FUENTE: http://www.iarnoticias.com/2011/secciones/norteamerica/0039_comando_sur_latinoam_08junio2011.html
PRESENTACIÓN
Desde hace más de 20 años, en América Latina la democracia
de mercado (el "poder blando") convive con la cadena
de bases y el Comando Sur cuya misión es preservar la hegemonía y el control
militar norteamericano en la región (el "poder duro").
Se trata de una estrategia de "dos
caras" orientada a preservar el dominio geopolítico y
militar del imperio norteamericano en su histórico Patio trasero.
Con el "poder blando" como
alternativa de dominio, la estrategia geopolítica imperial
norteamericano desarrolla simultáneamente -a nivel complementario- la
estrategia del "poder duro" con despliegue militar-nuclear y bases
desplegadas por todo el planeta, además de tropas listas para actuar allí donde
la situación lo requiera.
OBJETIVO GENERAL
El Comando fue creado en 1947, con el fin de proteger los intereses de
los Estados Unidos en la región.
En sí, la verdadera razón por la cual interviene Estados Unidos es la
mencionada anteriormente y la que ellos mismos difunden: defender sus intereses
y eliminar cualquier tipo de amenazas que ponga en riesgo su bienestar.
Para este fin, el gobierno de los Estados Unidos invierte anualmente,
más de 18 mil millones de dólares, que supuestamente son destinados a la lucha
contra las drogas.
OBJETIVOS COMPLEMENTARIOS QUE
SIRVEN AL OBJETIVO GENERAL
Aunque también se aclara que no es solo su único objetivo sino que
pretende en toda América Latina:
* Proteger las instituciones democráticas
* Asistir a las naciones eliminando sus principales amenazas
* Contribuir al continuo desarrollo social y económico
* Colaborar para eliminar la producción de las drogas
* Contribuir al adiestramiento militar profesional
ORGANIZACIÓN
DEL COMANDO
Actualmente el despliegue militar global de EEUU, se divide
en cinco comandos regionales: 1) Joint Forces Command (USJFCOM) para
la región de América del Norte, 2) Southern Command (USSOUTHCOM)para América
Central y del Sur, 3) Pacific Command (USPACOM) paraAsia y
Oceanía, 4) European Command (USEUCOM) para Europa y África,
5) Central Command (USCENTCOM) para las regiones del noreste y cuerno
africano, Península Arábiga, Golfo Pérsico y Asia
Central.
El 1 de octubre de
2007 entró en operaciones el USAFRICOM, o AFRICOM, un Mando
Combatiente Unificado del Pentágono, responsable de las operaciones militares
de EEUU en relación con las 53 naciones africanas (excepto Egipto).
Pasó a ser totalmente autónomo y operativo el 30 de septiembre de
2008.
Desde 1903 a 1999 la sede central del Comando Sur de
EEUU estuvo en el canal de Panamá. A partir de 1997, y luego del acuerdo
Carter-Torrijos, su centro operacional se trasladó a Miami, Florida.
A partir del año 2000 el Pentágono comenzó a operar a
través del Comando Sur el nuevo sistema de control militar regional,
a través de los llamados puntos de avanzada de operación, con el nombre de
Forward Operation Location (FOL)
Estos puntos de operación militar FOL fueron diseñados como
centros de "Movilidad estratégica" y " utilización de fuerza
decisiva," en guerras de relámpago, con bases y tropas
aerotransportadas de despliegue rápido.
De esta manera, en América Latina, la democracia de mercado
norteamericana convive con la cadena de bases y la Cuarta Flota cuya misión
es preservar la hegemonía militar norteamericana en la región y
rodear las grandes fuentes de energía, agua potable y biodiversidad que un
futuro podrán asegurar la supervivencia del Imperio USA.
En este escenario estratégico, el Comando Sur de EEUU
(USSOUTHCOM), el ensamblador operativo de la estrategia militar, incluye en su "área
de responsabilidad" a 32 naciones: 19 en América Central y
América del Sur, y 13 en el Caribe.
Operativamente, el Comando Sur se divide en cuatro
regiones: Centroamérica, Caribe, Sistema Andino y Cono Sur.
En 1997, el área de responsabilidad del Comando Sur se
expandió para incluir “el Mar Caribe, el Golfo de México, y una porción del
Océano Atlántico”, que previamente había sido responsabilidad del Comando
Atlántico.
En 2008, la estructura operativa del Comando Sur se
complementó con el relanzamiento de la Cuarta Flota de guerra, con
radio de acción en los océanos Pacífico y Atlántico y en las aguas
territoriales de América Latina.
El Comando Sur de EEUU en América Latina se autodefine
como un"comando de modelo unificado" cuya
reestructuración y expansión de su arquitectura estratégica "nos
permitirá continuar con la Guerra Contra el Terrorismo de una manera más
efectiva".
Las estrategias operativas del
Comando Sur se orientan en primer término al control
militar-estratégico de las fuentes de recursos naturales vitales para la
supervivencia futura de EEUU: Reservas energéticas, agua, y riquezas de
biodiversidad.
Bajo el marco doctrinario de la "defensa de la
seguridad regional" amenazada por el "terrorismo", el
"narcotráfico", y el "crimen organizado", el Comando Sur
realiza la unificación y coordinación de los ejércitos regionales mediante
acuerdos de cooperación militar, que incluyen provisión de entrenamiento, de
armas y de tecnología militar.
El 21 de julio del 2004, el General Bantz J. Craddock,
entonces jefe del Comando Sur declaró ante el Comité del Senado para Servicios
Armados, que su prioridad principal sería “continuar con la Guerra en Contra
del Terrorismo en el Área de Responsabilidad de Comando Sur”.
Bajo estas consignas, el Comando Sur a través de su
Estrategia de Seguridad y Cooperación (Theater Security Cooperation Strategy)
integró a todos los gobiernos y fuerzas armadas de la región a su diseño de
estrategia continental orientada a preservar la "seguridad" y
la "gobernabilidad democrática" de la región.
La nueva hipótesis de conflicto
Todos los ejércitos y policías locales, sin excepción (salvo Cuba), se
alinean actualmente en las tres hipótesis de conflicto diseñadas por el
Comando Sur para toda la región: Guerra contra el "terrorismo", guerra contra las drogas, y
guerra contra el "crimen organizado".
Ya desaparecido el "peligro rojo" con la URSS, y con un
creciente proceso de conflictos sociales en varios países del área, la
estrategia militar de Washington busca nivelar a las inteligencias militares y
policiales regionales en la nueva hipótesis de conflicto global: la "guerra contraterrorista" que sustituye en el tiempo a la "guerra antisubversiva aplicada por las dictaduras militares de la
década del setenta.
Con la desaparición de la
guerra por áreas de influencia con la URSS, las viejas consignas "anticomunistas" de las dictaduras
militares formadas en la Escuela de las Américas fueron sustituídas
gradualmente por las banderas de la lucha contra el terrorismo, las drogas y el
crimen organizado con las que hoy EEUU justifica su injerencia
intervencionista en la región latinoamericana.
Las nuevas hipótesis de conflicto regional y las coordenadas de control militar-estratégico se trazan a
partir de la estrategia global de la "guerra contra el terrorismo", que reemplaza en la lógica doctrinaria imperial a la "guerra contra
el comunismo" de la década del setenta y de la era reaganiana en
Latinoamérica.
De la misma manera que su antecesora, la "guerra antisubversiva", equipó y
adiestró a los ejércitos militares dictatoriales latinoamericanos, hoy la
"guerra contra el terrorismo" repite el ciclo en un estadio
superior y con regímenes "democráticos".
Durante la Guerra Fría, las hipótesis de conflicto y las evaluaciones de
la seguridad nacional de los EEUU en el America Latina fueron casi
exclusivamente relacionadas con el avance de las organizaciones de la izquierda
armada en América.
En 1990 el Comando Sur redefinió su misión de manera que incluyera la
defensa en contra de lo que se definió como amenazas "emergentes" y "no tradicionales", principalmente el tráfico de drogas.
A partir del Acta de Autorización de Defensa de 1990,el Departamento de Defensa estadounidense (Pentágono)
comenzó a desarrollar una nueva estrategia de control militar en América
Latina.
A partir de la gestión de la administración Clinton, el Pentágono
comenzó a justificar una nueva escalada militar en la región argumentada
en programas de guerra
contrainsurgente contra la "narcoguerrilla".
En 1999, último año del que se dispone de datos oficiales, EEUU entrenó
a unos trece mil militares y policías latinoamericanos. Por lo menos dos
tercios de esa cifra fueron formados y entrenados en sus propios países por
equipos móviles y oficiales de las fuerzas especiales de EEUU, que operaban
bajo los programas de las Fuerzas Especiales para Entrenamiento Antidrogas y
despliegues de Intercambio Conjunto Combinado para la lucha contra los
narcóticos.
En el 2002, durante la gestión de Bush, el Congreso de EEUU aprobó una "expansión
de la misión” para las operaciones del Comando Sur, y la ayuda militar regional
y el entrenamiento que anteriormente estaba limitado a la lucha
"antinarcóticos", comenzó a ser canalizada masivamente para la "guerra contra el terrorismo".
En marzo de 2005, el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld,
visitó América Latina para imponer acuerdos concretos contenidos en la
nueva estrategia de guerra contraterrorista global que
Washington y el Pentágono ya tenia diseñada para la región, tal cual como fue
expuesta en el Congreso estadounidense por el jefe de la CIA, Porter Goss, y el
entonces comandante del Comando Sur de EEUU, general Bantz Craddock.
Operativamente, la
"guerra contraterrorista" busca alinear -mediante acuerdos de
cooperación militar, tratados, entrenamiento y operaciones conjuntas- a
los servicios de inteligencia, policías y ejércitos regionales en un plan
estratégico de "combate contra
el terrorismo", cuyo eje organizador y
operativo se centraliza en el Comando Sur de Estados Unidos.
Así como los
preceptos doctrinarios de la "doctrina de seguridad nacional" de la
decada del setenta identificaron al "subversivo" como el
principal enemigo de la "libertad" y el "orden", la nueva
doctrina sitúa al "narco-terrorista" como la
fuente del "caos" y la "violencia" que amenazan por igual a
toda la región.
Detrás del
"narco-terrorista" se agazapan el negocio de las drogas, la
prostitución, las mafias y las armas, pero, básicamente en sus entrañas acechan
los viejos fantasmas del "caos" y de la "violencia", cuyo
enganche con los conflictos sociales sintetiza el flamante
objetivo neo-represor de la "guerra contraterrorista" adoptada por
todos los gobiernos latinoamericanos (salvo Cuba).
Entrenamiento y formación doctrinaria
De esta manera, y a partir de la administración Bush, se produjo la
nueva inserción operativa nivelada de las fuerzas armadas, las policías y los
servicios de inteligencia regionales en la estrategia de "guerra contra el terrorismo", combate contra el
"narcotráfico" y el "crimen organizado", de acuerdo con planes operativos e hipótesis de conflicto elaborados por
el Comando Sur (Pentágono) y la CIA (inteligencia exterior USA), instrumentados
mediante convenios
militares y económicos de los gobiernos con Washington.
Sobre la
base de esta nueva hipótesis de conflicto regional, todos los ejércitos y
policías regionales participan (desigual y combinadamente) deejercicios
militares periódicos con las fuerzas del Comando Sur, y sus
oficiales, tanto de nivel intermedio como de estado mayor, son entrenados
por expertos militares y de inteligencia de EEUU.
De acuerdo
con informes del Comando Sur, oficiales latinoamericanos (tanto militares, como
de seguridad e inteligencia, desarrollan cursos de
"especialización" en más de 100 instituciones militares y de inteligencia
de EEUU.
El Comando
Sur estadounidense provee entrenamiento, en EEUU y en los países de de origen,
a oficiales de 32 naciones a lo largo de la región latinoamericana. En el
periodo de 1999-2003, oficiales de las fuerzas especiales de EEUU entrenaron a
72,495 miembros de las fuerzas armadas latinoamericanas y del Caribe, según
informes oficiales. El número de entrenados saltó de 13,785 en 1999 a 22,831 en
2003.
Según
informes del Programa de Formación y Entrenamiento Militar
Internacional elaborado por el Comando Sur, solamente en el año 2002, de
estos cursos de formación participaron 2.684 oficiales latinoamericanos.
La región
latinoamericana y la caribeña conforman aproximadamente
el 40% de las fuerzas regionales militares y policiales entrenadas por los EEUU, según
informes del Comando Sur.
Colombia es el país
con más entrenados (12,947 en el 2003). El otro país que posee más de mil
entrenados es Bolivia (2,045). A
lo largo del contienente latinoamericano, el Comando Sur USA entrena tropas especiales
y policía, incluso en las naciones más pequeñas como la República Dominicana y
Antigua.
También
México es parte del programa de entrenamiento, las naciones de América Central,
(incluyendo Belice), y todas las naciones sudamericanas, excepto la Guyana
Francesa.
Aunque las
leyes de EEUU prohíben el entrenamiento de tropas extranjeras, el Pentágono no
da informes detallados al Congreso acerca de dónde son entrenadas las tropas o
qué unidades extranjeras están recibiendo formación.
El objetivo
principal de estos cursos de especialización se orienta a
"desnacionalizar" ideológicamente a los militares de los países del
continente, y a formarlos bajo presupuestos operativos y doctrinarios
funcionales a los planes USA de control militar estratégico de América Latina.
De la misma
manera que el jefe de estado mayor de Honduras, el general golpista Romeo
Vázquez, la mayoría de los oficiales superiores que acceden al comando de
las fuerzas armadas regionales han sido formados en la Escuela de
las Américas,
hoy rebautizada como Instituto del Hemisferio Occidental de Cooperación para
la Seguridad.
Atento a
estos convenios de "cooperación militar" (en la lucha
contra el narcoterrorismo y el crimen organizado) , el Comando Sur, la CIA, el
FBI, la DEA, y otras agencias USA, mantienen delegaciones en las fuerzas
armadas, policías y servicios de inteligencia de todos los países (salvo Cuba,
parcialmente Venezuela).
Desde estos
emplazamientos dentro de los estados mayores de las fuerzas regionales, la
agencia nacional de inteligencia militar (Pentágono), la CIA, el FBI, la DEA,
monitorean toda la actividad militar, policial y de inteligencia de los países
alineados en las políticas de "cooperación militar" con Washington.
A esto se
agrega el entrenamiento mediante diez o doce ejercicios
militares multilaterales anuales, intercambios regulares y cursos
para oficiales de estado mayor ofrecidos en un nuevo Centro de Estudios para la
Defensa Hemisférica en Washington.
Ejercicios conjuntos
El Comando Sur tiene una categoría para
todas sus operaciones que se llama“Cooperación para la Seguridad”, cuyas
actividades apuntan a “expandir la influencia de los EEUU, asegurar amigos, y
disuadir a los adversarios políticos”.
Estas operaciones de seguridad van desde
ejercicios militares conjuntos, a ayuda para desastres y programas de acción
cívica. Unas veinte naciones participan, por ejemplo, en los ejercicios anuales
denominados “Fuerzas
Aliadas Humanitarias”,que instruyen a las fuerzas armadas locales como responder en
caso de desastres.
En 2003, los ejercicios incluyeron 31
proyectos de ingeniería y 70 despliegues de tropas en la región. Los ejercicios
militares conjuntos incluyen muchas operaciones navales, con sede en Uruguay y
Perú.
El Comando Sur también patrocina algunos entrenamientos
anuales y ejercicios conjuntos en conservación de la paz, encaminados a “fortalecer las
habilidades de conservación de la paz, la cooperación y capacidades” de las fuerzas
militares de la región.
Además, y encuadrado dentro de la nueva
estrategia de "seguridad regional", el Comando Sur expandió su programa
de Asistencia Humanitaria y Cívica,
en el cual escuadrones de EEUU construyen infraestructura o proporcionan
asistencia médica (98 de estos proyectos tuvieron lugar en países
latinoamericanos en el año 2000).
En un reporte conjunto elaborado por el
Centro para la Política Internacional, el American Working Group, y la
Washington Office on Latin América, se advierte que los programas de Ayuda
Cívica y Humanitaria transmiten un mensaje inapropiado que dice: "aliándose a
los militares es la mejor forma de hacer las cosas en tu comunidad”.
En este marco, los nuevos Emplazamientos
Operativos Avanzados (léase bases militares extendidas por toda América
Latina), ofrecen renovadas posibilidades de contacto, al igual que una
expansión de los seminarios, conferencias y otras actividades de Interacción Militar financiadas con presupuestos del Comando Sur.
De estos programas de inserción a la
estrategia militar de EEUU, no están exentos -paradojalmente- los propios
países que hoy (por derecha y por izquierda) critican y rechazan la
instalación de nuevas bases militares de EEUU en Colombia.
Países con gobiernos de izquierda o de
derecha, desde Centroamérica, el Caribe, el Sistema Andino hasta el Cono Sur, albergan
bases militares, mantienen sus fuerzas armadas alineadas en la "guerra
contra el terrorismo", sustentan convenios de entrenamiento militar y
participan de operaciones conjuntas con el Comando Sur de EEUU.
Nicaragua, cuyo presidente es Daniel Ortega, uno de los más firmes denunciantes y acusadores del
gobierno de Uribe por la instalación de las bases militares de EEUU, fue sede,
en junio de 2008, de ejercicios auspiciados por el Comando Sur de Estados
Unidos y el Ejército de este país centroamericano con la participación de más
de 500 militares de 22 países (de los 34) de América Latina
Al final de los ejercicios, el entonces jefe del Comando
Sur, almirante James Stavridis, destacó el trabajo conjunto realizado por el
Ejército y la Policía de Nicaragua "por sus excelentes esfuerzos
en el combate al narcoterrorismo".
(*) Manuel Freytas es periodista,
investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
Conclusión
1. Estados Unidos y su política imperialista, se ha establecido en todo el continente. Solo los habitantes del mismo, podrán evitar que la situación empeore y se lleve a casos extremos.
1. Estados Unidos y su política imperialista, se ha establecido en todo el continente. Solo los habitantes del mismo, podrán evitar que la situación empeore y se lleve a casos extremos.
2. Son sus habitantes los que
deben de exigir la toma de decisiones inmediatas a sus autoridades nacionales,
de lo contrario, estarán agachando la cabeza ante una nueva y silenciosa
esclavitud, y aceptándola, sin siquiera presentar una mínima resistencia.
3. Es hora de dejar de lado las pequeñas diferencias que dividen a las
naciones, y unirse, que los hechos del pasado no impidan el progreso para las
generaciones futuras.
4. Una América unida, puede en escaso tiempo, recuperar su soberanía e
independencia, siempre y cuando sus gobernantes tengan, un verdadero compromiso
con su pueblo.
5. No es imposible, y menos aún si el compromiso por alcanzarlo es
tomado con seriedad y voluntad, cada uno desde su lugar puede aportar un
pequeño grano de arena, que junto a otros, se convertirán en millones.
Difunda el informe, que todos sepan la realidad de las naciones, y el
interés del poder extranjero. Los golpes
blandos son intentos de desestabilización orquestado desde el extranjero,
focalizados en el boicot económico, la manipulación informativa,
en la movilización e infiltración de gente violenta en manifestaciones para
después acusar al Gobierno de represión.
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