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miércoles, 13 de abril de 2011

5 DE JUNIO EN PERÚ: ENTRE LA ESPERANZA Y EL MIEDO

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO – Analista Global – elpensionista46@yahoo.com


ESA VIEJA DERECHA PERUANA


- La incapacidad de los Estados Unidos para aceptar los cambios, se ha traducido en una actitud de violencia internacional que, en lo que concierne a América Latina, deberá desembocar en una revolución social. Esa revolución comenzó en Cuba; y podrá ser demorada, pero no podrá ser evitada. La decisión de evitarla llevaría a los Estados Unidos a guerrear en la América Latina como los ha llevado a guerrear en el Sudeste Asiático... (Resumen de lo escrito por el profesor Juan Bosch en Benidorm, España, el 5 de febrero de 1968).


- El Perú del siglo XXI está conducido por una vieja derecha del siglo XIX; y, ésta es la que decidió y aplicó, en la mayoría de casos, las medidas y políticas liberales y neoliberales, que hoy no nos permiten lograr una sociedad que aspire a la igualdad y el respeto mutuo, y que tercamente persisten contracorriente de la tendencia realmente soberana en Latinoamérica y el Caribe.


- Debemos precisar que “Estado y mercado son las dos instituciones más influyentes de la sociedad contemporánea. Quienes concentran poder en el mercado –las corporaciones y los grupos de poder económico– y el Estado –la clase política–tienden a relacionarse de manera íntima, pero esta relación varía según el ciclo político –elecciones, gobiernos elegidos–, en tanto cambian los tipos y niveles de incertidumbre que afectan la lógica de una «inversión” en la política” (Francisco Durand).


- En este proceso político, “es vital la ética, la regeneración moral de la política, porque evita depender de otros, que no obvia la ética colectiva. La decisión principista aunque individual, si está acompañado de valores, vence cualquier pragmatismo interesado y de grupo. La educación entendida como cultivo debe enseñar a tomar decisiones correctas. En política es impostergable”. (“La Política como Educación y Conducta ética” – Helí Ocaña).


- Debemos estar claros que la sola posibilidad de que no sea la derecha la que gobierne en el Perú, es para ella sinónimo de destrucción del país, lo que demuestra su grado de desesperación desde hace veinte años (y con una influencia mayúscula en toda la vida republicana). Hoy los más pobres son más conscientes de su pobreza, pues conviven con el progreso de otros y la opulencia de las clases altas (En el Perú el 5% más rico posee el 40% del ingreso nacional, mientras que el 30% más pobre tiene sólo el 5%), por ello el resentimiento ha aumentado, porque el capitalismo (amor al dinero) tiende a destruir a sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos, ello está en juego en el Perú.


- Cambio de modelo neoliberal y redistribución equitativa de la riqueza son partes de un solo todo, la primera como causa y la segunda como consecuencia, y ello compromete a consensos democráticos para modificar la Carta de 1,993 (contratos ley), no cabe firmas de pactos propuestos por esa vieja derecha, que sólo quieren cambios para que nada cambie para los pobres del Perú. Esto debe quedar claro para Ollanta Humala, si quiere diferenciarse de Keiko Fujimori.


- Esa vieja derecha no tiene amor por el Perú, no comprende que el desarrollo de un país se mide no solo en términos de renta empresarial (PIB) sino fundamentalmente en el impacto que el crecimiento económico tiene en la calidad vida de sus ciudadanos. Un componente fundamental para el desarrollo de un país está en direccionar la colocación de recursos financieros a sectores productivos con contenido social; siendo necesario enfrentar con decisión patriótica la especulación que genera la oligarquía financiera, gestora a su vez de procesos inflacionarios, cuando ve afectados sus objetivos rentistas, pero que nunca pierden.


- El ex candidato presidencial norteamericano Pedro Pablo Kuczynski (PPK), se reunió con los integrantes de la Alianza para el Gran Cambio, una especie de FREDEMO ultraconservador y manifestó sobre las declaraciones del escritor Mario Vargas Llosa, de apoyar eventualmente a Ollanta Humala, PPK enfatizando que esa una opinión personal, además dijo que por el momento prefiere reservar su opinión sobre sus preferencias; es decir, cuando la derecha zanje sus diferencias formales, y pase a confrontar férreamente cualquier atisbo de cambio del modelo neoliberal.


- Lo anterior, se inscribe dentro de la campaña macartista de la derecha en su vocero PPK, quien expresa "No hay que dejarse impresionar por las buenas maneras, la linda vestimenta y el tono pausado del señor Humala. Yo tengo información de que su campaña ha sido financiada en gran parte por dinero de Venezuela. Todo esto de Brasil que son asesores, es una distracción. La verdadera base viene de Caracas".


- La derecha peruana, es la derecha extrema, el conservadurismo antiliberal, la misma que avaló el autogolpe del 5 de abril del 1992 y el fraude que impuso en 1993 la neoliberal Constitución Política, al empresariado el que consolidó a Fujimori, el ala conservadora de la iglesia católica (Opus Dei) y evangélica (teología de la prosperidad), a los medios de comunicación que le sirven de caja de resonancia a los anteriores, es decir los gobernantes de este siglo en el Perú.


- “Históricamente, desde los orígenes de la República, el Estado peruano se configuró excluyendo a la inmensa mayoría indígena y campesina. Esta realidad se ha modificado en parte sin ser eliminada. La democracia liberal nunca intentó cerrar este ciclo. En el caso peruano terminó apareada con la tradición aristocrática, autoritaria y centralista. Por eso más de las veces fue formal, es decir divergente entre el discurso o la legalidad aceptada y la práctica siempre opuesta. Ninguna Constitución tuvo el vigor de ordenar sobre bases verdaderamente democráticas y consistentes la sociedad. Allí está, para confirmarlo, el predominio prolongado de las dictaduras militares y civiles junto a períodos precarios de democracias restringidas que terminaron ahogadas por el peso de la bota militar o la instalación de regímenes civiles autoritarios. El fujimorismo no es la excepción en nuestra historia. Y nada garantiza que no se reproduzca en otro momento y con otro rostro”. (Alberto Moreno Rojas – “Democracia directa y estrategia revolucionaria”).


A QUE NOS ENFRENTAMOS EL 5 DE JUNIO


1. Las elecciones del 5 de Junio del 2011, nos traen pues, junto a sus riesgos, una posibilidad de coexistencia y de protagonismo democrático compartido entre distintas tendencias políticas que no debiera desaprovecharse, para afianzar la institucionalización soberana del Estado y la democracia participativa.


2. La democracia peruana no tiene partidos porque nuestra sociedad no ha creado instituciones, ha creado personalidades, caudillos o burocracias, ajenas a un compromiso programático e ideológico, ello se acentuó a partir del 5 abril de 1,992.


3. La izquierda peruana tiene la necesidad de plantear la necesidad de unificar sus fuerzas para alcanzar las transformaciones que la patria necesita y el pueblo reclama, por una mayor democratización de la sociedad peruana y una distribución equitativa de la riqueza. Es el reto para superar la crisis desde 1,980.


4. Una lectura detallada de los resultados de esta elección mostraría que la mayoría neta del electorado ha votado precisamente por esta clase de orientación (cambios estructurales), que buscan enfrentar tanto las tareas políticas como las económicas, ello implica un Proyecto País a largo plazo, cambio de modelo neoliberal y liderazgo honesto y capaz.


5. Hay que garantizar, junto con elecciones limpias y respeto irrestricto del gobierno a los otros sectores, un crecimiento que esté asociado con la redistribución, para ello es necesario, enfrentar al modelo neoliberal que impide llegar a los mas pobres. No cabe voto en blanco o viciado, sino defensa de un programa que nazca de la unidad amplia del pueblo, porque es necesario mirar el horizonte y la tendencia.


6. Además, es esencial el trato cultural respetuoso a quienes se sienten pobres (etnias serranas y selváticas, e informales); pero también lo mas grave en nuestro país, discriminados y excluidos, del famoso “chorreo” neoliberal que nunca llegó al prójimo necesitado, al cual sólo le llegó los programas asistencialistas, que fueron grandes faenones con los presupuestos del Estado (23% en corrupción).


TEMAS CENTRALES


El primero, es el “narcotráfico” y la posibilidad de que ingrese de manera sostenida a la política peruana.


El segundo, es el “crecimiento económico” con conflicto o inversión con conflicto, que hasta ahora ha adquirido un carácter redistributivo porque vivimos en un momento de crecimiento económico. ¿Que pasará en los siguientes diez años si estas tasas de crecimiento no se pueden sostener y entramos a ciclos de menor crecimiento o incluso de retracción, como ha ocurrido en el mundo? Pueden generarse encadenamientos en los conflictos y crisis mayores que afectarían al régimen político.


El tercero, es la “corrupción”, en la que hemos pasado de una organización criminal centralizada como la de Montesinos en los años 90 a una dispersión de muchas mafias sectoriales que han extendido la corrupción al Estado, y eso requiere una respuesta articulada de la sociedad civil y del Estado con un liderazgo político marcado. Si eso no ocurre, se puede unir corrupción con narcotráfico y podemos convertirnos en una república de crimen, cuyo signo es la violencia delincuencial.


El cuarto, es “institucionalizar la democracia en el Perú”, dependerá no solo de quien gane la segunda vuelta, sino de un amplio espectro de protagonistas: de los líderes de las otras fuerzas políticas que contarán con representación parlamentaria; pero también de los grupos privados de poder público, económico y mediático (frentes de defensa y rondas campesinas), de los actores internacionales; pero fundamentalmente de una sociedad civil activa, que tendrá que repensar sus mecanismos de impacto en la opinión pública (casos Bagua, Tía María o Proyecto Inambari).


El quinto, es el “horizonte estratégico, pues el que haya habido cinco candidatos con posibilidades muestra que seguimos siendo una sociedad basada en el culto a la personalidad y a la coyuntura, donde la única claridad es que, la contradicción entre cambio democrático y patriótico o continuismo neoliberal, no se resolverá en las presentes elecciones y continuará buscando solución en los próximos años.


El sexto, necesitamos “democracia directa”, para discutir todos los temas y escucharnos con respeto mutuo es la metodología –exigente pero factible– para avanzar como país y también para superar, en el mejor de los sentidos, a todos los autoritarismos, incluyendo el resurgimiento del fujimorismo, causante de la destrucción del Estado.


ENTRE LA ESPERANZA Y EL MIEDO


A. Humala y Fujimori se enfrentan en esta segunda vuelta, con un conjunto complejo de fortalezas y debilidades, donde destacan el proyecto neoliberal continuista de Fujimori, y la posibilidad de cambio democrático, popular y nacional de Humala.


B. La política, en el Perú y en todas partes, nos somete con frecuencia a opciones que no son de nuestro agrado personal, pero que resultan de las decisiones legítimas del colectivo del que formamos parte. Medio país elegirá probablemente a disgusto, pero esta no es una situación tan excepcional, ello demostrará la capacidad de la vanguardia popular para direccionar al pueblo.


C. Ollanta Humala debe comprender, que el pueblo excluido ha votado el 10 de abril, por el componente de la unidad amplia, como imperativo de las fuerzas políticas, movimientos y personalidades progresistas para asumir el gobierno y construir el poder sustentado en un modelo económico de democracia participativa que asegure al pueblo peruano: la soberanía nacional. Ello no puede ser cambiado, por las presiones de esa vieja derecha o las conversaciones con una vieja derecha al cual el pueblo ya le dio la espalda.


D. El proyecto nacionalista, por la cual el pueblo ha votado incluye: la inclusión social, la lucha contra la pobreza, la ética del servicio hacia el pueblo, la lucha contra la corrupción, la soberanía alimentaria; para lo cual en primera instancia deberá imponerse autoridad soberana sobre sectores estratégicos: Amazonia, hidrocarburos, minería, mar territorial, comunicaciones, energía, agua, fármacos; los contratos para explotación en sectores estratégicos deberán cumplir con el ciclo productivo completo (primaria: extractiva-siembra y cosecha; secundaria: transformación-agroindustria; tercera: comercialización - exportación) para que el Perú recién figure en el primer peldaño de país rumbo al desarrollo. Lo contrario significa volver al pasado, del continuismo neoliberal.


E. Humala sintoniza con un vasto sector del electorado nacional que exige cambios en la política económica neoliberal y un efectivo combate a la corrupción, recordemos que un 34% del país vive en la pobreza, mientras la derecha sigue en su juego sucio y represivo contra el pueblo y sus líderes, cuando éstos reclaman sus justos derechos.


F. Humala ha captado el voto de un gran sector que sigue viviendo en la pobreza, pero creo que su popularidad se debe a un proceso social que reaparece de modo cíclico: la tendencia autoritaria, que debemos evitar en el culto al caudillismo, para dar paso a la confrontación de programas, a la lucha de ideas.


G. Humala es un caudillo que se inscribe en una tradición de caudillos, por ello no debemos olvidar, el compromiso de la exigencia temprana del compromiso de su oferta electoral, ello dependerá de la presión popular organizada.


CONCLUSIÓN


Primero, el Perú tiene fortalezas y oportunidades económicas favorables que no deben desaprovecharse y la continuidad de sus principales procesos en ese campo debe ser asegurada, sin que eso implique que la política económica neoliberal sea intocable.


Segundo, esa desigualdad representa injusticia, fragilidad social y pérdida de oportunidades para canalizar las energías y la productividad potencial de la mayoría de la población a través de un modelo económico más incluyente, ajeno al neoliberalismo.


Tercero, justicia social en democracia es un ejercicio difícil, pero los países exitosos, soberanos y democráticos, hoy en Latinoamérica y el Caribe, han pasado justamente por él, tocando el modelo neoliberal. Ese el reto a largo plazo, que necesita abrir un nuevo curso estratégico en el Perú.

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