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viernes, 9 de septiembre de 2011

GENERAR MAYOR VALOR AGREGADO

Por Santiago Roca
Profesor Principal, Universidad ESAN

En el poco tiempo de gestión del actual gobierno sobresalen nítidamente las acciones anunciadas en el tema de inclusión social, pero no se ha apreciado hasta el momento contundencia en la apuesta por la generación de riqueza y el impulso a la creación de valor en las actividades económicas: el otro pilar de la Hoja de Ruta y del programa del actual gobierno.
Para que el Perú progrese y sea una nación con ingresos por trabajo decentes debe lograr que una mayor proporción del valor agregado proceda no tanto de la extracción o utilización simple de los recursos naturales y humanos sino de la transformación de estos en actividades con mayor valor. La “industrialidad” genera aprendizaje, nuevas destrezas y capacidades, aumenta la complejidad y variedad, crea profesiones más calificadas y un empleo e ingreso de mayor paga y calidad.
Si bien el tema ha sido parte del discurso y de algunas de las políticas anunciadas por el Primer Ministro, ellas han sido aisladas y no han tenido la claridad, énfasis e integralidad, para que sean relievadas como pilares del programa de gobierno.

Un discurso que pasó inadvertido, por ejemplo, fue el que pronunciara el Primer Ministro en un evento científico (http://www.youtube.com/watch?v=pd9pdJGAwqQ) en donde expresó la urgencia y la necesidad de impulsar políticas que incorporen mayor conocimiento y valor agregado en las actividades económicas.

En su presentación al Congreso, se volvió a tocar el tema, pero el énfasis se dio en el lado organizacional: la necesidad de fusionar las distintas unidades del Estado en una agencia para promover la competitividad y la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Dar mayor protagonismo al objetivo de generar más riqueza y valor agregado en la economía nacional implica, por ejemplo, dar señales claras de que el gravamen a las sobreganancias mineras sería mayor para aquellas empresas que exportan productos poco elaborados, o que no se devolverá el IGV a las compras ni habrá “drawback” a todas las exportaciones de materias primas.
Se podría también canjear impuestos por proyectos de innovación y premiar las actividades que conectan, se aprovisionan o transfieren tecnologías a la economía local. La formación de complejos metal mecánicos, conglomerados especializados en agroindustria, construcción, petroquímica, turismo, debieran tener incentivos especiales y temporales, premiándose a la inversión que añada más valor.
Inexplicablemente, la política acerca del gas favorece las exportaciones y las rentas extraordinarias de los consorcios gasíferos, en vez de ser un factor que eleve la competitividad y genere industrias con mayor valor agregado nacional.
El aumento de la productividad, la calidad y la competitividad no solamente a nivel de la empresa sino de la economía en general son parte de la política integral de crecimiento sostenido con inclusión que se debe apostar. Por ello, todas las políticas económicas, incentivos y leyes debieran ser evaluados previamente por su posible impacto y contribución en la generación de mayor valor agregado nacional.
COMENTARIO
Interesante columna pero descuida resaltar la importancia de la investigacion basica y la reforma profunda de las universidades, requisitos sin los cuales NO se podrá dar el salto en innovación que necesitamos. Un caso a analizar es que la PUCP tiene todos los recursos y poder organizativo para ser una universidad de referencia de I&D en la subregión, pero por dedicarse a las ciencias sociales y humanidades termina muy rezagada en relacion a su par chilena PUC (http://bit.ly/pfVY9u).

Como se puede explicar esto? Por qué esa aversión a las ciencias duras? Cómo se puede explicar que una universidad con un decimo de tamaño, la UPCH, publique más artículos en revistas arbitradas que la PUCP?

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