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miércoles, 22 de junio de 2011

OLLANTA, PENSIÓN 65 Y REALIDADES

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO – Analista Globalutguerrero31@yahoo.es


“Que esta mayoría fuera apenas de tres puntos pone los pelos de punta, pues indica que las bases de sustentación de la democracia son muy débiles y que hay en el país casi una mitad de electores que prefiere vivir bajo una satrapía que en libertad. Es una de las grandes tareas que tiene ahora en sus manos el gobierno de Humala. La regeneración moral y política de una nación……” (“La derrota del fascismo”-Mario Vargas Llosa-19/06/11-“La República”-Perú)


A MANERA DE INTRODUCCIÓN
El electo presidente del Perú (2011-2016), Ollanta Humala, propuso en su campaña, una reforma tributaria (basada en el principio de quien gana más, debe pagar más), para financiar el programa Pensión 65 que entregaría 250 soles mensuales a las personas mayores de 65 años que carezcan de algún tipo de ingreso pensionario. Debemos hacer mención que los pensionistas del Estado (20530, 19990, y Militares y Policías), en promedio reciben un monto congelado en promedio de 600 nuevos soles, muy inferior al monto de la canasta básica (S/. 2,400), resultado de políticas neoliberales (1990-2011), que han terminado privilegiando a las empresas privadas (AFP).
Hacer realidad la esperanza del programa “Pensión 65” de 250 soles mensuales, según el electo Presidente sería a través de la ONP. Empezando con un programa gradual con más de medio millón en el primer año, el cual se extendería a los mayores de 70 años en el segundo año, y terminaremos para el tercer año con los mayores de 75 años.
Según sus proyecciones económicas, ese programa tendría un costo promedio de 5 mil millones de soles al año, que bien pueden obtenerse de una reforma tributaria, de gastar menos en burocracia, y de invertir más en las personas, que es la base del valor agregado.
Según Ollanta, el pago del canon minero y el combate a la evasión y la elusión, permitirían recaudar 5 mil millones de dólares por año para Pensión 65, construir hospitales en provincias, instalar servicio de agua potable y electricidad en zonas rurales, etc.


FRÍO ANÁLISIS DEL ENVEJECIMIENTO
Durante los últimos 50 años la disminución de la natalidad y la mortalidad mundial ha conducido progresivamente al envejecimiento poblacional. En los países latinoamericanos, entre ellos el Perú, el envejecimiento de la población es una característica demográfica que va adquiriendo relevancia debido a las consecuencias económicas y sociales que implica, a los cambios en las áreas del trabajo, vivienda, recreación, educación que acarrea y, sobre todo, a las necesidades de salud a que dará lugar.
Según el censo/estimaciones de 1970, la población adulta mayor del Perú constituía el 5.54% del total nacional; en el censo de 1993, alcanzó el 6.34%; por tanto, en 23 años la población de adultos mayores creció en menos de 1%. El ritmo de crecimiento se viene incrementando desde hace una década, ya que se calcula que hacia fines del 2004 esta población representará el 7.55% y en el 2025, el 13.27%.
Esto significa que en los próximos 20 años la población de adultos mayores llegará casi a duplicarse. Estamos así siendo testigos de un rápido proceso de transición demográfica, por lo que debemos estar preparados para afrontar los cambios y sus consecuencias.
Asimismo, la expectativa de vida de la población peruana ha cambiado en los últimos años; en 1970, era de 53 años; en el 2004, es de 70 años y se estima que alcanzará los 75 años en el 2025.
En el Perú existen 11 millones de personas, que sus edades fluctúan entre 20 y 65 años, que no se encuentran afiliadas a ningún sistema de pensiones ya sea por encontrarse en situación de pobreza o por trabajar en una empresa informal. De ese total de personas, poco más de un millón y medio lo conforman adultos mayores (pasan los 65 años) y que en su vejez no cuentan con una pensión. Así lo advierte, Félix Grández, secretario ejecutivo de la “Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza” (MCLCP).


LOS 100 SOLES DE GARCÍA
Esta fue la gran noticia para los adultos mayores que el Presidente del Perú, Alán García, anunció a bombo y platillo en su discurso con motivo de la celebración del día de Fiestas Patrias, 28 de julio del 2010. Así pues resulta que los adultos mayores recibirían a partir del año 2011 la cantidad de 100 soles al mes, esto es, unos 35 dólares, unos 28 euros mensuales. Pero este “regalo” no lo recibirán todos los peruanos mayores de 65 años, sino sólo aquellos que reúnan tres condiciones: que vivan en extrema pobreza, que tengan más de 75 años y que no reciban ninguna pensión ni pública ni privada. Realmente preocupante… Y encima ahora resulta que el Gobierno para pagar estas prestaciones se plantea de dónde sacar el dinero, no cuenta con un padrón de adultos mayores en esta flagrante situación, ni saben como identificar y focalizar adecuadamente la subvención a los ancianos mayores de 75 años en situación de pobreza extrema, ni por donde empezar, porque ni siquiera existe cifras confiables de cuantos trabajadores públicos existen.
La pregunta es cómo puede vivir en el Perú un anciano de más de 75 años, sin ninguna pensión, para hacer frente a sus necesidades básicas de alimentación, de salud, de vivienda, etc. con algo más de 3 soles al día, es decir, apenas un dólar al día, 0,90 euros diarios… Se nos dirá que “más vale algo que nada”, pero realmente la situación de los adultos mayores en el Perú es muy, pero que muy preocupante. De ahí la necesidad de que los adultos mayores en el Perú se unan (“la unión hace la fuerza•), se asocien en organizaciones locales, provinciales, regionales y nacionales e, inclusive, latinoamericanas (como la FIAPAM, “Federación Iberoamericana de Asociaciones de Adultos Mayores”) para reivindicar sus derechos y luchar para conseguir conquistas históricas, sociales, sanitarias, económica y políticas que mejoren su drástica y penosa realidad actual.
Actualmente, se ha incrementado el número de adultos de más de 65 años que laboran en Lima Metropolitana. Así, en el periodo enero-febrero-marzo 2010 se registraron 146,500 personas de más de 65 años en la población económicamente activa (PEA) ocupada de la capital, lo cual representa un incremento de 8.3% respecto al trimestre del 2009 cuando se registraron 135.300, informó el INEI.
Existen 761,500 adultos de 60 y más años integran la población de Lima en edad de trabajar, 294,500 adultos mayores conforman la población económicamente activa (PEA), y 17,800 adultos mayores están en capacidad de trabajar pero no tienen un empleo.
Más aún, este grupo supera en número al conformado por los adultos de 60 a 64 años que conforman la PEA ocupada en Lima, quienes suman un total de 130,200 en el trimestre enero-febrero-marzo 2010. Estas cifras se obtuvieron a base de la Encuesta Permanente de Empleo (EPE) aplicada por el INEI, cuyo resultado del similar trimestre del año 2008 fue de 121,700 personas de más de 65 años.


A MANERA DE COLOFÓN
El estudio compilado en el libro “Envejecimiento con Dignidad: Pensiones No Contributivas para Reducir la Pobreza en el Perú”, demuestra, sobre la base de investigaciones realizadas por diversos especialistas en el tema, que otorgar una pensión no contributiva equivalente a S/ 100 mensuales a personas de 65 o más años que no cuentan con ningún otro tipo de protección social, implicaría un costo fiscal de 0,27% del PBI peruano. Simulaciones hasta el año 2050 indican que el costo fiscal se mantendría incluso en niveles inferiores al 0,15% del PIB, lo que demuestra que el sistema de protección social es sostenible en el largo plazo, siempre y cuando se mantenga el crecimiento económico y se introduzcan modificaciones al modelo excluyente neoliberal.

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