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lunes, 16 de noviembre de 2009

RESPUESTA A OLLANTA HUMALA

RESPUESTA ABIERTA AL SEÑOR OLLANTA HUMALA: NACIONALISMOS E IZQUIERDAS
Salvador Mendoza Maquiavelo
El señor Ollanta Humala pretende responder a la confrontación con la derecha en el proceso electoral que se avecina, refiriéndose a la izquierda como disfraz de la derecha, y critica a ésta solapadamente con el pétalo delicado de una rosa. El centro de su crítica es realmente contra la izquierda, todos metidos en un solo saco. Esta reacción se debe al arrinconamiento que sufre por efectos de una derecha que le reclama una definición clara frente a la izquierda.
Para nadie es nuevo que la socialdemocracia es una transacción política a favor de los poderes fácticos que también son parte de este sistema de dominación mundial, y nadie puede negar que la izquierda latinoamericana y, de manera especial, la peruana siempre la ha recusado en la personalidad política del APRA. Ésta ha sido y es una lucha tenaz contra quien ahora representa al ultra neoliberalismo que, a vista y paciencia del PNP, pasa como un recado clandestino en el congreso de la república.
En primer lugar hay que ser autocrítico. Por qué siendo la principal fuerza de oposición hoy es una especie de eco sin alma que se difumina en los espaciosos salones palaciegos sin ningún efecto práctico para la formación de la conciencia nacional. No es honesto ganar un proceso electoral cuando no se ha hecho el esfuerzo político indispensable por el desarrollo de la conciencia nacional, sin ella para parecerse al APRA sólo hay que perder el paso.
Es cierto que la izquierda cometió gravísimos errores. No pudo entender el proceso velasquizta en sus cuatro aspectos fundamentales: a) afirmación de la soberanía nacional que había sido socavada por la oligarquía; b) la presencia protagónica de vastos sectores populares en la política nacional; c) la organización democrática de la población y d) el fallido proceso de industrializació n del país.
Es cierto que el estalinismo y el maoísmo fueron una influencia dogmática en determinados sectores de la izquierda, pero esto no impidió que evolucionara sobre la base de la democracia. El problema fue la incomprensión real de la democracia, estaba limitado el espacio de debate a lo puramente electoral. Por esto excluyó a un sector violentista sin dar el debate profundo y amplio para entender al Perú y los peruanos. Esta izquierda marginal pasó luego a constituir SL con todo su lastre dogmático y sectario y que, efectivamente, se convirtió en el sepulturero de la IU.
El espíritu dogmático no es atributo únicamente de la izquierda, por lo visto ahora es también del PNP. Pues niega la posibilidad de auto transformació n de la izquierda o que los cambios son epidérmicos. Esto es lo que parece, en el fondo es el pedido firme de decantar al PNP de cualquier influencia izquierdista.
Este es el fondo del problema. Lo demás son exquisiteces para no explicar los problemas organizacionales, democráticos y políticos del PNP.
Por último, estamos convencidos de que el nacionalismo cumplirá un rol fundamental en el país, en la medida que tenga como norte, como sentido positivo de la historia al socialismo, el que será creación y arquitectura de las masas populares. No le reclamamos al PNP más que consecuencia, y en esta orientación concreta estaremos en la lucha por el triunfo democrático del pueblo y en la formación de una conciencia nacionalista. No queremos ni pediremos cupos, pero siempre tendremos propuestas para resolver los problemas del Perú como Estado, como diversidad cultural y como nación de ciudadanos libres.
Trujillo, 15 de noviembre de 2009

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