¡Primero la Tierra!
Salvador Capote
Uno de los campos principales de acción del
“Animal Liberation Front” (ALF) es la lucha por desmantelar la industria de las
pieles de especies salvajes. Recientemente, sin embargo, un llamado a la acción
directa contra esta industria fue publicado no en “North American Animal
Liberation Press Office” o en “Bite Back Magazine”, como era de esperar, sino
en el “Earth First! Journal” perteneciente a otra organización que actualmente
libra una campaña contra los titanes de la industria extractiva. La explicación
la ofrece Liz Gurley Flynn (1): “¡Porque nuestra lucha es una sola!.
De acuerdo con Flynn, los caminos que conducen
a la liberación son muy variados, pero los que se oponen a la violencia sexual
patriarcal, o al terror racista de los grupos de supremacía blanca, o al
genocidio perpetuo contra los pueblos indígenas, o los que destruyen los campos
de cultivos transgénicos, o abren las jaulas de animales salvajes que serían
sacrificados por su piel, o los que participan en la lucha de clases, están
todos trabajando por la liberación. Los métodos de lucha contra el imperialismo
difieren de los que se utilizan para defender los bosques, pero es urgente la
solidaridad entre todos. En los últimos años –afirma Flynn- “Earth First!”
(EF!) [¡Primero la Tierra!] comenzó a enfocarse y a involucrarse en la lucha
contra la opresión política, lo cual implica una radicalización de este
movimiento.
Flynn tiene razón si nos referimos solamente a
los grupos radicales, pero el movimiento ambientalista en Estados Unidos es
sumamente variado, abarca un espectro ideológico muy amplio, con métodos de
lucha muy diferentes y puede actuar a nivel local, estatal, nacional, e incluso
internacional.
Ideológicamente, el movimiento ambientalista
en Estados Unidos puede dividirse en dos grandes sectores, según sea
ecocéntrico o antropocéntrico su punto de vista.
El punto de vista ecocéntrico es el que
sostienen los preservacionistas. Su objetivo es preservar la biodiversidad, los
ecosistemas, la vida salvaje. Tiene sus raíces en corrientes tradicionales
esteticistas de admiración por la armonía de la naturaleza y la belleza de sus
paisajes; o en sentimientos religiosos que obligan al respeto de toda la
Creación. Tiene un carácter más espiritual y elitista. Aunque sus fines son muy
loables, en este sector se inscriben los que, por ejemplo, se preocupan por la
posible extinción de los lobos grises en Wyoming pero cambian de canal en la
televisión cuando aparecen imágenes de niños hambrientos en cualquier lugar del
mundo.
El punto de vista antropocéntrico sitúa al
hombre en el centro de la cosmovisión. La conservación de la naturaleza debe
servir para el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y se enfoca
en los problemas de la contaminación de las aguas, de la tierra y de la atmósfera,
la deforestación, la desertificación, el calentamiento global, la urbanización,
etc. y, también, en los problemas que se derivan de sistemas sociales injustos.
El ambientalismo radical utiliza campañas de
acción directa para la protección del ambiente. Estas campañas pueden incluir
protestas pacíficas, como marchas, “tree-sitting”, propaganda, demandas
judiciales, etc.; o tácticas más controversiales como sabotajes (ecotajes),
destrucción de propiedades pertenecientes a corporaciones, y bloqueos de carreteras.
¡Primero la Tierra! (EF!) es uno de los
movimientos ambientalistas radicales más conocidos. Surgió en el Sudoeste de
Estados Unidos en 1980 y desde entonces se ha extendido por 19 países. Su lema
es “No transigir en la defensa de la Madre Tierra”.
El 23 de junio de 1985 EF! efectuó su primer
“tree sit” masivo. Un convoy de activistas llegó al “Willamette National
Forest”, en Oregón, para oponerse a la tala de árboles que llevaría a
cabo “Willamette Industries”, una compañía maderera. Los activistas construyeron
plataformas en lo alto de los árboles y se instalaron en ellas hasta que fueron
desalojados por la policía mediante grúas móviles con canastillas.
En 1990 los elementos más moderados se
separaron del movimiento, fundaron la revista “Wild Earth” y un nuevo grupo
ambientalista, “Wildlands Project”, mientras que EF! concentró sus esfuerzos
contra el poder de las corporaciones, considerado la amenaza principal para la
sustentabilidad ambiental. Las acciones directas pasaron a un primer plano y aumentó
la frecuencia de los “tree-sittings”, de los bloqueos de carreteras y caminos,
del “monkey-wrenching” (2) o ecotaje, y de otras formas muy creativas de
desobediencia civil.
Judi Bari fue la activista de EF! más
perseguida por el FBI. Judi organizaba muy eficazmente a los obreros y a los
ambientalistas en contra de las corporaciones de la industria maderera. En
1990, acompañada del cantautor Darryl Cherney, convocó al “Redwood Summer”
(Verano de los Secuoyas), gran concentración de jóvenes con el objetivo de
llamar la atención nacional en defensa de los bosques de esta especie en
California. Su carisma, su experiencia de trabajo con los sindicatos, su gran
capacidad de convocatoria y, sobre todo, su llamado a los obreros a tomar en
sus manos la propiedad corporativa, la convirtieron en un enemigo muy peligroso
para el “establishment”. En mayo de ese año, mientras organizaba el programa
para el verano, en Oakland, una bomba estalló debajo de su automóvil. Ella y
Darryl resultaron gravemente heridos.
Surrealistamente, sólo tres horas después del
ingreso de la pareja en un hospital, el FBI se apresuró a clasificar a ambos
como terroristas y procedió a su arresto. Dos meses más tarde, la
fiscalía desestimó los cargos por falta total de evidencias y sucedió entonces
algo extraordinariamente raro en el sistema de justicia norteamericano. Judi y
Darryl acusaron al FBI del atentado y, después de un largo litigio, obtuvieron
en 2002 un fallo a su favor. El FBI tuvo que pagarles 4.4 millones de
dólares de compensación. Lamentablemente, Judi Bari había muerto de cáncer en
1997.
El 21 de marzo de 2011, un juez federal de
California ordenó al FBI preservar la evidencia relacionada con el caso de la
voladura del carro de Judi Bari, debido al intento del FBI de eliminar de su
historia pruebas indeseables (3).
En 1998, en Minnesota, EF! se unió con indios
dakotas que se oponían a la construcción de una carretera a través de
territorio que consideraban sagrado. Dakotas y ambientalistas radicales se
opusieron al nuevo intento de borrar la historia y la cultura aborigen y
fundaron el “Estado Libre de Minnehaha”, que duró cuatro meses. Para destruir a
Minnehaha se puso en marcha el mayor operativo, policial en la historia del
estado (Operación “Bolt Snap”), con la participación de más de 800 efectivos.
Numerosos indios y activistas de EF! fueron encarcelados.
Los actos de desobediencia civil de EF!
y de otros movimientos ambientalistas son calificados por el FBI como
ecoterrorismo y producen continuamente numerosos arrestos y encarcelamientos,
generalmente de corta duración. Hay activistas, sin embargo, que han sido
condenados, mediante procesos judiciales espúreos, a largos años de prisión, a
pesar de que ninguna persona ha sido dañada en su integridad física.
Uno de los casos más notorios es el de la
ambientalista, dirigente sindical, escritora y poeta, Marie Mason, de
Cincinnati, arrestada el 10 de marzo de 2008, junto con tres compañeros, por
cargos relacionados con daños a la propiedad e incendios reivindicados por el
“Earth Liberation Front” (Frente de Liberación de la Tierra) (4).
Marie fue acusada de participar en dos
ataques: uno contra instalaciones de la Universidad Estatal de Michigan donde
se realizaban investigaciones en organismos genéticamente modificados (GMO)
para Monsanto, gigante agroindustrial con sórdida historia de lucro con
productos químicos letales como el agente naranja, que dejó en Vietnam cientos
de miles de víctimas; y otro que causó daños a equipos comerciales utilizados
para la tala de árboles.
El 5 de febrero de 2009 Marie fue sentenciada
a 22 años de prisión, la más larga condena entre los presos políticos
ambientalistas. Una apelación para reducir su exagerada sentencia fue denegada
en 2010.
En realidad, ésta y otras exorbitantes
sentencias impuestas a individuos que realizan acciones contra
propiedades de grandes empresas dañinas para el ambiente, forman parte de la
campaña de persecución política llamada “Green Scare” (Intimidación Verde).
En carta de abril 10 de 2012 al “Earth First
Journal”, Marie Mason escribió desde su celda: “Mi corazón permanence indomable
y libre; y se llena de amor y de fuerza cuando me siento en conexión con
todos ustedes que continúan la lucha por la Tierra”.
NOTAS
(1) Liz Gurley Flynn: “Uniting our struggles: where animal
liberation and anti-oppression meet”, Earth First! Newswire, Dec. 13, 2013.
(2) “Monkeywrenching”: proviene de la expresión en inglés “throw a
monkey wrench into” (introducir una llave inglesa en) con el significado de
obstruir el orden, el funcionamiento o la realización de algo.
(4) “Earth Liberation Front” (Frente de Liberación de la Tierra):
formado en 1992 por los miembros más radicales de EF!, quienes ansiaban
realizar acciones de mayor envergadura.
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