Por: Dr. Salvador Capote
Desmitificando
REALIDAD: Esto, más que un mito es una infamia, la que se repite tal vez con mayor frecuencia en Miami. Lo cierto es que Cuba, muy probablemente, ha sido el único país del mundo capaz de garantizar todos los días de todos los años, durante 54 años, un litro de leche diario a todos (subrayo “a todos”) los niños del país hasta, por lo menos, los 7 años de edad, de manera subsidiada, prácticamente gratuita.
Nunca, ni en los días más difíciles, ni con huracanes, invasiones, ni período especial, le faltó un solo día su litro de leche a todos y cada uno de los millones de niños cubanos. Sólo una revolución verdadera podía realizar tal hazaña.
Pero una infamia como ésta merece una respuesta algo más amplia. En Cuba la mortalidad materno-infantiles una de las más bajas del mundo, más baja que en Estados Unidos; o sea, que los niños en Cuba no mueren al nacer (ni sus madres en el parto), no hay niños sin padres porque no hay niños que no sean deseados; no hay niños abandonados, no hay niños durmiendo en los portales, no hay niños abusados, no hay niños sin maestros, sin libros, sin escuela, sin uniformes, sin zapatos, sin médico siempre bien cerca de su casa, sin recibir todas las vacunas; no hay niños discapacitados sin escuelas especiales; no hay niños sin sonrisa y, según los organismos internacionales especializados, Cuba es el único país donde no existen niños desnutridos.
Si quiere alguien saber si una revolución va bien, observe a los niños en sus casas, en las escuelas, en los campos deportivos, en sus fiestas. Si los niños son felices, la revolución, no tenga usted duda, va por buen camino. La Revolución prioriza a los niños por una razón elemental: la infancia es corta y no espera.
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