Los latinos de EEUU y de UK en peligro con el avance de Donald Trump, quien hace meses encabeza las preferencias dentro de los republicanos y quien plantea expulsar a cada uno de los 12 millones de inmigrantes irregulares (la mayor parte son hispanos) y construir un muro gigantesco que separe a su potencia de Latinoamérica.
Otro hijo de Bush ha sido suplantado dentro del republicanismo por alguien que es más machista, halcón, racista y grosero que él
Para dentro de 13 meses los EEUU deberá elegir a su presidente. Inicialmente se pensaba que la disputa final para ver quien remplazaría a Barack Obama iba a ser entre un Bush y una Clinton.
Ambas dinastías han tenido a alguien suyo en la Casa Blanca desde enero 1981 hasta enero 2009, 28 años consecutivos. George Bush padre fue vicepresidente en 1981-89 y luego presidente por cuatro años más. En 1993 Bill Clinton evitó que él fuera reelecto y se mantuvo 8 años en la presidencia. Luego George W Bush hijo fue presidente en 2001-2009. Para entonces todo parecía que alguien del clan Clinton (con Hillary la antigua primera dama de Bill) iba a encabezar a los demócratas para hacer que éstos volviesen al poder. Sin embargo, irrumpió el primer candidato negro que llegaría a administrar la Casa Blanca.
Al parecer Obama había roto esa tradicional alternancia en el poder entre dos familias, aunque Hillary fue designada como su Secretaria de Estado, lo que equivale a su principal ministro, y como su predilecta para sucederla en las internas demócratas.
Hasta julio parecía que se repetiría un nuevo duelo entre dos familias. Hillary Clinton lideraba las encuestas dentro de los demócratas y Jeb Bush dentro de los republicanos. Jeb es el hijo de George Bush y el hermano de George W Bush. Fue gobernador de La Florida cuando este Estado por escaso margen le dio su respaldo a George W Bush quien así pudo llegar a la Casa Blanca pese a haber sacado medio millón de votos menos que el vicepresidente de Bill Clinton. Jeb cuenta con su favor ser tan fuerte en un Estado tan clave, ser un Bush y estar casado con una latina, integrante de la minoría que ha estado terminando inclinando la balanza en favor de uno u otro partido en los últimos comicios generales.
Extraño mundo en el que vivimos. El cargo más importante del planeta, aquel quien decide que países deben ser bombardeados o invadidos en nombre de la ‘democracia’, es electo por menos del 4% de los 7 mil millones de humanos que somos, y, además, teniendo que escoger solo entre dos partidos, los cuales, a su vez, están dominados por dos apellidos.
Mientras dentro de los demócratas Hillary Clinton sigue liderando varias encuestas, ha aparecido alguien quien desde mediados del 2015, cuando anunció su postulación, encabeza prácticamente todos los sondeos dentro los republicanos. Nos referimos a Donald Trump.
Trump refleja una polarización que se viene operando en los EEUU siendo él quien representa al ala que desborda por la derecha a los Bush dentro del republicanismo, así como dentro de los demócratas aparece Bernie Sanders, el primer autoproclamado socialista que desborda por la izquierda a los Clinton.
Empero, mientras Sanders no ha logrado desplazar a Hillary Clinton de la lid demócrata, Trump ha relegado a Jeb Bush empujándolo al cuarto lugar dentro de ese partido triplicando su porcentaje electoral.

¿Quién es Trump?
Él es un total ‘outsider’. Se trata del primer potencial candidato a la presidencia de uno de los dos partidos que siempre se alternan en la Casa Blanca que no ha sido congresista, gobernador, general o director de la CIA. Él nunca ha ejercido cargo público alguno.
Trump se enorgullece de ser un ‘billonario’ cuyo salario son $US 250 millones anuales y cuya fortuna oscila entre los 4,5 y los 9 mil millones de dólares. Su riqueza la ha hecho construyendo, pero no viviendas sociales, hospitales o escuelas, sino residencias de lujo, campos privados de golf y, sobre todo, elegantes hoteles y casinos.
Dentro de sus prácticas de negocios Trump ha hecho que allegados suyos compren varias casas adyacentes para, al final, vendérselas todas a él y así él puedo demolerlas para hacer lujosos hoteles o casinos. También ha eliminado acreedores al haber declarado en bancarrota 4 consorcios Trump, logrando no quedar afectado.
Además, es una estrella televisiva altamente sintonizada. Ha dirigido ‘El Aprendiz’, un programa calcado de uno similar de Inglaterra en el cual el patronal conductor encarga a los concursantes a quienes elimina uno a cada rato maltratándolo con su frase predilecta ‘¡estás despedido!’ Esto hace deleitar al público ante el cual él se presenta como un hombre que tiene la gran virtud de saber lograr dinero y decir las cosas sin pelos en la lengua.
Ahora él ha vuelto a ser contratado para animar ‘La Noche del Sábado’ y se ufana de que con ello se ha convertido en el presentador televisivo mejor pagado, algo que demuestra que, por ello, él es ‘el mejor de todos.’
Trump fue propietario de la organización de Miss Universo y Miss EEUU.
Él ha estado con todos los partidos. Primero fue republicano, luego en 1999-2001 apoyó el intento del billonario Perot de crear un tercer partido a la derecha del resto, después en 2001-2009 estuvo con los demócratas, en 2011-12 volvió a ser independiente, y desde el 2013 hasta ahora es republicano. Nadie puede predecir si él seguirá en ese partido ya que las encuestas afirman que, en caso que él perdiese la nominación republicana, él podría emular a Perot y lanzarse como un tercer candidato amalgamando entre un cuarto y quinto de los votos, algo que, a la postre, beneficiaría a los demócratas.

Macho Anglosajón Blanco Protestante
Este es el sector que ha liderado a los EEUU desde su fundación hasta ahora.
Y es a éste sector que apela Trump. Según ‘The Economist’ no importan los dislates que él pueda cometer pues él sigue siendo una estrella para decenas de millones de telespectadores quienes ven con agrado su falsa franqueza y espíritu de trabajo.
Su lema es ‘volver a hacer grande a América’, algo que apela a quienes han visto decrecer a la mega-potencia en el concierto productivo y estratégico mundial.
Este septuagenario se las da de un gran galán, a quien todas las mujeres que van a sus programas quieren ‘consciente o inconscientemente’ llevárselo a la cama. Se enorgullece de haberse casado tres veces con distintas modelos y que incluso coqueteó a la Princesa Diana.
Él maltrata constantemente a las damas, pero eso causa simpatías entre machistas o gente que festeja el humor negro.
De Carly Florina, la única mujer de los 15 precandidatos republicanos, dijo ‘mírenle la cara, ¿alguien podría votar por eso? ¿Se imaginan esa la cara de nuestro próximo presidente?’ Para que no quede duda de su machismo reiteró ‘Quiero decir, ella es una mujer, y no estoy supuesto a hablar malas cosas (de una mujer)’, pero ‘gente, vamos, ¿somos serios?’.
De la actriz Bette Midler dijo ‘si bien ella es una mujer extremadamente fea yo debo rechazar decir ello porque debo insistir en ser políticamente correcto’.
A Ariana Huffington, la propietaria de la masiva agencia noticiera en línea The Huffington Post”, la describió como ‘una mujer fea por dentro y por fuera’ a quien su marido tuvo razón de dejarla por un hombre.
De Megyn Kelly, la presentadora del debate entre aspirantes republicanos para la derechista cadena Fox, sugirió que ella se le agarró con él porque estaba menstruando.
A Obama le ha lanzado dardos racistas. Twiteó que sus fuentes muy seguras le habían confirmado que él había nacido en Kenia y durante mucho tiempo hizo campaña que él iba a probar que el no nació en América sino en África negra.
Cuando la juventud negra de Baltimore salió a hacer destrozos frente a abusos policiales acusó al primer ‘gran presidente afro-americano’ de no saber controlarlos.
Sus peores diatribas las ha conducido contra la mayor minoría norteamericana: los hispanos. Según él “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…). Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos”.
Para Trump solo hay ‘algunos’ buenos latinos. Esto, aunque ellos, quienes componen entre un sexto y un quinto de la población de EEUU, tienen un promedio salarial equivalente al de la mitad del de los descendientes de europeos.
Trump llama a expulsar a 12 millones de indocumentados y a eliminar una ley que siempre ha regido en la historia de EEUU (Todo bebe nacido en América es americano) para poder expulsar incluso a los niños nacidos en ese país si es que sus padres son declarados ‘ilegales’.
Para asegurarse que no vuelvan más mexicanos a las tierras que antes compusieron la mitad norte de su país Trump llama a construir la mayor muralla anti-inmigratoria de la historia universal: una que recorra más de 3,000 kilómetros separando a EEUU de Latinoamérica.
Según Trump él haría una más barata y eficaz (seguramente hecha por sus constructoras, las cuales ganarían fortunas en ello) y, encima, haría que México la pagara.

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