el FA se lanza como iniciativa en junio de este año. No hemos cumplido ni 6 meses de iniciar el trabajo. Las exigencias que varios nos piden, están cargadas del peso de la historia pues parecen creer que la “Izquierda Unida” de los ochenta ha revivido. No es así. Esa izquierda murió. Y ahora nace otra, donde estamos varios que menos mal nunca estuvimos en Huampaní, ni en ninguna otra mítica reunión de esa IU. Que recoge mucho de lo que se vivió, por supuesto, pero que tiene un nuevo proceso y que espera que sea medida por lo que ahora empezamos a hacer. Somos continuidad, pero somos también ruptura.
Sería interesante que empezáramos a preguntarnos ¿por qué le molesta a tantos y en particular a los opinólogos que la izquierda intente juntarse? Insisto, en este proceso llevamos apenas seis meses y seguiremos trabajando.
Como diría Vallejo,
Otro poco de calma, camarada;
un mucho inmenso, septentrional, completo,
feroz, de calma chica,
al servicio menor de cada triunfo
y en la audaz servidumbre del fracaso.

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