“Cuando analizo los
argumentos con que Estados Unidos pretende justificar la concesión de bases
militares en territorio de Colombia, no puedo menos que calificar de cínicos
tales pretextos. Afirma que necesita esas bases para cooperar en la lucha
contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de armas, la emigración
ilegal, la posesión de armas de destrucción masiva, los desbordes nacionalistas
y los desastres naturales”.
(FIDEL CASTRO-
“Es la hora del recuento y de la marcha)
La situación se está cayendo a pedazos
delante de nosotros y, salvo que no ocurra un milagro, que provoque que la
oposición o del Gobierno de Maduro se replieguen, va a precipitarse hacia la
catástrofe económica y democrática"
General John Kelly
EL
JEFE DEL COMANDO SUR DE EE UU.
El general ha reconocido que no tiene
contacto militar con las Fuerzas Armadas venezolanas pero ha asegurado que, “de
momento”, sus mandos siguen siendo leales al presidente Nicolás Maduro, si
bien, ha sugerido que en su seno “probablemente hay presiones y divergencias y
opiniones determinadas sobre la dirección que debería seguirse”. Kelly ha
llamado la atención sobre el hecho de que, hasta ahora, Maduro haya apelado a
la policía y no al Ejército para hacer frente a las protestas ciudadanas. “Lo
cual dice bastante sobre la opinión que tiene el Gobierno sobre lo que puedan
hacer los militares”, ha señalado.
Los senadores del comité han hecho
varias preguntas sobre la presencia y el grado de implicación de países como
Cuba y Rusia –que recientemente ha manifestado su deseo de establecer una base
en Venezuela- en la crisis venezolana y, concretamente, en la estrategia de “represión”
por parte del Gobierno chavista. Interpelado al respecto por la senadora
republicana y favorita del Tea Party, Kelly Ayotte, Kelly ha sido preciso a la
hora de aclarar que quien realmente “tiene influencia” en el país sudamericano
es Cuba. “Tiene asesores militares y de inteligencia sobre el terreno”, ha
reconocido el general.
La situación en Venezuela preocupa en
el Capitolio y prueba de ello es que el miércoles el secretario de Estado, John
Kerry, fue preguntado sobre la política de la Administración respecto de esa
crisis. El jefe de la Diplomacia estadounidense reconoció que el Gobierno se reserva la posibilidad de imponer sanciones, pero que, de momento, prefería que
el resto de los países de la región trataran de fomentar el diálogo entre el
Gobierno y la oposición.
El Senado está dispuesto a aplicar
medidas de castigo cuanto antes tal y como dejó claro esa misma tarde al
aprobar por unanimidad una resolución que insta al presidente Barack Obama a que autorice la
prohibición de visados y la congelación de activos a
particulares que hayan participado, de manera directa o indirecta, en la
violación de derechos humanos en Venezuela.
El jefe del comando Sur también ha
sido preguntado sobre la conveniencia y los potenciales efectos de esas
sanciones. “Yo diría que cuanto más se limite su libertad de movimientos y sus
cuentas bancarias en este país [por EE UU mayor efecto tendrá en sus
reflexiones sobre el futuro”, ha sostenido. “Cualquier cosa que se pueda
hacerse para que comiencen a tratar bien a su propia gente, para que den un
paso atrás y se aparten del camino que han tomado, será muy beneficioso para el
maravillo pueblo de Venezuela”.
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