En América Latina la aplicación –desde hace más de dos
décadas– de pruebas estandarizadas de evaluación educativa generó un efecto "perverso" que busca el
desprestigio social e internacional de la educación pública, afirmaron profesores y líderes de organizaciones y sindicatos
magisteriales de 11 país asistentes al Seminario Internacional sobre
Evaluación. Reunidos en el Palacio de la Autonomía de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), alertaron que la caída de los paradigmas de la
economía neoliberal "también pueden ser una oportunidad para cuestionar si
estas herramientas de evaluación funcionan en un mundo diverso y
pluricultural".
Las pruebas PISA son
elaboradas por "la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico), organismo que coordina políticas
macroeconómicas de los países centrales, los mismos
que están sumidos en grave crisis
económica y social desde 2008".
Es así, que ante todos estos avances en el Perú, tendríamos
que preguntarnos si la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), ámbito político - ideológico de las pruebas PISA, y su
discurso utilitario en cuanto a la formación humana nos interesa realmente.
Las
diferencias culturales que existen en los países de la región quizás resulten
menos significativas entre los países de la OCDE (más desarrollados), pues
éstos tienen entre sí desde hace ya bastante tiempo, importantes canales de
intercambio cultural, social y económico".
En el debate
sobre PISA, además, se dan por buenos los presupuestos ideológicos de la evaluación internacional realizada o, más
frecuentemente, simplemente se olvidan directamente. El Informe Pisa es un
elemento más de la extensión del discurso neoliberal que cual gota malaya se ha
ido imponiendo en la educación: un discurso que habla de estándares, liderazgo,
calidad total, excelencia, “rendición de cuentas”... y que está suplantando los
viejos ideales igualitarios de la educación por criterios economicistas.
Al
analizar la edad de 15 años que se toma como parámetro para las pruebas, el
documento destaca que los alumnos europeos a esa edad, "están
efectivamente en los grados o años correspondientes y próximos a concluir su
escolaridad".
Bienvenidas las pruebas PISA y las otras de similar alcance!,
¡Bienvenidas como insumo para reflexionar y tomar decisiones!, ¡Bienvenidas
para darnos una idea de nuestra posición en el concierto internacional! Pero
nunca bienvenidas para convertirse, aunque sea por unas semanas, en el
currículo escolar nacional. Nadie matricula a sus hijos a la escuela para sacar
una “buena nota” en PISA. Queremos que nuestros hijos se inserten en el sistema
formal para que se forjen integralmente como personas y sean capaces de dar
respuesta a nuestros desafíos nacionales.
No
es esta la situación de los países de la región, en donde los esfuerzos por la
inclusión y la escolarización son más recientes, por lo que es de suponer que
la cantidad de jóvenes de 15 años que presentan algún grado de rezago escolar
sea mayor en nuestros países que en los países europeos.
Nuestro sistema educativo tiene que mejorar por el bien
de nuestro país, pero no por una especie de competencia que se ha establecido a
la luz de las pruebas PISA. Tenemos un Diseño Curricular Nacional con renovados
compromisos, un Proyecto Educativo Nacional de consenso, un Instituto Peruano
para la Evaluación, Acreditación y Certificación de la Educación Básica (IPEBA)
preocupado por la calidad con equidad y una sólida Unidad de Medición de
Calidad que podrían ser capaces de vertebrar un movimiento pedagógico auténtico
en beneficio de nuestro país.
La OCDE, que tiene por cometido "la desregulación y liberalización del comercio mundial", impulsa estas pruebas porque está "preocupada por saber con qué tipo de mano de obra van a contar las empresas en las próximas décadas".
Cuestionamos concretamente la naturaleza de las
pruebas porque no miden conocimientos, sino destrezas y habilidades muy requeridas para un mundo con
empleos flexibles y cambiantes.
Es así, que ante todos estos avances en el Perú, tendríamos que preguntarnos si la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ámbito político - ideológico de las pruebas PISA, y su discurso utilitario en cuanto a la formación humana nos interesa realmente.
Indicaron
que estas diferencias podrían relativizarse "si por ejemplo se considerase
a la hora de la construcción de la muestra por país, la estratificación
proporcional de la misma entre estas dos categorías de la población escolar:
alumnos sin rezago escolar y alumnos con rezago escolar.
El
documento critica también la forma de mostrar los resultados y la elaboración
de rankings de acuerdo a como respondieron los alumnos de cada país.
Las pruebas PISA solo nos indicarán cómo estamos con respecto
a los otros países evaluados en una serie de contenidos (capacidades), que si
bien son muy relevantes, no llegan a coincidir ni con el 5 % de todo lo que
nuestros niños y niñas tienen que aprender en las escuelas. Por consiguiente
sería un error cifrar expectativas demasiado altas con respecto a los alcances
de este sistema de medición.
"Este
modo de presentación de resultados suele ser atractivo para la difusión de los
mismos, especialmente en la opinión pública. Sin embargo, suele promover que la
mayoría de los debates en torno a PISA se concentren, meramente, en la
ubicación de los países en ese ranking.
Teniendo siempre cuidado de no caer en la simplificación de
afirmar que PISA es un indicador confiable de la calidad educativa. Menos aún,
responsabilizar con exclusividad a los profesores, pues se sabe que el
rendimiento se asocia a factores no alterables por la acción escolar como por
ejemplo: la pobreza; el acceso a servicios básicos; el nivel de instrucción de
los padres; y la capacidad profesional de los órganos intermedios, entre otros.
Finlandia
que adoptó para sus pruebas nacionales el criterio de confidencialidad de los
resultados, ya que entienden que la difusión de los mismos estimula conductas
regresivas en los alumnos.
PISA “compara
lo que no es comparable”, ya que “cada país tiene su
historia y su contexto político y social”.
Los
organizadores de PISA sancionaron a los Estados que impidieron que los
"peores alumnos" respondan a la prueba," pero esas sanciones no
implicaron un cambio de actitud frente a los exámenes" y añadieron que
"el valor de la evaluación se vería potenciado si se adoptara otro forma
de comunicación de los resultados a los países intervinientes".
Sinceramente, no vale la pena sacrificar el currículo, así
sean unas cuantas horas, por PISA. Los estudiantes peruanos asisten a las
escuelas para aprender historia y geografía del Perú, convivencia ciudadana,
urbanidad, educación física, música, arte, danzas, disposición democrática y
otras cosas más que PISA no contempla. Por tanto, sería razonable una
socialización con el tipo de preguntas pero nunca una preparación para dar bien
las pruebas. Sería absurdo pensar que un país como Finlandia (primer puesto)
obtuvo resultados satisfactorios gracias a un proceso de adiestramiento
gatillado artificialmente y que se desarrolló en desmedro de su currículo.
La
prueba internacional PISA toma como referente para sus exámenes un
"currículo globalizado" en lengua, matemáticas y ciencia, sin tener
en cuenta la diversidad cultural de los países.
Queremos evaluar un sistema
educativo como una integralidad. No es posible separar calidad educativa de
inclusión; es indispensable adoptar una concepción amplia de calidad educativa
que incorpore al análisis de la misma otras dimensiones.
Profesores y dirigentes de gremios magisteriales de 15 países
de América afirmaron que la aplicación de pruebas estandarizadas ha "dividido
a las escuelas en buenas o malas, y en función de esto invertir en las
primeras, abriendo con esto la puerta a la privatización educativa". Por ello, anunciaron que impulsarán una lucha continental
para revertir este proceso y construir una evaluación científica, democrática y
crítica de los sistemas educativos, que incluya no sólo a docentes, alumnos y
escuelas, también a las autoridades del sector "responsables de imponer
reformas que hoy revelan su profundo fracaso.
Lo primero es que los países tengan un debate
franco acerca de si le interesa realmente el enfoque de PISA. Luego, trabajar con los docentes para comunicarles que esto
es importante para el país; para ayudarlos a enriquecer sus modos de enseñar y
alinearlos progresivamente con este enfoque; y también para identificar
docentes cuyas prácticas de enseñanza ya están en la línea de PISA, para que
sirvan de inspiración a otros.
Este proceso (PISA) no nos señalará lo que tenemos que hacer
para mejorar. Tampoco nos indicará con realismo dónde están nuestros
principales problemas en el sector educación. Menos aún nos ilustrará con
respecto a cómo estamos frente a nuestro Diseño Curricular Nacional.
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