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martes, 29 de diciembre de 2009

PERÚ: BALANCE POLÍTICO 2,009

Perú: Alberto Andrianzen analiza el 2009
Alberto Adrianzén, sociólogo y analista político, hace un descarnado balance del año 2009. El comportamiento del gobierno y de la oposición, el baguazo, la corrupción, el autoritarismo gubernamental, la condena a Fujimori, la reciente designación de Mercedes Aráoz como ministra de Economía, la amenaza de Alan García de cerrar el Congreso y el escenario electoral del 2011, son analizados por Adrianzén en la siguiente entrevista.
-¿Cuál es el balance de la gestión del gobierno en el 2009?
-El gobierno ha podido sortear las protestas sociales y continuar con su programa económico. En ese sentido, el balance político del año favorece al gobierno, no por sus virtudes sino por los defectos de la oposición. En cierta medida, la designación de Mercedes Aráoz como ministra de Economía define el balance del 2009. Con esta designación se ha colocado en un cargo tan importante a una persona que es responsable del baguazo y que ha sido objeto de críticas por parte de la izquierda, del nacionalismo, de los movimientos sociales e incluso de sectores empresariales.
-¿La designación de Mercedes Aráoz como ministra de Economía es un reto de García a sus opositores?
-Este nombramiento es una especie de burla de Alan García. Es la cereza en la torta que demuestra la poca capacidad de la oposición para poner un límite mínimo al programa económico neoliberal y modificar la situación política. El nombramiento de Mercedes Aráoz refleja la debilidad de la oposición y la voluntad fundamentalista de Alan García. Esto define el balance del año.
-¿Coincide con quienes dicen que el nombramiento de Mercedes Aráoz anuncia el inicio de una farra fiscal con fines electorales?
-Puede ser, pero lo más importante del nombramiento de quien es conocida como Miss TLC es que se va a profundizar la política neoliberal y la línea de las concesiones, de las privatizaciones, de los TLC.
-¿García siente que puede hacer lo que quiere sin tomar en cuenta a la oposición?
-Sí, creo que García ha llegado al convencimiento que no tiene una oposición importante, al punto de decir que puede cerrar el Congreso. La evaluación del gobierno es que la oposición política es débil y la social no tiene representación, y, por lo tanto, no pueden poner en jaque al gobierno…
-¿La protesta indígena amazónica que culminó en el baguazo no puso en jaque al gobierno?
-Lo jaqueó, es cierto, pero no lo suficiente. El gobierno ha podido neutralizar la protesta que estaba detrás de lo ocurrido en Bagua y después del baguazo ha continuado con su política. Es irónico y una paradoja que mientras se discute el informe sobre lo ocurrido en Bagua y las responsabilidades de lo sucedido, se nombre como ministra de Economía a la responsable del baguazo. Eso hace muy simbólica esta designación.
-¿El baguazo es el hecho político más importante del 2009?
-Socialmente hablando es el hecho político más importante, pero no ha tenido una gran repercusión política…
-¿No ha marcado un punto de quiebre?
-La protesta de los indígenas amazónicos marca la integración del último contingente social a la vida política del país, lo que redefine el mapa social, y las reivindicaciones de los nativos no sólo son locales sino que expresan la oposición nacional a los TLC, a las concesiones, al tratamiento al capital extranjero. En ese sentido, marca un punto de quiebre, pero no ha logrado rematar en una representación de nuevo tipo.
-¿A pesar de la debilidad de la oposición, el incremento de las protestas sociales puede presionar al gobierno y obligarlo a cambiar algunos puntos de su programa neoliberal?
-El malestar de la población con el modelo económico neoliberal y con el gobierno no logra alcanzar una representación política. Los conflictos sociales aumentaron en el 2009 y esa tendencia va a continuar en el 2010, pero para que esa protesta tenga sentido, impacto, consecuencia, debe expresarse políticamente, tener un remate político, y hasta ahora eso está faltando. Puede haber una multiplicidad de protestas, pero si esas protestas no están organizadas y no tienen una expresión política, estamos ante un malestar social que carece de una consecuencia de modificación de las políticas del gobierno.
-¿En el 2009 la oposición no ha avanzado en unificar y darle conducción política al descontento social?
-Algo se ha avanzado, pero todavía falta esa conducción política del movimiento social para expresar una voluntad colectiva y no quedarse en las protestas locales. El problema es que están primando los intereses corporativos de los grupos que protestan. Hay una visión muy localista en las protestas y una lucha por liderazgos que es suicida.
-¿Ante el aumento de las protestas sociales se ha profundizado el autoritarismo del gobierno?
-Sí. El gobierno cree que ahora puede entrar a pulsear de manera mucho más dura con la oposición política y social. La respuesta del gobierno ante las protestas se ve en lo que ha pasado recientemente en Majaz con el asesinato de campesinos.
-¿Y la corrupción?
-La corrupción se ha profundizado. Cada vez es más abierta y no pasa nada.
-Otro hecho importante del 2009 fue la condena a Fujimori por violaciones a los derechos humanos y corrupción. ¿Cuál es la trascendencia política de esta condena?
-El impacto político de esta sentencia es que se ha sentado un precedente de una condena a un presidente corrupto. Pero con excepción de LA PRIMERA y La República, los medios de comunicación no dicen eso. Hay una especie de coalición del silencio de algunos medios en torno al fujimorismo y sus latrocinios, y también frente a la corrupción actual. Esta condena ha sido un triunfo, pero luego Alan García indultó a Crousillat y se han liberado a una serie de militares acusados de corrupción. Esto demuestra que lo ganado con la condena a Fujimori no ha podido ser consolidado.
-¿El gobierno ha jugado en contra de esa consolidación?
-Así es, el gobierno, de la mano con el fujimorismo, ha jugado en contra del avance en la lucha contra la corrupción y de la defensa de los derechos humanos. Y la oposición no ha sido capaz de consolidar el triunfo que significó la condena a Fujimori y cambiar la correlación de fuerzas para crear un nuevo marco institucional y un escenario en el cual no sea posible indultar a Crousillat o liberar a los generales corruptos. El 2009 se ha dado un pulseo entre una política de avalar la corrupción y las violaciones a los derechos humanos, que es apoyada por el gobierno, y una política de sancionar a los corruptos y a los violadores de los derechos humanos. Eso es parte de un pulseo entre la contrarreforma y la reforma; entre un país excluyente y una democracia para todos; entre una opción autoritaria neoliberal y una democrática reformista.
-¿Qué espera políticamente para el 2010?
-Espero que el próximo año la sentencia a Fujimori cuaje en un nuevo marco institucional de la lucha contra la corrupción, contra la impunidad, en defensa de los derechos humanos; que el malestar social contra los TLC y el modelo económico neoliberal cuaje en una política de defensa de la economía nacional. Eso dependerá de la correlación de fuerzas y de que la oposición sea capaz de imponer un cambio.
“Alan García busca ganar puntos atacando al Congreso”
-El 2009 termina con la amenaza de Alan García de cerrar el Congreso si éste no aprueba su propuesta para renovar parcialmente el Congreso a mitad del mandato presidencial. ¿Qué consecuencias puede tener esta disputa entre el Ejecutivo y el Legislativo?
-En este tema no hay en el Ejecutivo ningún objetivo de reforma auténtica, lo que busca García con su ataque al Congreso es ganar puntos. Por su alto desprestigio, el Congreso es un blanco fácil de atacar. A la gente le gusta que ataquen al Congreso, lo cual es un problema porque el Congreso es fundamental para la democracia.
-¿Esta amenaza de García al Congreso puede poner en riesgo la estabilidad democrática?
-Si García lleva a fondo esta amenaza se pondría en riesgo la estabilidad democrática, pero yo creo que esto es una bravata de García que no va a tener ninguna posibilidad de ponerse en práctica.
-Estamos ante la paradoja de que el presidente García y los dirigentes apristas atacan al Congreso cuando ha sido el Partido Aprista el que lo ha controlado estos años.
-Así es. Desde el 2006 todos los presidentes del Congreso han sido apristas y la principal responsabilidad del desprestigio del Congreso la tiene el Partido Aprista. El balance del Congreso es muy malo. Este año su desempeño ha sido muy deficiente. El Congreso en manos del Apra está ahondando su deficiencia.
-En la última encuesta del Latinobarómetro más del 50% de los peruanos no cree en la democracia. ¿Eso abre las puertas a opciones autoritarias?
-Y según esta encuesta el Perú ocupa el primer lugar en discriminación en toda América Latina. Eso demuestra la necesidad de cambio. No es que la gente no crea en el sistema democrático como tal; no cree en esta democracia que tenemos ahora, quiere nuevos políticos, grandes reformas, no quiere continuidad. Ese cambio se juega el 2011.
“El 2011 nos jugamos el futuro del país”
-¿Cuál es el escenario político para el 2010?
-En el 2010, como en el 2011, se vienen escenarios de definición. En la medida que se aproxima el escenario electoral es una necesidad avanzar en una unidad para darle conducción al descontento social. La oposición tiene que tener la capacidad de representar el cambio, porque se juega un momento estratégico para el país y para América del Sur. El 2011 se define entre la profundización del modelo neoliberal autoritario, en el que la economía y la democracia son para unos pocos, y el formar parte de un bloque de derecha en la región con países como Colombia, México y posiblemente Chile; o ir a un cambio radical, a una reforma profunda, fundacional, a un nuevo consenso nacional con un modelo de desarrollo más inclusivo y una democracia más transparente, y pasar a formar parte del viraje progresista que se está dando en América del Sur. Estamos ante una elección que es política, económica, cultural. El 2011 nos jugamos el futuro del país. Nos jugamos no sólo el tipo desarrollo, sino también el tipo de cultura, de vida que vamos a tener. El país requiere otro modelo económico, otro consenso, otra democracia, otra forma de organización institucional.
-Pero hasta ahora las encuestas dan ventaja a las opciones que representan la continuidad del modelo neoliberal.
-Yo dudo que las orientaciones que ahora se reflejan en las encuestas se mantengan hasta las elecciones. Es prematuro decir quiénes son los favoritos para el 2011. El clima electoral se va a comenzar a definir recién en la segunda mitad del 2010. Si gana la derecha tendremos un país fracturado, conflictivo, con violencia social, incapaz de enfrentar los retos del futuro integrando a todos.
-¿Quién puede representar con éxito la opción de cambio?
-No por simpatía, sino de manera analítica, objetiva, creo que el único candidato que hay en la oposición es Humala. No tiene competencia…
-¿El padre Marco Arana, que este año ha surgido como una opción electoral, no puede hacerle competencia a Humala en ese sector que propugna un cambio?
-Creo que Arana no es competencia para Humala. Y eso lo digo con mucho respeto y cariño por el padre Arana. Creo que Arana no genera la empatía que generó Humala el 2006. Arana representa especialmente a una clase media progresista, democrática, en cambio Humala representa a los sectores populares. Esa es la diferencia entre ambos.
-El trabajo de Arana está vinculado a los sectores populares, campesinos.
-No le niego las virtudes a Arana, pero lo que representa Humala desde el punto de vista social es mucho más complejo y grande de lo que hoy día representa Arana, que todavía está en un proceso de gestación. Humala ya tiene una campaña sostenida, tiene presencia en todo el país, tiene la gran virtud de haber resistido los feroces ataques de la derecha y de los medios adictos al gobierno y haberse mantenido en el escenario con una posición radicalmente distinta. Por eso Humala es la mejor opción para el cambio. Respeto las buenas intenciones del padre Arana y de sus seguidores, pero creo que es un error promover una candidatura paralela a la de Humala.
-El movimiento indígena también está pensando en consolidar su ingreso al escenario político con una candidatura propia.
-Pensar eso es un error. Me parece bien que el sector indígena busque tener una representación propia, pero deben formar parte de una gran coalición. Todos los sectores excluidos estos años deben llegar al gobierno y para eso se debe formar una gran coalición.
Fuente: Diario La Primera.

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