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sábado, 8 de marzo de 2014

RECORDANDO EN EL TRABAJO COTIDIANO AL CAMARADA AMARU

horacio
Por: Andrés Páez Zegarra.
Hoy recordamos al gran camarada “Amaru” por los 30 años de su desaparición física, en un acto organizado desde la JotaCé Patria Roja. A su vez recopilamos algunos extractos de textos escritos, en su nombre, por distintos dirigentes, cuadros y militantes destacados de nuestro partido, del partido de Horacio Zeballos; para que muchos que desconocen de la trascendencia del gran maestro primer secretario general del SUTEP, candidato a la presidencia por el UNIR, diputado por Arequipa, poeta y militante de nuestro partido conozcan algo de su trayectoria.
Recardamos a Horacio Zeballos como nos señala nuestro secretario general Rolando Breña Pantoja: “Cuando hablamos de un hombre o una mujer, vivos o muertos, veámoslo siempre como un ser humano concreto, qué es o qué fue; no de la idea que de ellos nos fabriquemos; tal como fue, no como quisiéramos que hubiera sido. Veamos la carne, el hueso, la conciencia, la voluntad, con todas sus luces y todas sus sombras, y amémoslos así, con todo. Los seres humanos no podemos partirnos. Quizá sea mejor amar lo imperfecto que lo perfecto; el primero nos obliga, acicatea para seguir haciendo, rehaciendo; el segundo puede arrastrarnos al inmovilismo, a la indolencia.”
El presidente de nuestro partido Alberto Moreno Rojas nos menciona al referirse a Horacio: “La historia se construye con la fibra de soñadores como Horacio. De luchadores como él, que no se arredran ante las dificultades. ¿Qué pueden importar después de todo, las mezquindades de los que niegan, o de los que se aferran a tales o cuales limitaciones que le atribuyen para negar su valía y permanencia? ¿Cómo negar su filiación socialista si todo su actuar, sobre todo como forjador del SUTEP y luchador revolucionario, lleva esa marca?. Por lo demás, aún el mejor diamante tiene impurezas y sin embargo es diamante.”
El maestro cantuteño Carlos Rojas Galarza también se refiere al gran Horacio de esta forma: “Nosotros, sus camaradas del PC del P, pensamos que el mejor homenaje al recordado Horacio, es movilizarnos y luchar resueltamente por lo que bregó siempre Horacio Zeballos Gámez: un magisterio reivindicado, una patria, justa, libre y soberana en un mundo fraterno, lo cual se logrará sólo a través de la revolución democrática, nacional y popular en camino al socialismo.”
La maestra, ex Secretaria General del SUTEP Margot Soledad Lozano Costa lo recuerda de esta forma: “Horacio fue un ser humano multifacético que personifica a aquella legión de maestros innovadores y visionarios que al influjo de la Revolución Cubana lucharon por la unificación del magisterio peruano y constituyeron el SUTEP. Como fuera, con Horacio se cierra una etapa nefasta de división del movimiento sindical magisterial y se abre otra fecunda, febril y fértil con el SUTEP que tuvo como sustento los principios del sindicalismo clasista, legado histórico del Amauta José Carlos Mariategui.”
Paul Gutiérrez Ramírez, dirigente comunista en Ica nos relata emotivamente las dos veces que lo vio: “La primera vez allá por 1980 en Marcona. Me iba al cine dominguero donde nos reuníamos con los compañeros del colegio y como tenía a “las justas” para la entrada, me iba caminando. A la altura de la Plaza 9 de Octubre me detuvieron las arengas que se lanzaban desde un estrado misio y la forma de aplaudir distinta a la de los mítines del APRA que eran los únicos que había visto hasta entonces. Y sobre todo el vozarrón de ese hombre flaco y que se encorvaba para alzar la voz, con pinta de predicador, con una chompa marrón clara. Insultaba a los que tenían poder, era pues valiente, me dije, y hablaba de justicia y revolución.”… “La segunda vez que lo vi, Horacio era llevado a Arequipa donde iba a ser despedido en el Cementerio de la Apacheta, allí donde yacen también los restos de mi padre. La mañana de ese fatídico 7 de Marzo de 1984 encontré al c. Flecha sentado en la vereda, acongojado, al pie del pizarrón del FER DEL PERÚ-UNIR. Acababa de escribir con tiza “Horacio Zevallos ha muerto, viva la Revolución” y estaba ahí cuidando que los “krikos” no se tiren la pizarrra como siempre. Flecha era responsable del FER DEL PERÚ en Ica y yo era apenas un cachimbo de la universidad. Me senté a su lado y sin mirarnos, seguro cada quien a nuestra manera habremos llorado al viejo.”
El maestro y estudioso de Vallejo, Julio Yovera lo recuerda a Horacio de esta forma: “El primer secretario general del SUTEP tuvo el aserto de elevarse del ámbito sindical al ámbito de la política; y, por eso es el modelo del nuevo dirigente que no separa –pero tampoco confunde- el sindicato con el Partido, llegando al pleno convencimiento que el sindicalismo por muy clasista y muy revolucionario que sea tiene sus limitaciones, y que quedarse en él es insuficiente. Quienes solo quieren mejorar las condiciones salariales y reivindicativas les basta el sindicato. Pero, quienes llegan a la conclusión, que frente a un orden injusto, hay que luchar por una propuesta de sociedad justa, el gremio es insuficiente.”
El primer secretario de la @Juventud Partido Comunista del Perú – Patria Roja Arturo Ayala Del Río nos recuerda: “¿En qué región no existe un AA.HH., un barrio o una urbanización que lleve por nombre Horacio Zeballos? ¿Recuerdan que fue el más importante dirigente magisterial, que fue encarcelado en el Sepa por la dictadura, que luego fue Diputado y que, por sobre todo, era un entregado militante comunista? ¿Recuerdan de lo hermosos que son sus poemas?
A 30 años de su muerte, es bueno recordarlo.”
El profesor Oscar Felipe Ventura nos ayuda a entender el significado y trascendencia de la vida de Horacio: “Las grandes personalidades no aparecen por casualidad, sino en virtud de una necesidad histórica. La historia nacional registra el nombre de muchos personajes, pero todos no son de gran significación. Hay hombres que actuaron en contra de las exigencias históricas e intentaron volver atrás la rueda de la historia. Estos individuos expresaban los intereses de las clases reaccionarias y por eso fracasaron. El hombre verdaderamente grande es el que contribuye con su vida y sus actos al avance de la sociedad; es el que sin escatimar fuerzas, lucha por lo nuevo y ayuda incansablemente a las masas populares por el cambio de la sociedad. Horacio fue de estos hombres, entregado a la defensa de la patria y de los intereses del pueblo en general, y del magisterio en particular”.
El joven estudiante de educación Jaime Lucio Laos Goycochea nos habla sobre la etica y moral que forjó Horacio: “Hoy recordamos al gran Horacio Zeballos, lo recordamos como héroe, un luchador incansable, un comunista a carta cabal. Y justo eso hay que recalcar de él:Un comunista a carta cabal. Porque todo lo que hizo, todo lo que luchó, estaba íntimamente ligado asu formación, al amor por lo humano, ligado asu moral, su moral revolucionaria… LENIN nos decía “Nuestra moral está enteramente subordinada a los intereses de la lucha de clases del proletariado. Nuestra ética tiene por punto de partida los intereses de la lucha de clases del proletariado”.Y eso hizo de Horacio un gran hombre que aguantó una de las prisiones más criminales que tenía nuestro territorio por aquellos días: El Sepa. Además, cuando Horacio por fin pudo estar en libertad, siguió siendo el hombre de lucha y de fuerza.”
Mario Cruz arequipeño, veterano militante de nuestro partido que conoció a Horacio nos menciona: “Hablar de la dignidad del magisterio es hablar de Horacio, del maestro dirigente histórico del SUTEP, que supo traspasar sus fronteras, para convertirse en un líder popular, magnifico orador, cuyo verbo apasionado entusiasmaba y despertaba gran admiración en las multitudes, fiel creyente de la acción directa de masas y consecuente luchador por las causas de las mayorías populares, además, destacado militante del Partido Comunista del Perú (Patria Roja). Hijo predilecto de Arequipa, nacido en Moquegua. Horacio se entrego enteramente al amor de Arequipa, sin olvidar a su entrañable Carumas, tierra moqueguana que lo vio nacer.”
Horacio Zeballos tuvo con el Partido una relación cotidiana, duradera, de alegría y de cierta melancolía. Con el Partido tuvo la certeza que estaba echando las semillas del porvenir en el pensamiento de los maestros. Y por eso, como para que no quede la menor duda sobre su militancia, escribió a modo de Advertencia en Alegrías de la Prisión, lo siguiente:
“El Partido forma y realiza. Toda su acción retorna al pueblo, del que nace. En él se troca en futuro concreto, en revolución posible. Sólo la militancia política activa, favorece una auténtica y profunda convicción revolucionaria.
“Dedico estas Alegrías de la Prisión a mi Partido, el P.C. del Perú.”

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