POR:
UBALDO TEJADA GUERRERO – Analista Global
“América
Latina nunca había sido tan rica y próspera como ahora, pero al mismo tiempo
coexiste con esta nueva región, la vieja pobreza que no logra ser desmantelada
con el crecimiento económico”.
CRECIMIENTO SIN DESARROLLO HUMANO
Los imperios neoliberales, que se han
sustentado sólo en el crecimiento económico como la solución a los graves
problemas del planeta, siempre estuvieron equivocados, sencillamente porque lo
estados emergentes, no son inmunes a los ciclos de crisis capitalista.
La socióloga Marta Lagos, directora de LATINOBARÓMETRO que entregó este viernes detalles del informe 2013.
En su opinión “la democracia en América Latina se ve
retenida por la desigualdad en el acceso a bienes políticos y también bienes
económicos, pese a que la región vive un nivel de prosperidad que no había
visto antes”.
En esa línea destacó que en total un 68% de la región se
ubica en la clase baja cuya mitad de sus integrantes están en situación
precaria e incluso a algunos no les alcanza para comprar alimento, un 30% en la
clase media que va en aumento y un 2 % en la clase alta.
“Tenemos con ello DOS AMÉRICAS LATINAS, la que disfruta de los beneficios del
crecimiento y la que mira cómo disfrutan los otros, por lo que veremos más protestas como manifestación de
una ciudadanía consciente de las deficiencias del sistema económico, político y
social”
En el Perú, sigue corriendo libre el “dios
mercado” del neoliberalismo vigente desde los ’90, que fue invertir en el buen
funcionamiento de las instituciones que le interesan al gran capital (MEF,
BCR, SUNAT), pero dejando en el abandono
aquellas que sirven a las mayorías migrantes del ande y la selva, y al Perú
profundo.
El factor principal es la implementación del
programa neoliberal (Estado al servicio del mercado)desde hace más de 20 años y
la teoría de los hechos cumplidos (trabajadores sin estabilidad) en materia
laboral, que es la base doctrinaria de la actual Constitución Política de
1,993, a la cual Ollanta decía que era delincuencial por su origen dictatorial.
Pues, los derechos adquiridos en materia laboral han sido eliminados,
considerando a los peruanos como “ciudadanos de segunda clase”, olvidando que
somos un país multiétnico y multicultural.
En el Perú tenemos graves deficiencias: no
hay igualdad, porque sólo hemos recuperado algunos estándares de los 70´, por
ejemplo es poco lo avanzado en el tema racial, de género, libertad de
conciencia y de fe religiosa (iglesia católica ligada al Estado, mediante el
obsoleto concordato), lo que si se ha avanzado en el tema de participación de
la mujer en la vida política, laboral y social, pero graves deficiencias de
inclusión de discapacitados y adultos mayores, para nombrar algunos.
Ahora los voceros laborales en el Perú son:
la CONFIEP, ADEX, SIN, los grandes representantes del capital transnacional. Lo cierto es
que en el Perú, hasta ahora un grupo reducido de personas tiene el monopolio
del poder político, social y económico en un país. La dominación oligárquica se
construye a partir de la hacienda, considerada matriz de las sociedades
latinoamericanas; en tal sentido la institución familia constituye el locus
inicial de gestación de las alianzas de “notables”, transferido luego a otras
instituciones públicas o prolongación publica del espacio privado (clubes de
diverso tipo) y/o esencialmente públicas (partidos y sobretodo el Parlamento y
el Poder Judicial).
PRECARIZACIÓN DEL EMPLEO
El trabajo sigue siendo precario en el Perú, especialmente para los
jóvenes, por la concepción inhumana, de lo que el neoliberalismo considera como
“capital humano”, así un reciente estudio de Trabajando.com Perú, reveló que entre las carreras más demandas por las empresas
peruanas se encuentran Administración de Empresas, Contabilidad, Ingeniería
Industrial, Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Mecánica, manteniéndose la
tendencia registrada en los últimos años. Accede a la lista completa AQUÍ
Según
Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú, ello responde a que
estas profesiones son “dinámicas y
multifuncionales”, por lo que el empleador utiliza al personal contratado
para realizar diversas acciones que no solo se circunscriben a su rama
profesional.
Para
entender mejor como los neoliberales entienden en trabajo, citemos a Inés
Temple presidenta ejecutiva de LHH-DBM Perú: “lo primero es entender que todos
somos proveedores de servicios y que las empresas que nos contratan son nuestros clientes por lo
que es necesario saber “qué es lo que el cliente quiere, qué le podemos dar, a
qué hora le podemos dar”. En ese sentido, recomendó tener claro la importancia
de la “EMPLEABILIDAD” para
desarrollar y afianzar nuestras capacidades.
De otro
lado, Temple justificando la
inestabilidad laboral, dijo que el nivel de rotación laboral que
actualmente hay en el país es “sano” en la medida que las personas se mantienen vigentes y competitivas al igual
que las empresas, que tienen que competir por atraer al mejor talento, -es
decir- eso es lo único que garantiza “seguridad”, y un buen nivel de “EMPLEABILIDAD” en el mercado”, detalló
en el programa “Portal Financiero”.
DESTRUCCIÓN
DEL TEJIDO SOCIAL E INSTITUCIONAL
Tenemos después de más de 20 años
de neoliberalismo: instituciones de primera para el gran capital e
instituciones de quinta para la gente. No hemos resuelto el malestar
microeconómico que acompaña a la bonanza macroeconómica pero además tenemos que
superar la miseria institucional que también prevalece, a partir del la
Constitución de 1,993, que sigue destruyendo la democracia y el tejido social.
Éste panorama se agudiza cuando desde
la centralización de los medios de comunicación, ahora el grupo “El Comercio”
busca imponer en las mentes colectivas la aceptación resignada y conformista de
ya no hay nada que hacer frente a la corrupción y la delincuencia, dinamitando
el ánimo de los ciudadanos, para generar el terreno propicio para el hombre
fuerte salvador, pero aventurero, autoritario y corrupto e impuesto desde el
poder imperial para continuar con modelo neoliberal.
La virtud y el reto de la izquierda peruana del siglo XXI es: ¿Cómo
lograr la unidad en medio de tanta diversidad? ¿Cómo lograr la unidad de la
confluencia de fuerzas? ¿Podrá conquistar la gran victoria de lograr unirnos a
todos, en un gran frente amplio?
Lo anterior significa abrirse no sólo en términos de su composición y
liderazgo, sino de sus elementos de identidad política y programática para que
responda a las aspiraciones de las izquierdas, de los progresistas y patriotas,
desde la pluriculturalidad, la descentralización y lo multiétnico, y para que
exprese la renovación de la política con principios éticos, desde las
izquierdas y desde los movimientos y partidos regionales, desde abajo y con
participación de ellos.
El Estado
sigue siendo desbordado por la delincuencia y la corrupción, y la nueva
sociedad nacional emergente necesita más que nunca la presencia de liderazgos
éticamente creíbles, no de caudillos. Lo claro es que se hace necesario
alternativas dentro de cambios estructurales y una nueva estructura del Estado.
RECUPERAR
CIUDADANÍA
Ahora mas que nunca en el Perú, se
necesita no sólo unidad política, sino también social que significa entender la
unidad amplia de la Izquierda no solo con los socialistas
y los comunistas, sino también como recuperación de ciudadanía,
de aquél que lucha a su manera contra la depredación del medio ambiente, contra
el calentamiento global; el que busca la justicia social, la igualdad en la
educación, la salud, las pensiones, el que combate la delincuencia y la
corrupción, y fundamentalmente el informal que sobrevive en la jungla
neoliberal como mototaxista, taxista, vendedor ambulante, y empleos eventuales,
el ama de casa, las rondas campesinas, el pequeño agricultor, etc.
Ello también significa concesiones en el
seno de las distintas organizaciones, como evidencia que se ha superado el
dogmatismo ideológico y programático, el sectarismo, el caudillismo y la línea
economicista de muchas organizaciones de izquierda que se mantienen divididos
desde los años 80, y que la ciudadanía rechaza en todos los procesos
electorales.
Ha quedado demostrado que sólo
crecimiento no garantiza desarrollo humano en pleno siglo XXI, sino un Estado
bienestar que sepa redistribuir sobre la base de un Perú que es mas o menos homogéneamente
capitalista, que tiene cero analfabetismo y calidad educativa, especialmente en
nuestras universidades. Tenemos que recuperar la excelencia en la masa popular,
no solamente en un grupo privilegiado.
Ubicarse en el centro mismo de las
coincidencias de todos los grupos de Izquierda y lograr una auténtica política de frente único, es una tarea de
primer orden, ello significa recuperar ciudadanía y garantizar un mejor futuro
a la gente que hoy tiene en el Perú 25 años de edad y participación en la vida
política nacional.
Solamente la tarea de reconstruir
ciudadanía llevará a la izquierda en el Perú, comprender el significado de la
participación entendida como más ciudadanos con conciencia de derechos,
control, derechos humanos, y actuación en los espacios de opinión pública,
menos corrupción e impunidad en los más altos niveles de gobierno.
Solamente en esta dirección el bloque social y popular, apuntará
al cambio para enfrentar a una casta política desgastada y putrefacta,
consumida a sí misma por la inmoralidad, construida a través de años de abuso,
engaño y descaro. Tanto que los propios líderes tradicionales quieren mejorar
su imagen prohibiendo la reelección al parlamento de sus congéneres a fin de
evitar el merecido castigo de parte de los electores.
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