Viernes 07 de junio del 2013 | 01:00
“La mayor parte de la izquierda, antes y ahora, no es democrática”, dice Fernando Rospigliosi quien, además, cree que Ollanta quiere perpetuarse en el poder, que Toledo no fue un presidente corrupto, pero Alan García sí.
Fernando Rospigliosi,Analista político
Autor: Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com
Fernando Rospigliosi se califica como un “crítico del poder”. Por eso su lucha contra la dictadura fujimontesinista y, hoy, contra los intentos del nacionalismo por perpetuarse en el gobierno. En esta charla hablamos sobre nuestra siempre agitada vida política.
¿Tiene más amigos que enemigos?
(Ríe). Probablemente, sí.
Uno no tiene esa sensación…
Desde la Colonia, vivimos en una sociedad hipócrita. La gente no acostumbra decir las cosas de frente.
No le gustan los rivales pequeños…
Yo soy un crítico del poder, y siempre critico a los más poderosos, no a la segundilla (ríe). Esto responde a mi necesidad de hacer crítica del poder, sobre todo en un país donde los poderosos hacen mal las cosas: hay que exhibirlos, exponerlos.
Usted integró Vanguardia Revolucionaria, el partido de Ricardo Letts y Javier Diez Canseco, dos angelitos…
(Ríe). Milité allí durante toda la dictadura militar, de 1968 al 18 de mayo de 1980, día de las elecciones presidenciales. Justo ese día abandoné la militancia política.
Declaró que se alejó de la izquierda por una desilusión con su gente: esa es una razón personal, no ideológica…
Durante mi militancia creía que con la derecha había una diferencia no solo programática y política, sino también ética; que los izquierdistas eran personas que luchaban por el pueblo y que eran distintos que los políticos de derecha, pero la Asamblea Constituyente del 78 me abrió los ojos: ambos bandos eran iguales. Sentí que no valía la pena arriesgar la vida: por entonces la militancia implicaba una vida muy sacrificada.
Entonces, cuando era izquierdista no era muy democrático…
Las ideas izquierdistas no eran democráticas; claro luchábamos contra una dictadura militar; pero la mayor parte de la izquierda, antes y ahora, no es democrática.
Dicen que tiene el respaldo de la Embajada de Estados Unidos…
(Ríe). Ojalá fuera verdad.
Lo han acusado de espía de la CIA…
(Ríe). Bueno, cuando lo critiqué, Montesinos me acusó de ser espía de Ecuador. Ese comportamiento es típico de gente que no tiene argumentos.
Algunos dicen que usted es un nuevo Eudocio Ravines…
(Ríe). Los izquierdistas creen que todos los que los abandonan se convierten en ‘Ravines’, pero no es así. Ravines se pasó al lado de la oligarquía; yo, al lado de la democracia. Recuerde que, durante los 90, fui un adversario de la dictadura de Fujimori y Montesinos, una dictadura de derecha. Yo soy un liberal en lo económico, pero, también en lo político; en cambio, los izquierdistas estaban contra Fujimori porque era de derecha, no porque fuera una dictadura. Ellos respaldan a dictaduras como las de Venezuela o Cuba… y hubieran respaldado a Humala si se hubiera convertido en un dictador chavista.
Pero usted, en 2011, nos pidió votar por Keiko Fujimori…
Es muy sencillo: la amenaza dictatorial viene por el lado de Humala, no por el lado de Keiko. Ella no es igual a su padre, el cerebro y operador de la dictadura fujimorista fue Montesinos, y él no está al lado de Keiko. Además, ella no tiene una promoción en la Escuela Militar, y Humala, sí (ríe). Es una tontería pensar que Keiko podría haber hecho un gobierno dictatorial; podría haberlo hecho mal, bien o regular, pero no dictatorial; Humala, sí.
Pero en el entorno de Keiko hay mucha gente que estuvo con su padre, y muy democrática no es…
Es verdad, pero ellos no tienen ninguna posibilidad de establecer una dictadura. Si pudiera, Humala crearía una dictadura.
¿Cree que el fujimorismo de hoy es democrático?
Sí, a pesar de que subsisten los viejos rostros de los 90.
Dicen que a Ollanta Humala lo agarran a ‘periodicazos’ todas las mañanas…
Eso lo dicen los izquierdistas que suponen que la derecha domina la prensa y que, desde allí, obligan a Humala a hacer ciertas cosas. Lo que no entienden es que Humala es, en verdad, un oportunista a quien lo único que le interesa es el poder y el dinero, por eso, se va acomodando de acuerdo a las circunstancias.
Los humalistas dicen que usted tiene una obsesión con Nadine…
(Ríe). ¡Qué graciosos! Yo fui uno de los primeros en denunciar, en febrero de 2012, sus intenciones reeleccionistas para 2016. Recuerdo que muchos me criticaron, hasta me llamaron machista. Lo que Humala y Heredia quieren es un gobierno autoritario, al estilo Kirchner y Fernández. No hay ninguna duda sobre esto, los hechos lo están demostrando, que lo logren es otra historia, hay que tratar de impedirlo. Para lograr esto, han transformado a la DINI en un organismo de espionaje político, después vendrán los ataques a la prensa. Aún están en las palabras, no han pasado a los hechos. Además, están tratando de sacar del camino a los candidatos: A García y PPK quieren inhabilitarlos, Toledo ya está liquidado, en fin. Esto no es una broma.
¿Quién es el cerebro detrás de la estrategia reeleccionista?
Nadine; Villafuerte es el operador. Nadine es una persona inteligente, pero está obsesionada con el poder.
¿Es maquiavélica?
Por supuesto. No sé si Nadine ha verbalizado esto ante Humala, no estoy dentro de sus sábanas (risas), pero Ollanta no necesita ser convencido sobre esto porque ambos tienen el mismo interés: como los Kirchner, son una sociedad política.
El 40% de limeños cree que Nadine es la que gobierna. ¿Tiene más poder que Humala?
Para ciertas cosas, sí. Se han dividido el Gobierno, pero en casos como el de Repsol, ella decidió.
La derecha aplaude que se hayan alejado de La Gran Transformación pero no le gusta la reelección conyugal…
Ellos se alejaron de La Gran Transformación porque vieron que no les convenía, ni para llegar al poder ni para mantenerse en él. En el Perú, gran parte de la derecha y casi toda la izquierda no son democráticas; si creen que sus intereses serán favorecidos por una dictadura, la apoyarán. Nuestra democracia tiene bases muy endebles. Hay que luchar por ella, cada uno hace lo que puede y desde donde puede y, en mi caso, lucho solo.
¿Por qué tiene la certeza de que la DINI espía a la oposición?
La DINI se ha transformado en un aparato de espionaje político; esa ha sido la orden. El aumento de su presupuesto es una evidencia clarísima pues no se justifica. Y también han puesto a la policía a hacer estas tareas.
Jiménez y Pedraza dicen que usted es un mentiroso, que desinforma…
Casi todos me creen, en cambio a ellos casi nadie les cree. Esta gente hace todo por mantener un puesto: les encanta tener los oropeles del poder –viajan, se entrevistan con presidentes–, porque poder real no tienen. ¿Jiménez tiene algún poder? Ninguno. ¿Pedraza tiene poder? No. Y, precisamente porque tienen poca calidad y capacidad, los escogen. Las personas serias, capaces, honestas, han rechazado cargos en el Gobierno.
¿Nadine, Castilla y Villafuerte son los que mandan?
También Ollanta y unos cuantos más. Tienen sus operadores en las FF.AA., en la Policía y en la DINI, claro.
¿Qué de malo tiene hacer de TV Perú un canal de noticias?
(Ríe). ¡Qué de bueno tiene hacer de él un canal noticioso! ¿Por qué? ¡Para qué? La oferta es grande, se han multiplicado los canales noticiosos. ¿Por qué el Estado debe competir allí si ya hay una pluralidad de opciones? Están comprando más equipos nuevos a pesar de que ya los tenían, y están contratando periodistas. A pesar de que han tratado de desmentir mi denuncia, es clarísimo que buscan es potenciar la candidatura de Nadine.
La presidenta del canal ha dicho que ya tienen un canal de noticias digital, que por qué el escándalo…
El escándalo es que los hemos descubierto, más aún si lo están haciendo (ríe). Y todo lo utilizarán en la campaña de la señora Heredia. Acá lo insólito no es la cobertura a las actividades del presidente, sino a las de la Primera Dama, quien debería, si quisiera ayudar a su marido, realizar un trabajo silencioso, pero no, hace mítines políticos, y para ello necesita la cobertura de los medios, quiere que el Perú entero la vea.
¿Le hace bien al país el poder que tiene Nadine?
No, porque lo que ella y Ollanta quieren es perpetuarse en el poder y, para ello, van a tener que arrasar con la democracia. Y no necesitan una reforma constitucional para su candidatura, pueden hacerlo a través del TC o delJNE. EL TC ha caído en el desprestigio y en el descrédito, y un organismo así se presta para cualquier cosa.
¿La intención reeleccionista de la pareja presidencial es responsable del bajón económico que vivimos?
No estoy seguro de que sea así. El problema es la ineptitud que tienen para gobernar. Cuando la turbulencia internacional se avecina se hace necesario tomar medidas, iniciativas, y no han sido capaces de ello.
Es decir, por preocuparse en perpetuarse en el poder están dejando de gobernar…
Sí, pero, además, son ineptos. ¿Qué han hecho en educación, en seguridad, en salud, en justicia, en las FF.AA.? Nada de nada. No han realizado ninguna de las reformas institucionales que el país requiere, a pesar de que tenemos muchísimo dinero. Y ahora que viene la época de las vacas flacas sale a la luz su ineptitud porque no tienen idea de qué hacer en el gobierno, ni les interesa porque lo que quieren es perpetuarse en el poder.
¿Qué nos espera en los próximos tres años?
Una situación complicada por las tensiones políticas, y si la economía sigue desacelerándose, va a ver problemas: están bajando en las encuestas más por la economía que por otras cosas.
Ollanta ya aceptó tomarse una foto con los empresarios…
Los empresarios están preocupados porque la desconfianza ha aumentado enormemente, entonces, están tratando de recomponer esto para que haya mayor inversión.
Lula ha dicho, en presencia de Humala, que un gobierno no basta…
(Ríe). Ese es un apoyo clarísimo a la permanencia en el poder de la familia Humala-Heredia. Lula me parece un tipo razonable, muy corrupto, pero hizo un gobierno relativamente exitoso. Brasil tiene intereses económicos y políticos en el Perú: quiere ser una gran potencia, y cree que con Humala sus intereses pueden ser favorecidos.
Usted trabajó con Toledo. Sus defensores dicen que es honesto pero desordenado…
Hasta donde sé, no hizo cosas deshonestas en su gobierno, pero esto de las casas lo ha liquidado políticamente.
Carlos Basombrío dice que Toledo y Humala se están metiendo en líos por las ambiciones de sus esposas, por amor…
(Risas). Coincido con ello. En el caso de Toledo, la señora lo empujó a realizar estas cosas absurdas. Él no es un hombre ostentoso; ella, sí.
Alan García dice que el 70% de los peruanos cree que es corrupto por una desinformación de los medios. ¿Qué opina?
(Ríe). Esta fama le viene de su primer gobierno, donde la corrupción fue descarada y masiva: desde arriba hasta abajo; en su segundo gobierno no fue tan descarada pero sí masiva.
¿Alan es corrupto?
Sí. En el Perú, la corrupción no es un elemento para aceptar o rechazar a un político. En nuestra clase política es muy difícil encontrar a alguien honesto, y si lo hay, como Paniagua, no tiene éxito electoral. ¿‘Electarado’? No, lo que pasa es nuestro electorado no tiene muchas opciones cuando se presenta el menú electoral.
AUTOFICHA
- Recuerdo el ‘Arequipazo’. Sabía que en cualquier momento habría un estallido por las privatizaciones. Estaba listo para renunciar cuando ocurriese. Y eso hice.
- Hice lo correcto: las dos personas que murieron fue por contusiones… que los revoltosos atribuyeron a la Policía, pero eso no se ha demostrado.
- No hubo manejo político, y así no se puede gobernar. La censura que recibí de un Congreso mediocre y corrupto, y manejado por el Apra, es uno de mis ‘galones’.
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