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domingo, 27 de septiembre de 2009

MARXISMO EN EL SIGLO XXI EN LATINOAMÉRICA: UN RETO PARA LÍDERES Y MASAS


Marxismo y estalinismo: las antípodas

De: Rick Hunter avefenix_402@hotmail.com
Para: Ubaldo Tejada Guerrero "EL PENSIONISTA" utguerrero31@yahoo.es

"Revivir a Marx, desde la propia dialéctica de su pensamiento y no desde el dogmatismo del siglo XX"

Los conceptos de estado, poder, revolución, partido, democracia, economía, papel de la clase obrera en el socialismo, relaciones de producción y socialismo, entre otros, en todo el siglo XX estuvieron muy marcados por la Revolución de Octubre, su práctica y las generalizaciones que pretendió imponer el estalinismo -disfrazado de leninismo- a todo el movimiento comunista y revolucionario internacional. Toda aquella desviación reduccionista sigue vigente para muchos “comunistas” que, además, tildan de revisionistas o diversionistas a quienes tratan de volver a los orígenes del marxismo, cuando en verdad fue el estalinismo quien se encargó de revisar y distorsionar a Marx y a Lenin.La debacle en que terminaron 70 años de sacrificios de los pueblos rusos y este-europeos, que estremeció todas las conciencias revolucionarias del mundo, fue interpretada por muchos como la derrota de las ideas marxistas y socialistas, cuando en verdad lo derrotado fue aquel desvarío total de sus principios.Pero 20 años luego del desastre, algunos insisten en aquella “escuela de socialismo”, y persisten en mantener todo el sistema totalitario de control económico político y social del estalinismo, bajo diseños “remozados y modernizados” , tratando de evitar las atrocidades más vulgares del georgiano, pero sin abandonar la súper centralizació n que lo caracterizó, ni sus métodos de represión, chantaje, tergiversació n, provocación, penetración, violación de la privacidad, acusaciones de traición y de “enemigos”, y otros contra sus críticos, sean de derecha o de izquierda.Nada contribuyó más a la restauración capitalista privada que el estalinismo, por estancar el proceso de socialización al concentrar, más aún que el propio capitalismo la apropiación de la propiedad y la apropiación del excedente y por sus métodos antidemocráticos y represivos de hacer política, que empujaron fuera del movimiento revolucionario a grandes masas de obreros socialdemócratas, anarquistas, trotskistas y de otras tendencias, a los que combatieron con más saña que a la propia burguesía internacional con la que terminó aliado, por el interés común clasista con el capital en la explotación del trabajo asalariado.
Retomar modernizadamente las esencias marxistas, es imprescindible.
Los pueblos siempre rechazaron aquellos manejos lingüísticos del estalinismo y casi todo aquel “anticomunismo” del siglo XX, estaba dirigido en verdad contra el estalinismo que no compartían amplios sectores del movimiento obrero y democrático en general, con toda razón. Algún día se escribirá la historia de las tácticas y estrategias generales sectarias y fracasadas, impuestas por los estalinistas en el siglo pasado a los partidos comunistas, que solo sirvieron para dividir y derrotar el movimiento revolucionario y democrático en muchos países.El socialismo en el siglo XXI, para lograr llegar a las amplias masas y triunfar como nuevo sistema social, tendrá necesariamente que despojarse de todos aquellos estigmas estalinistas que lo lastraron y llevaron finalmente al fracaso.En forma breve, con fines divulgativos, veamos algunas diferencias absolutas en algunos conceptos fundamentales, entre marxismo y estalinismo. Estos temas han sido ampliamente tratados por muchos autores contemporáneos, y también por este servidor en otros artículos y ensayos, todos disponibles en Internet.
Estado
Para el estalinismo, hegeliano que no marxista, el estado lo era todo, pues “representaba” por decreto los intereses de la “clase obrera”. Al estado, léase aparato e instituciones del gobierno milipolitecnó crata (1), debía pertenecer toda la propiedad y del sacrosanto estado deberían dimanar todas las decisiones para beneficio del pueblo y los trabajadores. El estado autoritario y paternalista, léase la burocracia, debía administrar toda la economía y toda la vida política y social; no los seres humanos, no los trabajadores, no el pueblo.Nada que ver con Marx, para quien el estado debería extinguirse, puesto que paulatinamente iría cediendo sus prerrogativas a los colectivos sociales y de trabajadores. Muy especialmente, la administració n de la producción debería estar en manos de los productores directos. El estatismo en el socialismo, es una muestra de la vulgarización del marxismo por el estalinismo.
Poder
Para el estalinismo el poder debía estar concentrado en el partido de la “clase obrera”, que era a su vez el que establecía todas las políticas para todo y para todos, el que controlaba el estado, el gobierno, los medios de producción, los excedentes y todas las decisiones. El poder del Partido sería absoluto e indiscutible.Nada que ver con Marx, para quien el poder debería residir directa y soberanamente en los trabajadores y el pueblo organizados laboral y comunalmente.RevoluciónPara el estalinismo la Revolución se hizo en 1917, después ya no se habló más de Revolución, se trataba de “institucionalizar el poder de la clase obrera” que “ya lo había tomado” y luego debía organizarlo y ejercerlo el aparato del Partido. Para Stalin, la revolución allí quedó.Nada que ver con Marx, para quien la revolución era un proceso económico político y social permanente, hacia la socialización de la apropiación de la propiedad, los excedentes y las decisiones, que se desarrollaría tanto interna como externamente, encaminado a cambiar las relaciones de producción asalariadas capitalistas, por las nuevas asociadas (cooperativas, autogestionarias) socialistas.
Partido
Para el estalinismo el Partido de la clase obrera, debería ser centralizado, jerárquico, de una férrea disciplina y basado en la lealtad plena de las bases a los dirigentes, los organismos inferiores quedaban subordinados a los superiores que se las arreglaban para mantener en los puestos de dirección a los siempre mismos leales al jefe principal. Más que una organización política se intentaba una fuerza pretoriana (2), que respondiera al gran Jefe.Nada que ver con Marx, quien nunca fundó un partido político y cuya intención era unir a todas las organizaciones obreras, independientemente de las ideologías que profesaran, para impulsar la revolución proletaria que llevara al poder a los colectivos obreros y sociales.DemocraciaPara el estalinismo los conceptos democráticos eran burgueses y deberían ser “aprovechados” por los obreros para instaurar su férrea dictadura sobre la burguesía y demás clases. La democracia socialista era, para el estalinismo, el apoyo incondicional y unánime de las masas al poder de la burocracia, que era el del Partido, al que mandaba su Comité Central, el cual obedecía al Buró Político y éste, a su Secretario General.Nada que ver con Marx, quien señalaba que la clase obrera al tomar el poder debía instaurar la democracia y utilizó el término de dictadura del proletariado solo en el sentido de que todo gobierno era la dictadura de una clase, aunque se ejerciera democráticamente y para significar que en la etapa de tránsito socialista, serían los trabajadores los que ejercerían el poder; pero en democracia.
Economía
Para el estalinismo la economía debía estar toda concentrada en el estado, propiedad, mercado interno y externo, al por mayor y al por menos, distribución, organización, planificación, control de excedentes, sector I y sector II, industria, agricultura y servicios, etc., el llamado totalitarismo económico. Todo sería decidido desde arriba, y todos los funcionarios y burócratas encargados serían designados y pertenecientes a la nomenclatura, especie de clase encargada de dirigir. Dirigir sería una “especialidad”Nada que ver con Marx, para quien la economía en el socialismo debería tender a la socialización, a las nuevas relaciones de producción, a la democratizació n de la vida económica, al control por los trabajadores de la propiedad y los procesos de producción, la planificación democrática y todo -en fin- en manos de los colectivos laborales y sociales, de los productores directos, individuales o colectivos.
Papel de la clase obrera en el socialismo
El estalinismo extendió el papel de la clase obrera contra el capitalismo, al socialismo. Los trabajadores tendrían que seguir siendo asalariados en el socialismo, negando la esencia capitalista de esta forma de explotación del trabajo que debería ser cambiada, abolida en el socialismo. Fue ese "papel de la clase obrera” en el socialismo, lo que le permitió al estalinismo concentrar la propiedad de todos los medios de producción en el estado, hiperbolizar éste y esquilmar a los trabajadores en nombre del socialismo, disponer arbitrariamente de todos los excedentes y controlar central y burocráticamente todas las actividades de la sociedad.Nada que ver con Marx, para quien la clase obrera se liquidaría a sí misma como clase en el acto de la toma de posesión de los medios de producción y el socialismo pasaría a ser la obra de una nueva clase de trabajadores, los trabajadores libres asociados, quienes ya no serian “asalariados”, sino propietarios de medios de producción concretos, dirigirían democráticamente la producción y repartirían equitativamente las ganancias, en un proceso de unión de empresas asociadas, cooperativas y autogestionarias que se integrarían paulatinamente en un plan común.
Relaciones socialistas de producción
Para el estalinismo, en el socialismo se mantendrían las mismas relaciones asalariadas de producción del capitalismo, solo que la propiedad cambiaría de manos de los capitalistas a manos del burocrático estado y éste, benevolentemente, sería el encargado de establecer de manera voluntarista las relaciones de intercambio, distribución y consumo.Nada que ver con Marx, para quien las nuevas relaciones de producción serían las existentes en las cooperativas, de tipo libre asociado, donde desaparecía la contradicción entre el capital y el trabajo pues la propiedad o el usufructo serían del colectivo de trabajadores y la dirección, la gestión de la producción y la repartición de una parte de las utilidades serían decididas democráticamente.SocialismoPara el estalinismo el socialismo era cambiar la propiedad de los capitalistas por la propiedad del estado, pero sin afectar las relaciones asalariadas de producción. El estado sería dirigido por el Partido y la economía se planificaría centralmente para evitar la superproducció n capitalista. Se quería resolver con la planificación centralizada, lo que solo podría resolverse cambiando las relaciones de producción y el resultado no fue evitar la crisis de súper- producción, sino crear los déficit de la misma, como consecuencia de haber centralizado aún más la apropiación que el propio capitalismo privado.Nada que ver con Marx, para quien el socialismo significaba resolver las contradicciones fundamentales del capitalismo, entre el trabajo y el capital y entre la producción social y la apropiación privada, lo que se lograría con la socialización de la propiedad y la apropiación, la abolición del trabajo asalariado, la expropiación de la propiedad capitalista, la que explotaba trabajo asalariado y su sustitución por el establecimiento de nuevas relaciones asociadas de producción. Todo bajo control de los colectivos laborales y sociales. Pudiéramos continuar contraponiendo infinidad de conceptos; pero, quizá, estos basten para demostrar cuan lejos estaba el estalinismo que se pretendió “leninismo”, del marxismo.Revivir a Marx hoy, que el capitalismo está en crisis, no debe costar mucho trabajo, pero hay que hacerlo desde la propia dialéctica de su pensamiento y no desde el dogmatismo que predominó en el Siglo XX.

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