Carlos Herrera D. sostiene que no hay que exportar aunque haya las reservas que el gobierno dice, mintiendo, que existen.
Si no se encuentran nuevas reservas importantes, en menos de 20 años nos quedaremos sin gas. Cuando se acabe el gas, pagaremos mucho más por el gas que tengamos que importar que lo que vamos a recibir por el gas que se va a exportar…
Carlos Herrera, ministro de Energía y Minas durante el gobierno de Paniagua y ex decano del Colegio de Ingenieros, es un duro crítico de la exportación de gas. En la siguiente entrevista advierte las consecuencias negativas, en lo económico y en el acceso a energía, que traerá la exportación de gas. Asegura que el actual gobierno no tiene una política energética y solamente le preocupa sacar adelante a cualquier precio la venta de gas al exterior.
LA ENTREVISTA
-El presidente García asegura que hay 15 billones de pies cúbicos (TCF por sus siglas en inglés) de reservas de gas y que eso alcanza sin problemas para abastecer el mercado interno y exportar. Según García, quienes, como usted, hablan de desabastecimiento del mercado interno, no conocen el tema o están mintiendo por un afán de notoriedad.
-Yo no soy candidato a nada, no me interesa la política ni los cargos públicos, no tengo ningún interés de notoriedad. Creo que de hidrocarburos conozco más que García. He leído y conozco bien la Ley de Hidrocarburos y los contratos de Camisea. En el caso de García, creo que él no pasaría un examen elemental de conocimientos sobre hidrocarburos. Cuando dijeron que en el Lote 57 había 2 TCF, García aseguró que con eso había gas para 40 años. Grave error, porque 2 TCF alcanzan para cuatro años, no para 40 años. García no tiene capacidad técnica de entender este tema.
-Pero su ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, sí conoce técnicamente el tema y él también asegura que hay gas suficiente para el mercado interno y para la exportación.
-El ministro Sánchez dice medias verdades. Sánchez es un técnico en electricidad, no en hidrocarburos. El año pasado Sánchez le dijo al Congreso que había 8,8 TCF de reservas probadas de gas, pero luego, con el mismo informe que dijo eso, ha asegurado en el Congreso que hay 13 TCF de reservas…
-Y García habla de 15 TCF. ¿Cómo se explican tantas cifras diferentes sobre las reservas de gas?
-El gobierno mezcla las cifras y con eso confunde. Cuando habla de 13 TCF de reservas, el ministro Sánchez se refiere a las reservas probables y no a las probadas. Las reservas probables tienen un margen de error del 50%. Las reservas probadas recuperables, porque no todo el gas que está bajo tierra se puede extraer, son de 8,8 TCF y no 15 TCF como dice García.
-El gobierno ha anunciado que el lunes (hoy) se presentará un nuevo informe sobre el nivel de reservas de gas. ¿Ese informe le parece confiable?
-La firma consultora que ha hecho este informe funciona en la misma ciudad de Texas donde tiene su sede la principal empresa interesada en la exportación de gas, que es Hunt Oil. A mí el resultado de este estudio no me genera confianza.
-¿El gobierno está inflando deliberadamente el nivel de reservas de gas para justificar la exportación?
-Sí, siempre lo ha hecho. El gobierno infla la cifra de las reservas sumando a las reservas probadas, las reservas probables y también las reservas posibles que tienen un margen de error del 90%. La ley dice que cuando se habla de reservas se trata de las reservas probadas, no de reservas probables ni posibles.
-El ministro Sánchez asegura que el desabastecimiento de gas no es por falta de gas, sino por una lentitud en la actuación del Consorcio Camisea.
-Un ministro no puede decir eso sin corregir esa situación, porque él es el responsable. Ese es un argumento falso. El problema es que no hay reservas suficientes de gas para hacer contratos a largo plazo y no hay capacidad de transporte suficiente, y la capacidad de transporte que existe se está usando para la exportación de gas.
-El gobierno argumenta que no hay riesgo de desabastecimiento de gas porque ante esa situación la ley permite cortar la exportación y dedicar ese gas al mercado interno.
-El mercado interno está asegurado por la ley, pero no por la realidad. Ya tenemos problemas de abastecimiento de gas en el país, porque hay empresas y plantas generadoras de electricidad que han solicitado gas y no se los dan, y esa ley debería aplicarse en este momento para garantizar el abastecimiento de gas al mercado interno, pero el gobierno no lo está haciendo.
-¿Cuál es el mínimo de reservas necesarias para asegurar el abastecimiento del mercado interno por los próximos 20 años?
-Para los próximos 20 años, Lima y la región centro necesitan aproximadamente 10 TCF de gas. El sur necesita 5 TCF. El norte también tiene derecho al gas y tranquilamente puede consumir otras 5 TCF. Y la necesidad de gas de los siguientes 20 años será mayor que la de estos primeros 20 años…
-Significa que incluso si fuera cierta la cifra de 15 TCF que da el presidente García como reservas no alcanzaría el gas para la exportación.
-Así es, en ese caso las reservas tampoco darían para la exportación de gas.
-¿A partir de qué niveles de reservas de gas se puede pensar en la exportación?
-Yo diría que a partir de 40 ó 50 TCF. Pero al precio miserable que se va a vender el gas para la exportación, 16 centavos de dólar el millón de BTU mientras Chile está importando gas a 10 dólares el millón de BTU, no vale la pena exportarlo aunque tengamos grandes reservas.
-¿Y si se continúa con los planes para exportar gas, en cuantos años nos quedaremos sin gas?
-Si no se encuentran nuevas reservas importantes, en menos de 20 años nos quedaremos sin gas. Cuando se acabe el gas, pagaremos mucho más por el gas que tengamos que importar que lo que vamos a recibir por el gas que se va a exportar…
-¿Cuánto será la pérdida económica por esa diferencia?
-Los 16 centavos de dólar por millón de BTU que va a recibir el Perú equivalen a un dólar por barril de gas, pero importar un barril de gas nos costaría, según los precios actuales, 60 dólares. Los 4,2 TCF de gas que se van a exportar en 18 años equivalen a unos 800 millones de barriles. Eso significa que por la exportación de gas el Perú perderá alrededor de 45 mil millones de dólares. La exportación de gas está afectando la economía y la seguridad energética del país.
-¿Y cómo afectará la falta de gas las tarifas eléctricas?
-Por falta de gas los costos de generación eléctrica, que representan el 60% del costo de la tarifa eléctrica, se incrementarán en casi 50%, lo que significa que las tarifas eléctricas subirán en 30%. Este problema se comenzará a sentir dentro de unos tres años.
-El gobierno argumenta que los contratos de Camisea que facilitan la exportación de gas no pueden ser cambiados unilateralmente y no hay posibilidad de renegociarlos.
-Es verdad que un contrato no se debe cambiar unilateralmente, pero es mentira que el gobierno no pueda hacer nada. El contrato de TGP con el Estado peruano y la ley dicen que por el gasoducto, que fue construido con el impuesto que los peruanos pagamos a las tarifas eléctricas, solamente puede transportarse gas del Lote 88 para el consumo interno, con lo cual se cae la exportación del gas del Lote 56. Ese contrato de exclusividad es por los primeros diez años y de ahí en adelante el gas para el consumo interno debe tener preferencia en el uso del gasoducto. Sin necesidad de cambiar los contratos, el gobierno puede hacer valer esto para parar el transporte del gas para la exportación, pero no lo quiere hacer. El gobierno de Toledo es responsable por cambiar los contratos originales de Camisea para permitir la exportación y por los precios bajos del gas que se va a exportar, y el gobierno de García es responsable por permitir que TGP viole el contrato y la ley de exclusividad de transporte de gas para el mercado interno y utilice el gasoducto para transportar el gas para la exportación perjudicando el abastecimiento interno.
-¿El tan pregonado cambio de la matriz energética al gas ha terminado siendo un fracaso?
-Sí, es un fracaso. Eso solamente permanece como discurso. El gobierno no tiene una política energética. Su política es exportar el gas de Camisea como sea, aunque el pueblo peruano tenga que pagar más caro por la energía. Todas las acciones del gobierno están dirigidas a liberar las reservas de gas y el gasoducto para la exportación. Los hechos son muy distintos al discurso de García de priorizar el mercado interno de gas.
El Gasoducto del Sur
-¿Como asesor de los gobiernos regionales en la reciente negociación con el Ejecutivo sobre el abastecimiento de gas al sur del país, qué opina del ofrecimiento del gobierno de iniciar en enero de 2010 la construcción del gasoducto sur andino y asegurar un mínimo de 1 TCF para el sur?
-Los presidentes regionales le han pedido al gobierno que ponga ese compromiso para entregarle al sur 1TCF en los contratos de Camisea, y como el presidente Alan García ha asegurado que hay 15 TCF, los gobiernos regionales han pedido que les den no 1 TCF, sino 5 TCF, que es la cantidad que Kuntur (empresa que construirá el gasoducto sur andino) dice se necesita para que el gasoducto sea rentable…
-¿Pero si el gobierno insiste en la exportación y no hay reservas suficientes, cómo se va a garantizar el funcionamiento del gasoducto sur andino con las 5 TCF que necesita para ser rentable?
-En esa reunión Petrobras habló de que espera encontrar entre 5 y 10 TCF de gas, pero admitió que en este momento no tiene reservas para abastecer al sur y dijo que tomaba el riesgo de construir el gasoducto sin tener reservas probadas…
-Que una empresa se comprometa a la construcción de un gasoducto sin tener las reservas mínimas para que éste sea rentable no es muy serio.
-Cuando los accionistas de Petrobras, que es controlada por el Estado de Brasil pero que tiene muchos accionistas privados que tienen poco más del 50% de las acciones, se enteren que la empresa va a construir un gasoducto sin tener reservas probadas de gas, seguramente se preguntarán sobre la seriedad de la empresa al asumir ese compromiso. Esto le puede generar problemas a la empresa y podría producir una caída en el valor de las acciones de Petrobras.
-Ante ese panorama Petrobras puede dar marcha atrás y no construir el gasoducto.
-Las regiones del sur están pidiendo un documento vinculante para que el compromiso de Petrobras de construir el gasoducto sur andino se cumpla y no sea solamente una promesa política que puede incumplirse.
-El gas que llegará al sur será un gas caro, mientras el gas barato de Camisea se exportará. ¿Qué han planteado ante eso los gobiernos regionales?
-En la reunión con los presidentes regionales, el ministro Sánchez y Petrobras señalaron que el sur recibirá gas al precio del gas de Camisea. Los presidentes regionales han pedido que lo que el sur pague por el gas no sea más de lo que va a pagar la empresa que va a exportar el gas. No hubo un compromiso en ese sentido.
“Me quieren silenciar por denunciar exportación del gas de Camisea”
-En el Congreso lo están acusando por supuestamente haber favorecido a Petro Tech en el arbitraje que esta empresa ganó para no pagar una suma importante a Perupetro…
-Esa acusación busca silenciar mis críticas a la exportación del gas de Camisea. Se me acusa por haber mantenido en la presidencia de Perupetro a Rafael Samaniego, que venía del gobierno anterior y que antes había trabajado para Petro Tech, para favorecer a esta empresa en el arbitraje. Eso no tiene sentido, porque como presidente de Perupetro Samaniego no designó a los árbitros y no tenía posibilidad de influir en el resultado del arbitraje…
-Pero su presencia en Perupetro en el momento del arbitraje da lugar a las suspicacias.
-Cuando se inició el proceso de arbitraje, entre abril y junio del 2001, yo no conocía que Samaniego había trabajado en Petro Tech. Cuando me entero de eso, le pido su renuncia para evitar suspicacias y, aunque no había cometido falta y por ley yo no lo podía sacar, él acepta salir de la presidencia de Perupetro y pasa a ser asesor del viceministro. En ese momento no se había instalado el Tribunal Arbitral. Es absurdo que me acusen por eso…
-El congresista Jhony Peralta, del Apra, insiste en acusarlo por este caso.
-El congresista Peralta le ha mentido al Congreso al decir que yo pude sacar a Samaniego y no lo hice, y le ha ocultado al Congreso que hay una resolución de la fiscalía que declara improcedente su denuncia. En el tema Camisea yo soy incómodo para el gobierno y Peralta cumple una tarea de sicario con el objetivo de silenciarme tratando de desprestigiarme.
Entrevista: Carlos Noriega (Diario "La Primera"-Lima-Perú-17 de Mayo del 2010)
Diario "La República" -Lima-Perú
Lun, 17/05/2010
Por: Humberto Campodónico
Lo prioritario en materia energética es garantizar el abastecimiento del mercado interno, lo que implica que existan las reservas de gas suficientes. En la medida que eso se cumpla se podrá considerar si se puede o no exportar.
Dicho esto, que es lo esencial, no ha sido analizado a profundidad el hecho de que existe vinculación entre los propietarios del Lote 88 y del Lote 56 y los de Perú LNG (que va a exportar el gas). Veamos.
En el Lote 88 y el Lote 56, los accionistas mayoritarios tienen el 52.8% del total y están conformados por Hunt Oil (25.2%), SK (17.6%) y Repsol (10%). El 47.2% restante le corresponde a Pluspetrol (27.2%), Sonatrach (10%) y Tecgas (10%).
En el consorcio Perú LNG, Hunt Oil tiene el 50% de las acciones, mientras que Repsol y SK tienen el 20% cada uno. Marubeni tiene el 10% restante.
Lo clave aquí es que las ventas de los lotes 88 y 56 le proporcionan ingresos a Hunt, Repsol y SK, con los que pueden financiar el proyecto de exportación. Así, en el 2008 y 2009, las ventas del Lote 88 y del Lote 56 (que comenzó a producir líquidos en el 2008) superaron los US$ 1,900 mlls y US$ 800 millones, respectivamente.
Así las cosas, las utilidades del Lote 88 y 56, que ascendieron a un total de US$ 1,639 millones del 2005 al 2009 (de las cuales Hunt, Repsol y SK tienen el 52.3%), contribuyen al financiamiento de Perú LNG.Por tanto, ambos proyectos tienen vínculos empresariales.
Sin embargo, todo el diseño del contrato de exportación ha sido realizado como si se tratara de un proyecto independiente y, por tanto, cuya rentabilidad depende únicamente de la exportación del gas a México. Esto sería cierto si los dueños de Perú LNG fueran compañías nuevas, que recién llegan a hacerse cargo del negocio. Digamos Exxon Mobil, Petrobrás o British Petroleum. Allí sí sería correcto que el flujo de caja de la exportación de gas tenga que financiar la rentabilidad de todo el proyecto.
Pero este no es el caso. Y, sin embargo, esa es la razón por la cual son tan bajos los precios de exportación del gas: al actual precio de US$ 4 por millón de BTU en México, el precio en boca de pozo en Camisea va a ser de solo US$ 0.16 por millón de BTU.
O, lo que es lo mismo cuando se hace la conversión calórica, a un (1) dólar por barril de petróleo equivalente, precio irrisorio cuando se compara con el precio internacional del petróleo, que está en US$ 80/barril. Con precios bajos, el impuesto a la renta será también bajo.
Esto quiere decir que, de un lado, los contratos han sido negociados con supuestos erróneos (por decir lo menos) y, de otro, que si ambas empresas están vinculadas, entonces estamos frente a un solo negocio, lo que tiene importantes repercusiones, por ejemplo, en materia tributaria.
Y aquí volvemos al principio. Lo primero es garantizar que dispongamos de las reservas suficientes para abastecer el mercado interno. Dicho esto, se aprecia que la exportación de gas, tal como ha sido negociada, es, valga la redundancia, un pésimo negocio.
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