El sociólogo Sinesio López dijo a LA PRIMERA que la derecha política se ha quedado con los “ojos llenos de sangre” ante el triunfo de Ollanta Humala en la segunda vuelta electoral sobre Keiko Fujimori. Sin embargo, precisa, la derecha económica, conformada por los empresarios, sí ha demostrado una voluntad de diálogo con el próximo gobierno con el fin de impulsar el crecimiento económico con inclusión social.
-¿Cómo explica el triunfo de Ollanta Humala?
-La Victoria de Ollanta Humala es producto de varios aspectos que van más allá del personalismo y el caudillismo. Ollanta Humala tiene más virtudes que defectos. Su primera virtud ha sido su voluntad férrea ante desafíos, que pueden llegar al límite entre la vida y la muerte. Eso se explica por su experiencia en su lucha contra el terrorismo y en el conflicto del Cenepa. También es persistente y tiene una legítima ambición de poder, el cual es un motor que te impulsa a continuar. Sin embargo, la característica más importante de Ollanta Humala es haber llegado a una madurez política después de las elecciones de 2006, cuando ganó LA PRIMERA vuelta y siguió manteniendo su postura sin tener en cuenta las divergencias. No obstante, esta vez se ha dado cuenta que es necesaria una concertación, una adecuación estratégica y táctica. Muchos criticaron su cambio de programa de gobierno, como si cambiar fuera un defecto. Eso es síntoma de madurez. Ahora ha formado una coalición de izquierda, centro izquierda y liberales democráticos antiFujimoristas. Esto explica el triunfo y el apoyo de algunos medios persistentes como LA PRIMERA, intelectuales y organizaciones civiles. En el último debate presidencial Ollanta Humala puso en la agenda los temas de las esterilizaciones forzadas y la corrupción fujimontesinista que fueron seguidos por los medios y la opinión pública. Incluso, Keiko pidió disculpas. Derrotar a Keiko Fujimori era fácil, lo difícil era derrotar a todos los poderes públicos articulados por el presidente Alan García para apoyarla.
-¿Cómo ve a la derecha después de la derrota de Keiko?
-Los políticos de derecha todavía tienen “sangre en el ojo”, porque saben que para la izquierda es difícil reconciliarse con la corrupción. Sin embargo, el grupo empresarial, que es la derecha económica, se va a ir acomodando después de la sacudida del mercado ocurrida el lunes. Los empresarios se han dado cuenta que no pueden presionar a Ollanta Humala por el vaivén bursátil. Se van a tener que tender puentes entre el poder político y el económico.
-¿Se podría decir que es LA PRIMERA vez en la historia del Perú que la izquierda llega al poder?
-Yo creo que es LA PRIMERA vez que gana electoralmente la centroizquierda. Ahora el poder político tiene que asegurar la estabilidad jurídica y el empresariado garantizar la inversión en programas sociales. La derecha política Fujimorista es más reaccionaria, más racista, va a ser difícil contar con ella, es más terca, es un hueso duro de roer porque tienen mucha “sangre en el ojo”. En cambio la derecha económica se ajusta al modelo de gobierno que busca impulsar un crecimiento con inclusión social. Creo que Ollanta Humala quiere convertir el capitalismo salvaje en capitalismo democrático.
-Un capitalismo que reconozca los derechos de sus trabajadores.
-Va a ser necesario cambiar la actual Constitución, para reconocer los derechos laborales, sindicales y sociales. Yo no entiendo las protestas contra un cambio de Constitución. La Constitución no es una Biblia. Se ha cambiado varias veces, porque la misma norma lo autoriza.
-Ollanta Humala ha iniciado una gira por SudAmérica. ¿Cómo ve el panorama internacional?
-El eje Colombia-Perú-Chile se ha quebrado. Ahora se fortalece el eje izquierdista como el Alba bolivariana de Venezuela, Ecuador y Bolivia; y el grupo centroizquierdista de Brasil, Uruguay y Paraguay. Es sintomático que Ollanta Humala haya iniciado su gira en Brasil.
-¿Qué futuro le augura a nuestras relaciones con Chile?
-Ollanta Humala debe disipar dudas y malentendidos para borrar cualquier alarma de una guerra con Chile, debe poner atención en buscar la garantía de un respeto al fallo de la Corte Internacional de La Haya respecto al diferendo marítimo y a las inversiones peruanas y Chilenas en ambos países.
-¿Y entre el Perú y Estados Unidos?
-Estados Unidos y los organismos internacionales ya se han dado cuenta que Ollanta Humala no “se va a correr al chavismo” y que más bien se va a la centroizquierda.
-¿Cuál sería una medida eficaz para luchar contra el flagelo de la corrupción?
-Una política articulada de todos los organismos de control. Primero, un control horizontal en el que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y el Tribunal Constitucional se fiscalicen mutuamente. Segundo, un control vertical de los ciudadanos a los políticos mediante un referéndum o un plebiscito. Tercero, un control social de la sociedad civil y los medios de comunicación de la gestión política. Por ejemplo, las organizaciones civiles pueden controlar la gestión del Poder Judicial y los medios están llamados a publicarla. En ese contexto, el Poder Ejecutivo puede fomentar ese tipo de control articulado que sería provechoso para la buena marcha del país.
-¿Qué papel jugaría la Contraloría?
-La Contraloría tiene que articular estos tres tipos de control. Tiene que ser independiente del Poder Ejecutivo, porque siempre ha sido dependiente del presidente y por tanto una parte interesada. Por ejemplo, Alan García siempre ha designado al representante de ese organismo. El contralor tiene que ser autónomo. No hay otra forma de asegurar una adecuada lucha contra la corrupción.
Llamil Vásquez
-¿Cómo explica el triunfo de Ollanta Humala?
-La Victoria de Ollanta Humala es producto de varios aspectos que van más allá del personalismo y el caudillismo. Ollanta Humala tiene más virtudes que defectos. Su primera virtud ha sido su voluntad férrea ante desafíos, que pueden llegar al límite entre la vida y la muerte. Eso se explica por su experiencia en su lucha contra el terrorismo y en el conflicto del Cenepa. También es persistente y tiene una legítima ambición de poder, el cual es un motor que te impulsa a continuar. Sin embargo, la característica más importante de Ollanta Humala es haber llegado a una madurez política después de las elecciones de 2006, cuando ganó LA PRIMERA vuelta y siguió manteniendo su postura sin tener en cuenta las divergencias. No obstante, esta vez se ha dado cuenta que es necesaria una concertación, una adecuación estratégica y táctica. Muchos criticaron su cambio de programa de gobierno, como si cambiar fuera un defecto. Eso es síntoma de madurez. Ahora ha formado una coalición de izquierda, centro izquierda y liberales democráticos antiFujimoristas. Esto explica el triunfo y el apoyo de algunos medios persistentes como LA PRIMERA, intelectuales y organizaciones civiles. En el último debate presidencial Ollanta Humala puso en la agenda los temas de las esterilizaciones forzadas y la corrupción fujimontesinista que fueron seguidos por los medios y la opinión pública. Incluso, Keiko pidió disculpas. Derrotar a Keiko Fujimori era fácil, lo difícil era derrotar a todos los poderes públicos articulados por el presidente Alan García para apoyarla.
-¿Cómo ve a la derecha después de la derrota de Keiko?
-Los políticos de derecha todavía tienen “sangre en el ojo”, porque saben que para la izquierda es difícil reconciliarse con la corrupción. Sin embargo, el grupo empresarial, que es la derecha económica, se va a ir acomodando después de la sacudida del mercado ocurrida el lunes. Los empresarios se han dado cuenta que no pueden presionar a Ollanta Humala por el vaivén bursátil. Se van a tener que tender puentes entre el poder político y el económico.
-¿Se podría decir que es LA PRIMERA vez en la historia del Perú que la izquierda llega al poder?
-Yo creo que es LA PRIMERA vez que gana electoralmente la centroizquierda. Ahora el poder político tiene que asegurar la estabilidad jurídica y el empresariado garantizar la inversión en programas sociales. La derecha política Fujimorista es más reaccionaria, más racista, va a ser difícil contar con ella, es más terca, es un hueso duro de roer porque tienen mucha “sangre en el ojo”. En cambio la derecha económica se ajusta al modelo de gobierno que busca impulsar un crecimiento con inclusión social. Creo que Ollanta Humala quiere convertir el capitalismo salvaje en capitalismo democrático.
-Un capitalismo que reconozca los derechos de sus trabajadores.
-Va a ser necesario cambiar la actual Constitución, para reconocer los derechos laborales, sindicales y sociales. Yo no entiendo las protestas contra un cambio de Constitución. La Constitución no es una Biblia. Se ha cambiado varias veces, porque la misma norma lo autoriza.
-Ollanta Humala ha iniciado una gira por SudAmérica. ¿Cómo ve el panorama internacional?
-El eje Colombia-Perú-Chile se ha quebrado. Ahora se fortalece el eje izquierdista como el Alba bolivariana de Venezuela, Ecuador y Bolivia; y el grupo centroizquierdista de Brasil, Uruguay y Paraguay. Es sintomático que Ollanta Humala haya iniciado su gira en Brasil.
-¿Qué futuro le augura a nuestras relaciones con Chile?
-Ollanta Humala debe disipar dudas y malentendidos para borrar cualquier alarma de una guerra con Chile, debe poner atención en buscar la garantía de un respeto al fallo de la Corte Internacional de La Haya respecto al diferendo marítimo y a las inversiones peruanas y Chilenas en ambos países.
-¿Y entre el Perú y Estados Unidos?
-Estados Unidos y los organismos internacionales ya se han dado cuenta que Ollanta Humala no “se va a correr al chavismo” y que más bien se va a la centroizquierda.
-¿Cuál sería una medida eficaz para luchar contra el flagelo de la corrupción?
-Una política articulada de todos los organismos de control. Primero, un control horizontal en el que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y el Tribunal Constitucional se fiscalicen mutuamente. Segundo, un control vertical de los ciudadanos a los políticos mediante un referéndum o un plebiscito. Tercero, un control social de la sociedad civil y los medios de comunicación de la gestión política. Por ejemplo, las organizaciones civiles pueden controlar la gestión del Poder Judicial y los medios están llamados a publicarla. En ese contexto, el Poder Ejecutivo puede fomentar ese tipo de control articulado que sería provechoso para la buena marcha del país.
-¿Qué papel jugaría la Contraloría?
-La Contraloría tiene que articular estos tres tipos de control. Tiene que ser independiente del Poder Ejecutivo, porque siempre ha sido dependiente del presidente y por tanto una parte interesada. Por ejemplo, Alan García siempre ha designado al representante de ese organismo. El contralor tiene que ser autónomo. No hay otra forma de asegurar una adecuada lucha contra la corrupción.
Llamil Vásquez
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