EL PITUCO
Desenmascarando al invasor disfrazado de Peruano…
¿QUIÉN ES EL PITUCO?
El pituco es el invasor extranjero enquistado en territorio peruano. Es un parásito que se presenta bajo dos modalidades:
1. El primer tipo de pituco es el auténtico extranjero, pero que astutamente ha obtenido la nacionalidad peruana, de modo que tiene un DNI para camuflarse y pasar de peruano. Este tipo de pituco es un minúsculo grupo y reside mayormente en los barrios aristocráticos de Lima.
2. El segundo tipo de pituco es el hijo, nieto o bisnieto de extranjeros que hace muchos años invadieron el Perú, y como nacidos en el Perú cuentan con DNI. Por ejemplo, españoles, chinos, japoneses e italianos. Este tipo de pitucos, llamados también “criollos”, son los más numerosos y están dispersos en los principales centros urbanos de la costa.
En conjunto, ambos tipos de pitucos representan el 4 % de la población peruana; es decir, un minúsculo grupo de invasores que reinan en territorio ajeno.
¿DE DONDE VIENEN?
La mayor parte de los pitucos provienen de Europa, Asia, Norteamérica, Israel y Chile. A partir de 1535 llegaron los invasores europeos a territorio peruano. Primero llegaron bandas de delincuentes desde España, que en su mayor parte eran moros (árabes), y su baile de raíz árabe aquí se llama marinera. El moro españolizado es una raza bulliciosa, escandalosa y viciosa, cuyo veneno se ha impregnado en las venas de muchos peruanos en el proceso del mestizaje. La viveza criolla es la herencia cultural más asquerosa de estos invasores, que nos contamina y corroe.
Posteriormente llegan italianos, chinos, japoneses y africanos. En el caso de chinos y japoneses, llegan al Perú como mendigos o esclavos, pero con el pasar del tiempo estos resultaron ser malagradecidos de la hospitalidad peruana, y ahora son nuestros amos y verdugos. Se cumple el refrán que dice “cría cuervos y te sacarán los ojos”. Ejemplos tenemos en los batracios Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, Marco Miyashiro y Magdalena Chu.
Finalmente, en las últimas 40 décadas invaden el Perú los pitucos más astutos y criminales: los judíos y chilenos. En la actualidad este grupo de invasores dirigen desde la clandestinidad los destinos del Perú, a través de sus bandas de gansters llamados “clase política”, que son la flor y nata de la pituquería; otras veces gobiernan haciéndose pasar como Asesores o Consultores en los altos niveles del poder ejecutivo. El pituco es el aliado y peón del hampa internacional, llamados también empresas transnacionales.
¿CÓMO SON LOS PITUCOS?
El pituco se diferencia fácilmente de la población peruana, porque como extranjeros pertenecen a otras razas y culturas. Solamente mirad a la élite que dirige el gobierno peruano, mirad a los congresistas, mirad a los embajadores, mirad a los ministros, mirad a los que lideran la política criolla; son rostros extranjeros que ofenden la dignidad de los peruanos. Sin embargo están aquí, dirigiendo un país que no les pertenece, prosperando cínicamente de la riqueza ajena.
Claro, amigo, el pituco es blanco, muchos de ellos rubios, ojos azules o verdes; también hay pitucos asiáticos de ojos rasgados. Los peruanos desde nuestro origen somos cobrizos, tanto en la costa, la sierra y la selva. Muchos de los pitucos son cogotudos como señal de su vida de lujuria y cinismo (Rómulo León).
También se puede reconocer a los pitucos mediante sus apellidos extranjeros: Cipriani, Gorriti, Rospigliosi, Lerner, Wolfenson, Ivcher, Winter, Parker, Schutz, Wong, Chang, Lay, Boloña, Blume, Alan García, Llosa, Borea, Hildebrandt, Belaunde, Pease, Barrenechea, Delta, Olivera, Ferrero, Diez Canseco, Basadre, Sota Nadal, Waisman, Kouri, Giampietri, Ericson, Wagner, Mazzetti, etc. Una verdadera colección de joyas humanas.
¿DÓNDE ESTAN LOCALIZADOS?
Los pitucos mayormente viven en Lima y las principales ciudades de la costa norte del Perú. En Lima viven principalmente en San Isidro, Miraflores, San Borja, Surco, La Molina. En la costa norte viven en Trujillo, Chiclayo y Piura, además de pequeños remanentes en Ica y Arequipa, y son el bastión social de la derecha peruana formado por el APRA, fujimorismo y UN.
LA PSICOLOGIA DEL PITUCO
La historia del Perú está llena de frustraciones y tragedias, y no hay un solo historiador que nos explique la causa de tanto sufrimiento de los peruanos. Para ocultar la verdad los historiadores pitucos escribieron novelas, cuentos y ficciones que tergiversan la verdadera historia del Perú, sobredimensionando lo secundario y escondiendo lo principal. Nos han dicho que la invasión y la colonia son cosa del pasado lejano, cuando en realidad la invasión y la colonia son asuntos de palpitante actualidad, y porque no decir, son los problemas centrales del Perú de hoy. En realidad EL PTIUCO ES LA EXPRESION REAL Y CONCRETA DE LA INVASION. ES EL COLONIZADOR QUE ASTUTAMENTE DISFRAZADO DE PERUANO NOS ROBA Y MATA CADA DIA, por lo tanto es la causa de nuestra pobreza y sufrimientos. Entonces, no es posible comprender la historia del Perú sin comprender primero el problema del pituco, porque detrás de todo acontecimiento negativo para el Perú está la mano sucia del pituco.
Ahora que el enemigo interno está perfectamente identificado, es de crucial importancia conocer la psicología de estos parásitos, para entender su estrategia y comportamiento cotidiano, y no seguir siendo víctimas del engaño por más tiempo.
En primer lugar, el pituco es aniñado. Le afecta la altura de la sierra, la lluvia, el sol, etc; de igual modo, le afecta los factores naturales de la selva. Como no está en su patria europea o asiática se siente hostilizado por la naturaleza andina y amazónica. Por ello es discriminador y trata despectivamente al serrano y al selvático. Hasta se dan el lujo de llamarnos auquénidos y apestosos en nuestra propia tierra (padre de Lourdes Flores N.).
El pituco de boca para afuera es más peruano que el propio peruano. Siempre habla de peruanidad, amor a la patria, pero cuando se trata de defender los intereses del Perú lo traiciona sin pensarlo dos veces. Para justificar su conducta tiene a flor de labios un rosario de argumentos como: modernidad, globalización, competitividad, etc. Las tragedias que el Perú ha sufrido durante su historia tiene explicación en la traición de estos invasores en los momentos más críticos. El pituco es el Judas camuflado dentro de la población peruana, un verdadero cuchillo en las entrañas del Perú.
El pituco de boca para afuera es muy católico o evangélico, más papista que el papa, defensor de las leyes divinas, respetuosa de los derechos humanos, una verdadera joya humana; pero cuando se trata de robar las arcas del estado, hacer negocios turbios en contra del Perú, ser narcotraficante o contrabandista, no hay ley divina que valga, ni derechos humanos que respetar. Entonces sale a lucir sus garras de criminal y arrasa con quien se oponga a su paso. La riqueza amasada por el pituco durante siglos es gracias a su habilidad como ladrón, estafador y criminal.
El pituco es racista y discriminador. Se reserva sólo para su élite el derecho de ocupar los altos cargos públicos: presidente, ministro, congresista, embajador, consultor, general, coronel, oficiales, funcionario de alto rango, cardenal, arzobispo, etc. El Quechua, Aymara, Amazónico, los cholos y los negros no tienen derecho de ocupar esos cargos. Así tienen en sus manos las riendas de un país que no les pertenece.
Los europeos, norteamericanos, judíos y asiáticos en su propio país son tan racistas y discriminadores: las oportunidades del empleo, la carrera política y el comercio internacional están cerradas para los sudamericanos. El peruano sólo puede acceder a puestos bajos y los peor remunerados, mucho menos nos permiten que lleguemos a cargos políticos. Pero cuando éstos vienen al Perú son enemigos del racismo, son verdaderos santos que predican el libre comercio, la igualdad y otras linduras. Son unos verdaderos hipócritas y mentirosos, fingen algo que no practican en su propio país. Y lo peor se dan el lujo de practicar el racismo y la discriminación en un país noble como el Perú que les acoge con tanta amabilidad. Vaya a Europa, el Asia o medio oriente y vea si el peruano puede llegar a ser congresista, ministro, consultor, presidente o ser dueño de las empresas de televisión, pero aquí en el Perú les permitimos tanta majadería a estos parásitos.
Es aceptable que el extranjero sea racista y discriminador en su país; tiene todo el derecho de ser tal cual es en su patria. Pero es absolutamente inaceptable que sea racista y discriminador en nuestro país, en nuestra propia casa; es del todo inmoral que un extranjero sea el amo en nuestra propia tierra. Eso no es democracia, no es modernidad, tampoco globalización; eso tiene un nombre: asalto a tierra ajena. Y el pituco es un asaltante en tierra peruana.
El pituco es muy “demócrata”. Su lenguaje es muy florido en palabras como diálogo, concertación, participación ciudadana, género, derechos humanos, igualdad, tolerancia, cultura de paz y otras linduras. Ellos quieren que la gente del pueblo dialogue y concerte entre sí para solucionar sus problemas locales, pero ellos no aceptan dialogar y concertar con la gente del pueblo. Solamente quieren imponer al caballazo, de arriba para abajo.
Para el pituco el ciudadano ideal es el que no habla ni protesta. Por la gobernabilidad, la tranquilidad social el pueblo debe estar callado, aunque los de arriba cometan atrocidades. Pobre del quien se atreva a salir a las calles y protestar es tildado de comunista o terrorista, entonces sus mercenarios de la policía y el poder judicial con toda celeridad se encargan de encarcelarlo, torturarlo o matarlo. Pero cuando el pituco roba o mata, la justicia dura una eternidad y nunca hay sanción. Para el pituco ese es el estado de derecho, caso petroaudios.
La palabra que más le aterroriza al pituco es CAMBIO, por ello odia a todo movimiento o líder que propone el cambio como el medio para solucionar los problemas del Perú. Sienten terror porque no quieren perder su riqueza y privilegios logrados a sangre y fuego durante siglos de rapiña. Para ocultar su terror acuñaron esa frasecita criolla CAMBIO RESPONSABLE, que es sinónimo de ningún cambio y continuidad de la misma porquería, con la finalidad de engañar a los ingenuos ciudadanos. Tampoco tienen reparo alguno en organizar bandas de criminales para frenar la posibilidad del cambio. Allí tenemos como ejemplos el comando Rodrigo Franco, el Grupo Colina y los propios comandos del servicio de inteligencia de la marina, el ejército y la policía., valientes para un pueblo humilde y desarmado.
El pituco es amigable y amante de la paz. Es enemigo de la pena de muerte y todo que parezca castigo fuerte. Pero toda su prédica es sólo de boca para afuera. Una vez logrado su objetivo te da la puñalada por la espalda y actúa como el peor criminal. Ejemplos concretos tenemos en el asalto a la Embajada de Japón y el genocidio de Bagua Los pitucos son piquitos de oro y su máxima expresión es el charlatán Alan García, un gangster de la política.
El pituco es infalible, la máxima expresión de la perfección, y como tal nunca se equivoca, por ello es soberbio, drástico e inflexible con la gente del pueblo, pero flexible, comprensivo y humanitario con los delincuentes de cuello y corbata como Fujimori, Montesinos, Rómulo León y Quimper.
Desenmascarando al invasor disfrazado de Peruano…
¿QUIÉN ES EL PITUCO?
El pituco es el invasor extranjero enquistado en territorio peruano. Es un parásito que se presenta bajo dos modalidades:
1. El primer tipo de pituco es el auténtico extranjero, pero que astutamente ha obtenido la nacionalidad peruana, de modo que tiene un DNI para camuflarse y pasar de peruano. Este tipo de pituco es un minúsculo grupo y reside mayormente en los barrios aristocráticos de Lima.
2. El segundo tipo de pituco es el hijo, nieto o bisnieto de extranjeros que hace muchos años invadieron el Perú, y como nacidos en el Perú cuentan con DNI. Por ejemplo, españoles, chinos, japoneses e italianos. Este tipo de pitucos, llamados también “criollos”, son los más numerosos y están dispersos en los principales centros urbanos de la costa.
En conjunto, ambos tipos de pitucos representan el 4 % de la población peruana; es decir, un minúsculo grupo de invasores que reinan en territorio ajeno.
¿DE DONDE VIENEN?
La mayor parte de los pitucos provienen de Europa, Asia, Norteamérica, Israel y Chile. A partir de 1535 llegaron los invasores europeos a territorio peruano. Primero llegaron bandas de delincuentes desde España, que en su mayor parte eran moros (árabes), y su baile de raíz árabe aquí se llama marinera. El moro españolizado es una raza bulliciosa, escandalosa y viciosa, cuyo veneno se ha impregnado en las venas de muchos peruanos en el proceso del mestizaje. La viveza criolla es la herencia cultural más asquerosa de estos invasores, que nos contamina y corroe.
Posteriormente llegan italianos, chinos, japoneses y africanos. En el caso de chinos y japoneses, llegan al Perú como mendigos o esclavos, pero con el pasar del tiempo estos resultaron ser malagradecidos de la hospitalidad peruana, y ahora son nuestros amos y verdugos. Se cumple el refrán que dice “cría cuervos y te sacarán los ojos”. Ejemplos tenemos en los batracios Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, Marco Miyashiro y Magdalena Chu.
Finalmente, en las últimas 40 décadas invaden el Perú los pitucos más astutos y criminales: los judíos y chilenos. En la actualidad este grupo de invasores dirigen desde la clandestinidad los destinos del Perú, a través de sus bandas de gansters llamados “clase política”, que son la flor y nata de la pituquería; otras veces gobiernan haciéndose pasar como Asesores o Consultores en los altos niveles del poder ejecutivo. El pituco es el aliado y peón del hampa internacional, llamados también empresas transnacionales.
¿CÓMO SON LOS PITUCOS?
El pituco se diferencia fácilmente de la población peruana, porque como extranjeros pertenecen a otras razas y culturas. Solamente mirad a la élite que dirige el gobierno peruano, mirad a los congresistas, mirad a los embajadores, mirad a los ministros, mirad a los que lideran la política criolla; son rostros extranjeros que ofenden la dignidad de los peruanos. Sin embargo están aquí, dirigiendo un país que no les pertenece, prosperando cínicamente de la riqueza ajena.
Claro, amigo, el pituco es blanco, muchos de ellos rubios, ojos azules o verdes; también hay pitucos asiáticos de ojos rasgados. Los peruanos desde nuestro origen somos cobrizos, tanto en la costa, la sierra y la selva. Muchos de los pitucos son cogotudos como señal de su vida de lujuria y cinismo (Rómulo León).
También se puede reconocer a los pitucos mediante sus apellidos extranjeros: Cipriani, Gorriti, Rospigliosi, Lerner, Wolfenson, Ivcher, Winter, Parker, Schutz, Wong, Chang, Lay, Boloña, Blume, Alan García, Llosa, Borea, Hildebrandt, Belaunde, Pease, Barrenechea, Delta, Olivera, Ferrero, Diez Canseco, Basadre, Sota Nadal, Waisman, Kouri, Giampietri, Ericson, Wagner, Mazzetti, etc. Una verdadera colección de joyas humanas.
¿DÓNDE ESTAN LOCALIZADOS?
Los pitucos mayormente viven en Lima y las principales ciudades de la costa norte del Perú. En Lima viven principalmente en San Isidro, Miraflores, San Borja, Surco, La Molina. En la costa norte viven en Trujillo, Chiclayo y Piura, además de pequeños remanentes en Ica y Arequipa, y son el bastión social de la derecha peruana formado por el APRA, fujimorismo y UN.
LA PSICOLOGIA DEL PITUCO
La historia del Perú está llena de frustraciones y tragedias, y no hay un solo historiador que nos explique la causa de tanto sufrimiento de los peruanos. Para ocultar la verdad los historiadores pitucos escribieron novelas, cuentos y ficciones que tergiversan la verdadera historia del Perú, sobredimensionando lo secundario y escondiendo lo principal. Nos han dicho que la invasión y la colonia son cosa del pasado lejano, cuando en realidad la invasión y la colonia son asuntos de palpitante actualidad, y porque no decir, son los problemas centrales del Perú de hoy. En realidad EL PTIUCO ES LA EXPRESION REAL Y CONCRETA DE LA INVASION. ES EL COLONIZADOR QUE ASTUTAMENTE DISFRAZADO DE PERUANO NOS ROBA Y MATA CADA DIA, por lo tanto es la causa de nuestra pobreza y sufrimientos. Entonces, no es posible comprender la historia del Perú sin comprender primero el problema del pituco, porque detrás de todo acontecimiento negativo para el Perú está la mano sucia del pituco.
Ahora que el enemigo interno está perfectamente identificado, es de crucial importancia conocer la psicología de estos parásitos, para entender su estrategia y comportamiento cotidiano, y no seguir siendo víctimas del engaño por más tiempo.
En primer lugar, el pituco es aniñado. Le afecta la altura de la sierra, la lluvia, el sol, etc; de igual modo, le afecta los factores naturales de la selva. Como no está en su patria europea o asiática se siente hostilizado por la naturaleza andina y amazónica. Por ello es discriminador y trata despectivamente al serrano y al selvático. Hasta se dan el lujo de llamarnos auquénidos y apestosos en nuestra propia tierra (padre de Lourdes Flores N.).
El pituco de boca para afuera es más peruano que el propio peruano. Siempre habla de peruanidad, amor a la patria, pero cuando se trata de defender los intereses del Perú lo traiciona sin pensarlo dos veces. Para justificar su conducta tiene a flor de labios un rosario de argumentos como: modernidad, globalización, competitividad, etc. Las tragedias que el Perú ha sufrido durante su historia tiene explicación en la traición de estos invasores en los momentos más críticos. El pituco es el Judas camuflado dentro de la población peruana, un verdadero cuchillo en las entrañas del Perú.
El pituco de boca para afuera es muy católico o evangélico, más papista que el papa, defensor de las leyes divinas, respetuosa de los derechos humanos, una verdadera joya humana; pero cuando se trata de robar las arcas del estado, hacer negocios turbios en contra del Perú, ser narcotraficante o contrabandista, no hay ley divina que valga, ni derechos humanos que respetar. Entonces sale a lucir sus garras de criminal y arrasa con quien se oponga a su paso. La riqueza amasada por el pituco durante siglos es gracias a su habilidad como ladrón, estafador y criminal.
El pituco es racista y discriminador. Se reserva sólo para su élite el derecho de ocupar los altos cargos públicos: presidente, ministro, congresista, embajador, consultor, general, coronel, oficiales, funcionario de alto rango, cardenal, arzobispo, etc. El Quechua, Aymara, Amazónico, los cholos y los negros no tienen derecho de ocupar esos cargos. Así tienen en sus manos las riendas de un país que no les pertenece.
Los europeos, norteamericanos, judíos y asiáticos en su propio país son tan racistas y discriminadores: las oportunidades del empleo, la carrera política y el comercio internacional están cerradas para los sudamericanos. El peruano sólo puede acceder a puestos bajos y los peor remunerados, mucho menos nos permiten que lleguemos a cargos políticos. Pero cuando éstos vienen al Perú son enemigos del racismo, son verdaderos santos que predican el libre comercio, la igualdad y otras linduras. Son unos verdaderos hipócritas y mentirosos, fingen algo que no practican en su propio país. Y lo peor se dan el lujo de practicar el racismo y la discriminación en un país noble como el Perú que les acoge con tanta amabilidad. Vaya a Europa, el Asia o medio oriente y vea si el peruano puede llegar a ser congresista, ministro, consultor, presidente o ser dueño de las empresas de televisión, pero aquí en el Perú les permitimos tanta majadería a estos parásitos.
Es aceptable que el extranjero sea racista y discriminador en su país; tiene todo el derecho de ser tal cual es en su patria. Pero es absolutamente inaceptable que sea racista y discriminador en nuestro país, en nuestra propia casa; es del todo inmoral que un extranjero sea el amo en nuestra propia tierra. Eso no es democracia, no es modernidad, tampoco globalización; eso tiene un nombre: asalto a tierra ajena. Y el pituco es un asaltante en tierra peruana.
El pituco es muy “demócrata”. Su lenguaje es muy florido en palabras como diálogo, concertación, participación ciudadana, género, derechos humanos, igualdad, tolerancia, cultura de paz y otras linduras. Ellos quieren que la gente del pueblo dialogue y concerte entre sí para solucionar sus problemas locales, pero ellos no aceptan dialogar y concertar con la gente del pueblo. Solamente quieren imponer al caballazo, de arriba para abajo.
Para el pituco el ciudadano ideal es el que no habla ni protesta. Por la gobernabilidad, la tranquilidad social el pueblo debe estar callado, aunque los de arriba cometan atrocidades. Pobre del quien se atreva a salir a las calles y protestar es tildado de comunista o terrorista, entonces sus mercenarios de la policía y el poder judicial con toda celeridad se encargan de encarcelarlo, torturarlo o matarlo. Pero cuando el pituco roba o mata, la justicia dura una eternidad y nunca hay sanción. Para el pituco ese es el estado de derecho, caso petroaudios.
La palabra que más le aterroriza al pituco es CAMBIO, por ello odia a todo movimiento o líder que propone el cambio como el medio para solucionar los problemas del Perú. Sienten terror porque no quieren perder su riqueza y privilegios logrados a sangre y fuego durante siglos de rapiña. Para ocultar su terror acuñaron esa frasecita criolla CAMBIO RESPONSABLE, que es sinónimo de ningún cambio y continuidad de la misma porquería, con la finalidad de engañar a los ingenuos ciudadanos. Tampoco tienen reparo alguno en organizar bandas de criminales para frenar la posibilidad del cambio. Allí tenemos como ejemplos el comando Rodrigo Franco, el Grupo Colina y los propios comandos del servicio de inteligencia de la marina, el ejército y la policía., valientes para un pueblo humilde y desarmado.
El pituco es amigable y amante de la paz. Es enemigo de la pena de muerte y todo que parezca castigo fuerte. Pero toda su prédica es sólo de boca para afuera. Una vez logrado su objetivo te da la puñalada por la espalda y actúa como el peor criminal. Ejemplos concretos tenemos en el asalto a la Embajada de Japón y el genocidio de Bagua Los pitucos son piquitos de oro y su máxima expresión es el charlatán Alan García, un gangster de la política.
El pituco es infalible, la máxima expresión de la perfección, y como tal nunca se equivoca, por ello es soberbio, drástico e inflexible con la gente del pueblo, pero flexible, comprensivo y humanitario con los delincuentes de cuello y corbata como Fujimori, Montesinos, Rómulo León y Quimper.
CONCLUSIÓN
En conclusión, la pituquería es una recua de gente vacía y sin valor humano; son pura apariencia externa, pues tienen buena presencia, les gusta andar bien vestidos, hablan un lenguaje florido, son expertos en las relaciones humanas y mantienen una santa alianza entre sí. Pero en esencia son una verdadera escoria humana envuelta en seda importada.
COMO LO HACEN, CUAL ES EL NEGOCIO
La riqueza de los pitucos se basa en el robo, la estafa y la traición. Aquí están los negocios más rentables del Perú:
El primer negocio del pituco es la deuda externa. Estos traidores son expertos en fabricar deudas externas que los cojudos peruanos tenemos que pagar después con sudor y sacrificio. A cambio ganan jugosas comisiones de la banca internacional, por ello el Perú está cargado de deudas hasta la coronilla. Estos delincuentes se hacen llamar ASESORES o CONSULTORES.
El segundo negocio es la cooperación internacional. Los pitucos enquistados en la cúpula de los ministerios monopolizan el manejo de las donaciones de los países extranjeros. Ellos son los administradores que a nombre de los pobres del Perú se vuelven millonarios. El robo en este ambiente se llama CONSULTORIA y el ladrón se llama CONSULTOR. Todo indica que la cooperación internacional está orientada a pagar a los pitucos por sus servicios como mercenarios.
El tercer negocio son las licitaciones de compras de armas, aviones, patrulleros y los grandes proyectos de obras públicas. En estas compras los ministros, generales y demás cogotudos del entorno cobran su tajada por millones de dólares. Y lo peor compran basura con precios altos que después queda inservible, y las obras se deterioran en poco tiempo.
El cuarto negocio es el tráfico de combustible en el ejército, la marina, aviación y la policía. La gasolina destinada a los vehículos de estas instituciones son robadas con cinismo por miles y miles de galones. Así los patrulleros están de adorno, mientras los jefes se vuelven millonarios.
El quinto negocio es el encargo de obras públicas al ejército. Aquí los grandes jefes hacen trabajar gratuitamente a los soldados, utilizan maquinaria del Estado y lo peor hacen una pésima obra, que nadie puede controlar. Un verdadero premio para los gorilas.
El sexto negocio es la concesión (regalo) de minas, gas de Camisea, bosques, puertos y venta de empresas públicas a las empresas extranjeras. Negocio redondo que ha vuelto millonarios a los pitucos; por ello la oración cotidiana de estos delincuentes es “inversión extranjera”, porque allí esta su jugosa tajada.
PALABRAS FINALES
Con esta radiografía que acabamos de presentar, es fácil comprender el rol que ha jugado el pituco en la historia peruana. Detrás de los más grandes crímenes contra el pueblo peruano, detrás de los más asquerosos actos de corrupción, y detrás de las peores traiciones al Perú ha estado la mano del pituco, el invasor camuflado de peruano. El verdadero gobierno que decide los destinos del Perú está en las mafias judías, chinas, japonesas y chilenas; los partidos políticos sólo son bandas de gangsters y mercenarios al servicio de estas mafias que actúan desde la clandestinidad. Sin pitucos muere el hampa internacional.
Entonces, los auténticos peruanos tenemos pendiente una cuenta histórica que ajustar con los pitucos. No debemos enfrentarnos con la policía ni con el ejército, que son nuestros hermanos de raza, sino ajustar cuentas directamente con el enemigo: los PITUCOS. Ya es hora de limpiar la basura de la casa y recuperar nuestra dignidad. Es hora de recuperar el Perú para los peruanos.
Ha llegado el momento de darle de beber a los pitucos su propia medicina y obligarles a retornar a la tierra de sus ancestros. Por ello hoy declaramos el inicio de la GUERRA DE LA DIGNIDAD NACIONAL , y no habrá paz mientras quede un pituco en territorio peruano. La victoria será nuestra.
NOTA:
En conclusión, la pituquería es una recua de gente vacía y sin valor humano; son pura apariencia externa, pues tienen buena presencia, les gusta andar bien vestidos, hablan un lenguaje florido, son expertos en las relaciones humanas y mantienen una santa alianza entre sí. Pero en esencia son una verdadera escoria humana envuelta en seda importada.
COMO LO HACEN, CUAL ES EL NEGOCIO
La riqueza de los pitucos se basa en el robo, la estafa y la traición. Aquí están los negocios más rentables del Perú:
El primer negocio del pituco es la deuda externa. Estos traidores son expertos en fabricar deudas externas que los cojudos peruanos tenemos que pagar después con sudor y sacrificio. A cambio ganan jugosas comisiones de la banca internacional, por ello el Perú está cargado de deudas hasta la coronilla. Estos delincuentes se hacen llamar ASESORES o CONSULTORES.
El segundo negocio es la cooperación internacional. Los pitucos enquistados en la cúpula de los ministerios monopolizan el manejo de las donaciones de los países extranjeros. Ellos son los administradores que a nombre de los pobres del Perú se vuelven millonarios. El robo en este ambiente se llama CONSULTORIA y el ladrón se llama CONSULTOR. Todo indica que la cooperación internacional está orientada a pagar a los pitucos por sus servicios como mercenarios.
El tercer negocio son las licitaciones de compras de armas, aviones, patrulleros y los grandes proyectos de obras públicas. En estas compras los ministros, generales y demás cogotudos del entorno cobran su tajada por millones de dólares. Y lo peor compran basura con precios altos que después queda inservible, y las obras se deterioran en poco tiempo.
El cuarto negocio es el tráfico de combustible en el ejército, la marina, aviación y la policía. La gasolina destinada a los vehículos de estas instituciones son robadas con cinismo por miles y miles de galones. Así los patrulleros están de adorno, mientras los jefes se vuelven millonarios.
El quinto negocio es el encargo de obras públicas al ejército. Aquí los grandes jefes hacen trabajar gratuitamente a los soldados, utilizan maquinaria del Estado y lo peor hacen una pésima obra, que nadie puede controlar. Un verdadero premio para los gorilas.
El sexto negocio es la concesión (regalo) de minas, gas de Camisea, bosques, puertos y venta de empresas públicas a las empresas extranjeras. Negocio redondo que ha vuelto millonarios a los pitucos; por ello la oración cotidiana de estos delincuentes es “inversión extranjera”, porque allí esta su jugosa tajada.
PALABRAS FINALES
Con esta radiografía que acabamos de presentar, es fácil comprender el rol que ha jugado el pituco en la historia peruana. Detrás de los más grandes crímenes contra el pueblo peruano, detrás de los más asquerosos actos de corrupción, y detrás de las peores traiciones al Perú ha estado la mano del pituco, el invasor camuflado de peruano. El verdadero gobierno que decide los destinos del Perú está en las mafias judías, chinas, japonesas y chilenas; los partidos políticos sólo son bandas de gangsters y mercenarios al servicio de estas mafias que actúan desde la clandestinidad. Sin pitucos muere el hampa internacional.
Entonces, los auténticos peruanos tenemos pendiente una cuenta histórica que ajustar con los pitucos. No debemos enfrentarnos con la policía ni con el ejército, que son nuestros hermanos de raza, sino ajustar cuentas directamente con el enemigo: los PITUCOS. Ya es hora de limpiar la basura de la casa y recuperar nuestra dignidad. Es hora de recuperar el Perú para los peruanos.
Ha llegado el momento de darle de beber a los pitucos su propia medicina y obligarles a retornar a la tierra de sus ancestros. Por ello hoy declaramos el inicio de la GUERRA DE LA DIGNIDAD NACIONAL , y no habrá paz mientras quede un pituco en territorio peruano. La victoria será nuestra.
NOTA:
Compatriota, seas de origen Quechua, Aymara, Amazónico, Huanca, Moche, Nazca, Chanka, Vicú o mestizo, te ruego que contribuyas a la liberación de nuestro país, fotocopiando y difundiendo este documento de acuerdo a tus posibilidades. El objetivo es que este mensaje llegue a los 24 millones de peruanos y así estarás contribuyendo a recuperar el Perú para los peruanos. Muchas gracias por tu valioso apoyo y que el espíritu de nuestros ancestros te ilumine.
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