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viernes, 22 de enero de 2016

PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ-NOTA INFORMATIVA

Los días 9 y 10 del presente se llevó a cabo la XV Sesión Plenaria del Comité Central, cuya agenda estuvo centrada en el Informe Político, que incluye el examen de la actuación del Partido en el presente periodo, tomando en cuenta la situación de la lucha de clases en el contexto nacional e internacional; el balance de la estrategia electoral del Partido; el proceso de reordenamiento emprendido por el Partido y la preparación del Congreso Nacional; así como la aprobación de diversas resoluciones que corresponden a estos temas. A continuación entregamos un resumen de las principales conclusiones y acuerdos.
1. El Partido se ratifica en que la contradicción principal a resolver en el periodo sigue siendo cambio democrático y patriótico o continuismo neoliberal, y que la llave maestra para resolver esta contradicción, desde el punto de vista de los intereses de la patria y de las masas populares, es la más amplia unidad de los sectores dispuestos a abrir un nuevo rumbo, abrazando un proyecto de país. Unidad que no se agota en la coyuntura, que es incompatible con la mezquindad, el espíritu de capilla, la estrechez de miras. Solamente colocando por delante los intereses de la patria y de las grandes mayorías, lograremos darle solidez a la gran unidad para derrotar al modelo en curso y llevar a cabo las grandes transformaciones que el Perú requiere.
2. En correspondencia con este punto de vista, el Partido aprobó su estrategia electoral para el actual proceso, la misma que se resume en la consigna UN SOLO FRENTE, UN SOLO PROGRAMA, UNA SOLA  CANDIDATURA. A la consecución de ese objetivo hemos dedicado los mayores esfuerzos, renunciando, incluso, a presentar candidatura propia. No contar con una organización inscrita en el registro electoral y no haber construido desde las bases una correlación política, social y cultural favorable a la unidad, han debilitado nuestra posición, e impedido tener mayor incidencia en el presente escenario. Una vez más se ha impuesto la estrechez de miras, cuyo resultado inexorable es la fragmentación, con lo cual la izquierda y el progresismo han bloqueado sus posibilidades de éxito, o, por lo menos, de obtener un resultado decoroso. Se ha desaprovechado así una enorme oportunidad, en momentos que el modelo neoliberal muestra su agotamiento y decadencia, provocando el descontento de las grandes mayorías que reclaman cambios de verdad.
3. Esta derrota va a tener serias consecuencias en el periodo que se abre después del próximo abril. Las razones de fondo que explican esto hay que buscarlas en la cultura neoliberal, sustentada en el pragmatismo, el individualismo, la mercantilización, que se han enraizado en el conjunto de la sociedad. El neoliberalismo ha conducido a la degradación de la Política, la ha convertido en una actividad donde lo que menos interesa son los objetivos nacionales, los proyectos, programas y debate de ideas; lo que prima es el aprovechamiento personal o de grupo, la total falta de escrúpulos para saquear los recursos del Estado, la sumisión y complicidad con los intereses de las grandes empresas, la abyección convertida en norma de conducta.
La mercantilización de la política ha convertido a la mayoría de los partidos en máquinas electorales, en organizaciones con dueño, financiadas con dineros de oscura procedencia; los  ciudadanos transformados en simples electores a los que se manipula a través de los medios de comunicación y el uso de prebendas. Con el pragmatismo en boga, las lealtades, los principios, la ética, representan estorbos que hay que dejar de lado. Lo electoral, de un medio para acceder a niveles de gobierno con el propósito de llevar a cabo una propuesta programática, se ha convertido en un fin en sí mismo, en un fetiche que obsesiona y enajena, al que hay que rendirle culto y sacrificio. El “Yo candidato”, favorecido a su vez por una tradición caudillista que impera en el país, se ha tornado en la razón de ser de mucha gente; para lograrlo cualquier camino o atajo es bueno. Esta forma de pensar ha terminado por contaminar a una parte de la izquierda y las organizaciones populares. Sin una consistente batalla en el terreno de las ideas para desterrar de nuestras filas esta cultura y las prácticas que les corresponden, los esfuerzos unitarios terminarán siempre en fracasos, como los hechos vienen demostrando.
4. La ofensiva ideológica y política del neoliberalismo tiene un carácter planetario. El proceso de reaccionarización que se registra en diversas regiones del mundo es la respuesta del capitalismo en crisis, la forma en que el imperialismo norteamericano y sus socios enfrentan su decadencia. El uso del poder militar, del autoritarismo, de la intolerancia visceral, representan su mejor medio para mantener o reconquistar sus posiciones, en un contexto de disputa mundial por los mercados, recursos naturales, fuentes de energía, agua y alimentos. Situación que está conduciendo a una enorme inestabilidad mundial, conflictos bélicos, intervenciones armadas, desplazamientos de poblaciones, armamentismo desenfrenado, con el riesgo del desencadenamiento de tensiones aún mayores, con consecuencias desastrosas para todo el planeta.
5. América Latina no es ajena a esta situación. La contraofensiva que ha puesto en marcha el imperialismo norteamericano y las clases dominantes nativas, ha logrado la victoria de Mauricio Macri en Argentina y un triunfo parcial en Venezuela. Su pretensión es sacar del gobierno a Nicolás Maduro y hacer lo propio con Dilma Rousseff en Brasil. De lograr sus planes modificarán a su favor la correlación política en toda América Latina y El Caribe, cercando a Cuba, encontrando mayores facilidades para enfilar contra Bolivia, Ecuador y el resto de países donde gobierna la izquierda y el progresismo, con lo cual procederán a un desmontaje de lo avanzado en materia de integración (CELAC, UNASUR), e insertarán a la región en la órbita del imperio del Norte. A los sectores de izquierda nos corresponde desenmascarar estos planes, expresar sin ambages nuestra solidaridad con Venezuela y el conjunto de países que resisten la ofensiva imperialista, y no dejarnos embaucar por los contrabandos sobre la libertad, la democracia, los derechos humanos, con que los sectores reaccionarios encubren sus planes.
6. Estamos ingresando, pues, en un escenario de enormes dificultades. Si se confirman las tendencias actuales, lo más seguro es que la derecha neoliberal, con cualquiera de sus variantes que compiten en el actual proceso electoral, continuará gobernando el país en los próximos cinco años. La profundización del modelo, en medio de la crisis y el descontento social, tendrá en la acentuación del autoritarismo en sus diversas formas, la política de ajuste y la concentración de la riqueza,  sus principales características, tal como viene sucediendo, por ejemplo, en el primer caso con la ley sobre la flagrancia, diseñada no tanto para combatir a la delincuencia, sino para contener la resistencia del movimiento popular, de la izquierda y el progresismo. Todo ello facilitado por una izquierda derrotada, fragmentada, arrinconada y colocada a la defensiva, y por un movimiento social en similares condiciones.
7. Los reveses sufridos abonan el terreno para que determinados sectores se dejen ganar por el desánimo, la frustración, el pesimismo y el negacionismo. Si bien es cierto que hay que asumir las responsabilidades desde una posición profundamente autocrítica, no es correcto concluir que la derrota es definitiva y que todo está perdido; tampoco asumir “soluciones” que son producto de la desesperación y el nihilismo. Cerrar un ciclo y abrir uno nuevo, reconstruir el espacio de la izquierda y el movimiento popular sobre bases distintas, requiere ir a las causas de los problemas y no solo a sus efectos. La unidad que necesitamos no podrá construirse sin superar la influencia de la cultura neoliberal en nuestras filas; tampoco con métodos burocráticos que reducen las acciones a las cúpulas partidarias, menos si esta unidad responde a una visión puramente electoral o termina anclada en los aspectos estrictamente coyunturales. El proyecto de país que queremos construir debe ser la base de la confluencia de amplios sectores; unidad que provenga desde las bases y represente la diversidad que somos. El proceso integral de renovación que es preciso llevar a cabo no significa el abandono de principios ni identidades partidarias; significa renovación para andar al compás de los tiempos, la actualización del programa, la incorporación de nuevos métodos y estilos de trabajo, capacitar y promover a los contingentes juveniles, que son los llamados a jugar un rol protagónico en este proceso. La gran unidad sigue siendo el eslabón clave para derrotar al modelo; si no se logró hoy, se logrará mañana. Un balance de los aciertos y errores no debe llevarnos a buscar culpables sobre los que descargar nuestras iras; tenemos un camino que seguir y un enemigo común que enfrentar, y el sectarismo es un elemento dañino que debemos erradicar.
8. Superar nuestras propias debilidades es el objetivo que nos hemos propuesto con la decisión de llevar a cabo el proceso de Reordenamiento partidario. El próximo Congreso, también en preparación, debe ayudar a este proceso, a la vez que permitirá hacer una evaluación de conjunto del escenario político nacional e internacional, realizar un balance de lo actuado, reformar los estatutos y trazar el rumbo del Partido en el próximo periodo. Los comunistas, que tenemos como horizonte el socialismo, somos no solo una fuerza necesaria, sino indispensable en el país y en el mundo. La barbarie capitalista que ha conducido al desastre del planeta y pone en riesgo la existencia de las especies vivas, incluida la especie humana, no puede ser resuelta únicamente con reformas al sistema. Solo el socialismo es capaz de colocar al ser humano, en armonía con el medio ambiente, como centro, y con ello poner fin a la irracionalidad que se basa en el lucro, el consumismo, el saqueo de los recursos naturales, las guerras de rapiña que asolan a diversas regiones del planeta. La defensa del Partido, de su derecho a hacer política y a trabajar junto a los diversos sectores que aspiran a un país distinto, es un asunto en el que no cejaremos, a contrapelo de la derecha cavernaria que pretende desaparecernos, y de algunos sectores que han convertido el antipatriarrojismo en la razón de su existencia.
9. El XV Pleno del Comité Central ratificó la Declaración del Buró Político emitida el 21 de diciembre pasado, la decisión —al no haberse logrado la más amplia unidad para afrontar el proceso electoral— de no presentar candidaturas en las planchas presidenciales ni congresales. No obstante, teniendo en cuenta la inconveniencia del abstencionismo político y las mayores afinidades éticas y programáticas, el Comité Central, desde una posición independiente, acordó respaldar la candidatura de la compañera Verónika Mendoza a la Presidencia de la República.
10. El XV Pleno del Comité Central, asimismo, realizó una evaluación de la conducta disidente y fraccionalista emprendida por Gregorio Santos, César Aliaga y Allín Monteza, quienes, colocándose de espalda a los acuerdos partidarios emprendieron su propia estrategia electoral, su propia política de alianzas y sus propios objetivos, lo cual debilitó la estrategia del Partido y contribuyó a la derrota del conjunto de la izquierda y el progresismo. En tal sentido, el Comité Central acordó ratificar las sanciones de suspensión de la militancia a los citados personajes, realizada por el Buró Político.
11. Sin dejar de lado nuestras responsabilidades en el escenario político, social y cultural, el Comité Central ha tomado la decisión de colocar como el eje central de su trabajo en el presente, el proceso de reordenamiento acordado y el éxito de nuestro IX Congreso Nacional.
Lima, 13 de enero del 2016
Oficina de Comunicaciones

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