Julio César Díaz Solano1 de enero a las 14:01
Argentina: ¿Puede la clase media enfrentar con éxito al capital concentrado?
Carlos A. Larriera
Rebelión
La pequeña burguesía, o sea la clase media, no puede ser dirigente, tiene que seguir a otro. Es un problema histórico, universal.
El kirchnerismo es un movimiento mayoritariamente de clase media. Desde su origen, el amplio espectro de la Juventud Peronista (JP) de los '70, hasta su realidad actual, caracterizada por el intento de llevar esas ideas a la práctica desde el gobierno. Néstor Kirchner (NK) y Cristina Fernández de Kirchner (CFK) han sido altamente consecuentes con esa ideología, y han tenido mucho coraje al intentar plasmarla desde el gobierno, lo que con palabras más actuales han denominado "crecimiento con inclusión social". A largo plazo como mínimo es un proyecto utópico pretender lograr ese objetivo dentro del capitalismo, dentro de la democracia burguesa. Pero es una aspiración que no es exclusiva del kirchnerismo, sino que ha abarcado históricamente a toda la clase media y gran parte del movimiento obrero.
En cierto modo se puede afirmar que el pueblo en general sólo puede visualizar cualquier perspectiva de mejoramiento en las condiciones de vida dentro de los marcos del capitalismo.
Gran parte de la población creyó o quiso creer que el kirchnerismo podía dirigir ese proceso hasta su completa realización. A pesar de la derrota electoral lo sigue creyendo. Muchos piensan que simplemente es suficiente con ganar las elecciones parlamentarias del 2017 y las presidenciales del 2019. Pero la lucha real va mucho más allá de una contienda electoral pacífica y respetuosa de las instituciones formales de la democracia burguesa.
El kirchnerismo, en lo sustancial, no es lo mismo que el peronismo de Perón. Su estrategia es distinta. Pero tiene la limitación de su carácter de clase. Tiene otros límites, pero tiene límites. Perón quería encorsetar y controlar al movimiento obrero. Esa era su estrategia central. Para la kirchnerismo la estrategia central es lograr, aunque manteniendo la conciliación de clases, un pleno crecimiento con inclusión social en el marco de una permanente ampliación de los derechos democráticos. El kirchnerismo tomó la parte de reformas sociales del primer peronismo como el eje de su política, pero incorporando también centralmente las ampliaciones democráticas.
Lo novedoso y extremadamente positivo del kirchnerismo es que ha despertado un auténtico deseo de mejoramiento de las condiciones sociales en la sociedad, un resurgimiento de la política en el seno del pueblo, movilizando a gran parte de la juventud, pero también a los viejos peronistas de todas las edades.
La mitad más uno por lo menos ha percibido que se puede vivir mejor y en gran medida, cómo es vivir mejor, porque ha vivido esa mejoría bajo el kirchnerismo.
Han surgido o se han incorporado muchos cuadros en el kirchnerismo, como Kicillof y Recalde, entre muchos otros, y serias organizaciones como La Cámpora. En todas partes asumieron un compromiso generalizado de optimizar la cultura, la educación, la ciencia y tecnología, y se produjo una incorporación de gran parte de la población a la política activa, junto con una significativa elevación de la conciencia sobre cómo funciona el mundo, aunque limitada y contradictoriamente al incluir, por ejemplo, la reivindicación de la conciliación de clases.
Leer: http://www.rebelion.org/ | |||
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario