FUENTE: http://anzoateguivive.com/2011/05/31/el-poder-de-una-asamblea-constituyente/
AUTOR: UBALDO TEJADA GUERRERO
“Fujimori puede tener la mayoría. Yo insisto en eso, ellos son los que saben. Ya debe tener a estas alturas todo un file sabiendo quiénes van a integrar el próximo Congreso, quienes son sus esposas, cuándo son sus cumpleaños, dónde estudian los hijos, hasta qué chocolates les gusta. Todo lo necesario para hacerse de una bancada con mayoría en base a transfuguismo”. JULIO COTTLER
La advertencia de Cottler, es mas que espeluznante cuando en 5 de junio del 2011, los peruanos acudan a las urnas para elegir entre el miedo (Keiko Fujimori) y la esperanza (Ollanta Humala), porque un gobierno de Keiko sería en la práctica un gobierno de su padre Alberto Fujimori, que todo el tiempo ella reivindicó como el mejor gobierno de la historia del Perú.
La historia del Perú nos explica lo contrario, que “Cuando finalmente pudo echársele del poder, el fujimorismo, aparte de los US$ 7,000 millones robados (o precisamente por eso), dejó sumido al país en una profunda crisis económica: 54% de pobreza, 200 mil peruanos despedidos, 23 mil empresas quebradas (95% de ellas pymes), otras 120 mil endeudadas, y una caída del empleo industrial del 33% (Fuente: SNI, SBS).
De las 300 mil personas que laboraban en este sector, solo el 15% se quedó con trabajo (Fuente: CAPECO, Maximixe e Inform@cción ). El sector comercial cayó de 11,1% de crecimiento, a -3,1% en 1998 (Rubén Cano, “¿Quién dijo que el fujimorismo arregló la economía?”, Bajo la lupa, http://bit.ly/kvzY17). De los peruanos depende no volver a esa ignominia” www.nelsonmanrique.com
Pero el tema de una Asamblea Constituyente, seguirá siendo el plato de fondo en el debate político en el Perú, de la estructura del Estado y el modelo económico, es decir el continuismo con Fujimori, que defiende la permanencia de la ilegal Constitución de 1,993, impuesta en dictadura después del 5 de abril de 1992, que blinda a las transnacionales o una nueva carta constitucional, que significa un cambio democrático, patriótico y progresista.
Los cierto es que esa obsoleta derecha peruana, la misma que ha llevado al premio nobel Vargas Llosa a renunciar escribir en el diario “El Comercio” y apoyar a Ollanta Humala, es la que niega al pueblo, el ejercicio democrático de que el poder emane del pueblo: una Asamblea Constituyente, que es el único que otorga esa facultad a sus gobernantes.
El derecho constitucional es claro, cuando precisa que el poder constituyente, o sea la soberanía, carece de límites jurídicos, porque no tiene una ley superior, ya que es el poder que puede y debe dictar la ley suprema: una Constitución política. Tan sólo tiene límites extrajurídicos: la naturaleza, los principios éticos, los humanos, los racionales, los religiosos.
Los medios de comunicación de la derecha en el Perú, en el debate electoral, han querido discriminar entre el poder constituyente y el simple poder de reformar la Constitución. Tal discriminación es una falacia, porque cualquier reforma de una constitución ya dictada, como la de 1,993; implica el ejercicio del poder constituyente, ya que es el poder de soberanía creado, aunque sea en parte por la ley fundamental, como el caso peruano, que está contemplado en el artículo 206 de la vigente carta del 93.
Otro de los aspectos que debemos señalar con claridad, que la función específica de la Asamblea Constituyente, es dictar o reformar la constitución. La pregunta es ¿Puede erigirse en poder gobernante, en poder constituido?
Expliquémonos: La constituyente representa al soberano (al pueblo en el sistema democrático), entonces ¿Cómo puede coexistir el soberano con otro poder? Ello implicaría reconocer que no es tal como soberano. De ahí que el fundamento del poder constituyente, implique automáticamente, la creación de otro poder de facto, la conclusión es que la Asamblea Constituyente asume todo el poder, como ocurrió en 1,979 en el Perú.
Ubaldo Tejada Guerrero – Analista Global – utguerrero31@yahoo.es
“Fujimori puede tener la mayoría. Yo insisto en eso, ellos son los que saben. Ya debe tener a estas alturas todo un file sabiendo quiénes van a integrar el próximo Congreso, quienes son sus esposas, cuándo son sus cumpleaños, dónde estudian los hijos, hasta qué chocolates les gusta. Todo lo necesario para hacerse de una bancada con mayoría en base a transfuguismo”. JULIO COTTLER
La advertencia de Cottler, es mas que espeluznante cuando en 5 de junio del 2011, los peruanos acudan a las urnas para elegir entre el miedo (Keiko Fujimori) y la esperanza (Ollanta Humala), porque un gobierno de Keiko sería en la práctica un gobierno de su padre Alberto Fujimori, que todo el tiempo ella reivindicó como el mejor gobierno de la historia del Perú.
La historia del Perú nos explica lo contrario, que “Cuando finalmente pudo echársele del poder, el fujimorismo, aparte de los US$ 7,000 millones robados (o precisamente por eso), dejó sumido al país en una profunda crisis económica: 54% de pobreza, 200 mil peruanos despedidos, 23 mil empresas quebradas (95% de ellas pymes), otras 120 mil endeudadas, y una caída del empleo industrial del 33% (Fuente: SNI, SBS).
De las 300 mil personas que laboraban en este sector, solo el 15% se quedó con trabajo (Fuente: CAPECO, Maximixe e Inform@cción ). El sector comercial cayó de 11,1% de crecimiento, a -3,1% en 1998 (Rubén Cano, “¿Quién dijo que el fujimorismo arregló la economía?”, Bajo la lupa, http://bit.ly/kvzY17). De los peruanos depende no volver a esa ignominia” www.nelsonmanrique.com
Pero el tema de una Asamblea Constituyente, seguirá siendo el plato de fondo en el debate político en el Perú, de la estructura del Estado y el modelo económico, es decir el continuismo con Fujimori, que defiende la permanencia de la ilegal Constitución de 1,993, impuesta en dictadura después del 5 de abril de 1992, que blinda a las transnacionales o una nueva carta constitucional, que significa un cambio democrático, patriótico y progresista.
Los cierto es que esa obsoleta derecha peruana, la misma que ha llevado al premio nobel Vargas Llosa a renunciar escribir en el diario “El Comercio” y apoyar a Ollanta Humala, es la que niega al pueblo, el ejercicio democrático de que el poder emane del pueblo: una Asamblea Constituyente, que es el único que otorga esa facultad a sus gobernantes.
El derecho constitucional es claro, cuando precisa que el poder constituyente, o sea la soberanía, carece de límites jurídicos, porque no tiene una ley superior, ya que es el poder que puede y debe dictar la ley suprema: una Constitución política. Tan sólo tiene límites extrajurídicos: la naturaleza, los principios éticos, los humanos, los racionales, los religiosos.
Los medios de comunicación de la derecha en el Perú, en el debate electoral, han querido discriminar entre el poder constituyente y el simple poder de reformar la Constitución. Tal discriminación es una falacia, porque cualquier reforma de una constitución ya dictada, como la de 1,993; implica el ejercicio del poder constituyente, ya que es el poder de soberanía creado, aunque sea en parte por la ley fundamental, como el caso peruano, que está contemplado en el artículo 206 de la vigente carta del 93.
Otro de los aspectos que debemos señalar con claridad, que la función específica de la Asamblea Constituyente, es dictar o reformar la constitución. La pregunta es ¿Puede erigirse en poder gobernante, en poder constituido?
Expliquémonos: La constituyente representa al soberano (al pueblo en el sistema democrático), entonces ¿Cómo puede coexistir el soberano con otro poder? Ello implicaría reconocer que no es tal como soberano. De ahí que el fundamento del poder constituyente, implique automáticamente, la creación de otro poder de facto, la conclusión es que la Asamblea Constituyente asume todo el poder, como ocurrió en 1,979 en el Perú.
Ubaldo Tejada Guerrero – Analista Global – utguerrero31@yahoo.es
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