Discurso de Ernesto Ché Guevara en el Forum de Energía Eléctrica.
“Simplemente la tarea de los técnicos de hoy, tarea revolucionaria y constructiva, es la de realizar dentro de sus especialidades, el mayor esfuerzo para la construcción del país. Y por lo tanto, tanto más objetivamente revolucionario será un técnico, cuanto más profundamente conozca su especialidad y con más entusiasmo, y ciencia, ponga sus conocimientos al servicio de esa sociedad”.
(La Habana, Noviembre de 1963**)
Compañeros.
Episodios como el que hoy se cierra, y como el clausurado la semana pasada en ocasión del forum de inversiones, dan la idea de que se están llegando a cabo en forma concreta, la tarea fundamental planteada por Fidel, para todos los encargados de la construcción técnica del país, es decir entrar en la etapa de la Revolución Técnica.
Es lógico que hayamos necesitado cinco años de trabajo para poder empezar a plantearnos la tarea futura, es decir, para sentar las bases que darán el necesario salto de calidad, para que nuestro trabajo no sea el de simples bomberos apagando los fuegos que continuamente se producían, y podamos sentarnos con tranquilidad a otear el futuro, a pensar en el futuro y a pensar en como transformar la naturaleza y la sociedad, en forma consciente, para lograr los fines de la construcción del socialismo y los fines del avance cada vez más potente de la sociedad cubana en estas nuevas etapas que estamos viviendo.
Como el compañero Llaneras les dijo, es natural que en esta empresa eléctrica y en todas las empresas que tuvimos que manejar en el ministerio y más aún en todas las empresas y organismos técnicos del gobierno, hemos pasado una etapa a la defensiva. Nuestra tarea fundamental era demostrar que el equipo técnico cubano, con la ayuda natural de los países amigos, pero muy disminuido, en cantidad y calidad técnica, por las deserciones sufridas y por la ruptura total de relaciones económicas, comerciales y técnicas, con el país suministrador de toda la maquinaria y de toda la técnica, en esas condiciones, tuviéramos que afrontar la tarea gigantesca de mantener las industrias del país en funcionamiento.
No solamente aquí se han logrado altas conquistas. En las ramas fundamentales de nuestra economía, en todas ellas sin excepción, no solamente hemos podido pasar por este primer enfrentamiento con la realidad de tener que hacer las cosas con nuestro propio esfuerzo, sino que además hemos progresado, hemos ido hacia adelante. Testigo de ello es la racionalización de la industria azucarera, su consolidación en una sola empresa y la pujanza que tiene la empresa para encarar problemas importantes para el futuro. La baja en la producción de caña, una baja que es solamente temporal, se debió a condiciones climáticas y organizativas de el organismo agrario, fundamentalmente en estos años pasados, y las fallas organizativas han sido superadas ya. Igual en la empresa del níquel, hemos logrado mantener funcionando la fábrica de Nicaro, que hoy lleva el nombre de uno de los mártires de la Revolución, y también, no solamente mantener funcionando, sino iniciar el funcionamiento de Moa, que es nuestra planta tecnológicamente más complicada y en la cual incluso los diseñadores norteamericanos se habían encontrado con problemas que no habían solucionado hasta el momento de su retirada del país. Es decir, hemos demostrado, a nosotros mismos fundamentalmente, y hemos demostrado al mundo también, la capacidad de un pueblo en revolución para afrontar todas sus responsabilidades y para salir adelante en la tarea.
Hoy, empezamos ya a recoger los frutos, de aquella tarea, de la fe que tuvimos en primer momento, de nuestros triunfos, en el triunfo de nuestro trabajo unido, y comenzamos a hacer análisis técnicos.
Este foro se ha caracterizado, primero, por el crecido número de participantes en él, y además, por el entusiasmo con que todos los participantes hicieron valer la experiencia adquirida en años de trabajo o solicitaron la aclaración de las dudas, aquellos que empiezan ahora su carrera o que están en los últimos años de la carrera de ingeniería eléctrica. El afán de saber se extiende por todos los ámbitos de la nación cubana, y naturalmente a una empresa a la que corresponde una de las responsabilidades mayores del país, no podía estar ajena esta preocupación por aprender.
Como todos ustedes saben -los participantes en el forum- y como el pueblo de Cuba lo ha escuchado por la televisión, los problemas que se han planteado hoy son los más importantes para la solución de los adelantos técnicos en el futuro. Tenemos que entrar en contacto mucho más, armónica y profundamente, con la técnica de los países socialistas, diferente en algunos casos, pero de igual o incluso, en algunos, de superior jerarquía que la que nos había legado el pasado. Todos esos cambios tecnológicos, lo sabemos por experiencia, demandan una etapa de ajuste, una etapa de aprendizaje, y un lógico corolario de errores inevitables. Estamos ya, también, sobrepasando esta etapa y entramos al conocimiento cada vez más perfecto de las tecnologías que en el futuro serán la base fundamental de nuestro desarrollo energético.
Además, se desprenden otras conclusiones importantes de este foro. Una de ellas es la necesidad de que esta empresa eléctrica, en representación de la técnica especializada del gobierno revolucionario, vaya centralizando cada vez más en si, la responsabilidad de todos los problemas eléctricos que se planteen en el país. Es una tarea urgente que en todos los problemas eléctricos, tenga participación, y participación jerárquica fundamental, la empresa eléctrica. Tenemos que afrontar la tarea gigantesca de electrificación total del país, incluida la unificación de nuestros dos sistemas, el llevar la electricidad a una inmensa zona de Cuba, que no la tiene o que la tiene en forma ineficiente por plantas aisladas, y extendernos, además, para llevar la electricidad hacia el campo. Una de las cosas que van marcando, que marcan la diferencia, creciente en los todos los países capitalistas, entre el campo y la ciudad, es la diferencia de comodidades, de medios de cultura, puestos a la mano de los pobladores de estas zonas, es decir del campo y la ciudad. La electricidad es uno de los servicios que contribuye, más que ningún otros, a ir liquidando estas diferencias; y la electrificación del campo es una de las tareas futuras, planteadas a la economía agrícola cubana, como una necesidad imperiosa para su tecnificación superior y para la eliminación de estas diferencias, que en todo el periodo de transición que estamos viviendo se dejarán sentir todavía, entre las comodidades puestas al servicio del hombre de campo y del hombre de la ciudad.
Además es importante ésto, porque en el curso de nuestro desarrollo, cuando nuestros organismos vayan alcanzando mayor vigor, tendremos que pensar en la división del ministerio que hoy engloba una gran cantidad de actividades industriales diversas, dividirla probablemente en algún organismo central, una especie de super ministerio, de ministerio más importante, que atienda desde un punto de vista global otros organismos y ministerios especializados.
La minería por ejemplo y la energética en un primer paso, para después probablemente sea la electricidad, son exigencias de la técnica moderna. Naturalmente que todavía hoy no podemos pensar en eso, hay demasiada tendencia hacia el burocratismo y hay demasiada poca fuerza para ir creando una excesiva cantidad de organismos. Pero la preparación para ese futuro debe iniciarse hoy. Y el que la empresa eléctrica atienda todos los problemas inherentes a la electrificación del país, es el primer paso, obligado, para que pueda en un momento dado, encarar la tarea ya oficial de dirigirla como un ministerio, como el organismo que el gobierno considere más adecuado, toda la energía del país. Quizá hoy la electricidad no tenga la importancia definitiva que se había dado al comienzo de la revolución socialista, en los años diecisiete o los años veinte, cuando Lenin definió el Comunismo como el poder soviético más la electrificación del país. Nuevos adelantos tecnológicos han demostrado que todavía hay que caminar mucho en el sentido de la mecanización, de la automatización de los procesos, y que la química tiene una importancia fundamental en el desarrollo en masa de grandes productos para poner al servicio de la colectividad, condición indispensable, junto con la de la profundización de la consciencia social, para pasar a etapas superiores del desarrollo de la sociedad. Sin embargo, la electricidad es una base indispensable; y el gobierno revolucionario, a pesar de que los planes perspectivos generales no están bien definidos, y que solamente algunas plantas van marcando hitos en el futuro desarrollo del país, se ha preocupado de que la energía eléctrica marche, por lo menos, al mismo ritmo que la industrialización general del país y, si fuera posible, y es nuestro anhelo, marche un paso adelante, porque, todos lo sabemos, sin electricidad es imposible la ubicación de nuevos centros industriales y muchas veces la ubicación preferible, de otros puntos de vista, se ha visto afectada por la falta de energía eléctrica suficiente, en cantidades y en seguridad, para la instalación de las fábricas en algunos sitios específicos. Con el avance de nuestra red eléctrica, con la intercomunicación de los sistemas y la centralización cada vez más grande y efectiva, de toda la generación de la energía eléctrica en manos de un solo organismo, podremos tener cantidades suficientes de energía para ponerla a disposición de los organismos inversionistas, en prácticamente cualquier lugar del país que sea el más adecuado. Y si no fuera así, estaríamos en todo caso, en posición de solucionar el problema rápidamente mediante tendidos que marcharan al mismo tiempo que las inversiones. Es decir que la energía eléctrica es uno de los pilares en que se asienta el desarrollo de la sociedad. Todo lo que nosotros hagamos por desarrollar el conocimiento de su importancia, y por desarrollar en los técnicos la profundización suficiente para poder resolver todos los problemas, es poco aún. La tarea de formación de técnicos es muy grande. Las necesidades son superiores a lo que nosotros podemos ofrecer todavía, aún considerando los compañeros que nos ayudan, de los países amigos y aquellos de nuestros compañeros que se especializan en este momento en las distintas universidades e institutos de países amigos para darnos sus conocimientos dentro de algunos años. Aún considerando todo ésto, la masa de trabajadores técnicos, es inferior a nuestras necesidades. Los planes futuros, ya prácticamente definidos, para la electricidad en el próximo quinquenio, duplicarán la capacidad instalada de nuestra red central; y aún quedan sin considerar algunos proyectos tan importantes como el del norte de oriente, en el cual eventualmente iría una planta termoeléctrica con una capacidad instalada de trescientos mil kilowatts, es decir, algo menos que la capacidad instalada actual.
Todas estas nuevas inversiones, más las inversiones en las redes, todos los complejos problemas que se plantean en la distribución de la corriente eléctrica, que los países más adelantados están resolviendo mediante complicadísimos cálculos matemáticos, en computadoras electrónicas, todavía hoy no están totalmente a nuestro alcance. Debemos preparar también, los técnicos del futuro, es decir, los técnicos que en años por venir, tendrán responsabilidades grandes en los análisis de los problemas eléctricos. No solamente limitarnos a los que hoy necesitamos para operar las plantas o para hacer diseños de tendidos con las actuales complejidades. Todo eso es tarea del futuro, pero hay que empezar a sentar hoy las bases.
Es una buena idea, además de realizar este foro, el que se haya resuelto que todos los años se realice. Y no tengo dudas, de que año a año, se plantearán nuevos problemas, que cada vez serán más complejos y más difíciles los problemas a plantearse y cada vez será más profunda y más técnica su discusión. Esa es nuestra aspiración. Nunca aspiramos a que un técnico se olvide de que es un hombre político, de que es un un hombre responsable con la sociedad en que vive y de que no puede estar al margen de la sociedad en que vive. Pero también nosotros aspiramos a que nuestros técnicos tengan como tarea fundamental y la lleven a cabo, en esa forma, como tarea fundamental, la de aprender cada vez más y más profundamente todos los secretos de su profesión o de su especialidad, para ponerla al servicio de la sociedad. Una y otra cosa no están reñidas. Simplemente la tarea de los técnicos de hoy, tarea revolucionaria y constructiva, es la de realizar dentro de sus especialidades, el mayor esfuerzo para la construcción del país. Y por lo tanto, tanto más objetivamente revolucionario será un técnico, cuanto más profundamente conozca su especialidad y con más entusiasmo, y ciencia, ponga sus conocimientos al servicio de esa sociedad.
Hago esta advertencia por... dos razones. La razón técnica que ya he explicado, más o menos ampliamente, y por el momento en que vivimos, es decir, por la razón política. Porque estamos en el centro de continuos torbellinos, a veces esperados, a veces inesperados, que se desatan sobre nuestro país.
De crisis ha vivido la revolución cubana. Crisis en el primer momento internas, que se resolvieron con la consolidación del proceso revolucionario. Crisis en la política internacional, que tuvieron su más alta expresión en el mes de octubre del año pasado, cuando estuvimos al borde de una conflagración mundial atómica y nosotros estábamos en el centro del torbellino. Ustedes escucharon ayer también, las advertencias de nuestro primer ministro, sobre las consecuencias que podría tener para Cuba y para la paz mundial, el asesinato del presidente de los EE.UU. Hoy, el cable trae una noticia que parece extraída de una película de gansters norteamericanos. El presunto asesino del presidente Kennedy ha sido muerto en la cárcel estatal o en el camino entre alguna cárcel estatal y otra, en condiciones que todavía, como todo este asunto, no está claramente explicado. Todo hace suponer que fuerzas, muy obscuras y tenebrosas, se mueven detrás de todo ésto. Y todo hace suponer que en los próximos meses, o años, la paz del mundo estará amenazada por la oligarquía monopolista y guerrera más feroz, más inescrupulosa, y también con más potencia de muerte, que ha conocido la historia de la humanidad.
Nosotros tendremos que construir el socialismo y lo construiremos, de todas maneras, aún en esas circunstancias, aún a noventa millas de los EE.UU.; aún siendo el centro de las iras, de las soberbia imperial, que se desata en improperios y en acciones parabélicas, de todo tipo, contra nuestro país.
Los años que vienen pueden ser tan duros como los anteriores o más aún, para nuestra patria. Por ello es que hacemos la advertencia.
La función fundamental del técnico en estos momentos, es dar todo su entusiasmo y su capacidad, al desarrollo de la sociedad, en el campo en el cual trabaja, pero nunca olvidarse que estamos en el centro de ese torbellino, y que el técnico, como individuo perteneciente a la sociedad, como ciudadano que ha aceptado, a veces indiferentemente, pero en general con entusiasmo, esta nueva etapa de construcción del país que se inició en el país desde el año cincuenta y nueve, tiene una responsabilidad cívica, política, que atender, concomitante y unida a la otra de su responsabilidad técnica; y que estas dos no pueden separarse. Quien sea un técnico puro, olvidado de todo lo que pasa a su alrededor no será, ni mucho menos, un técnico perfecto. Pero tampoco lo será aquel que solamente viva consciente de los problemas políticos internos y externos al país y se olvide de su trabajo, de sus obligaciones, como profesional, como poseedor de un caudal de conocimientos necesarios a la sociedad.
Ese es el momento en que hoy estamos. Momento que, ustedes conocen, es cambiante, continuamente fluctuante, con situaciones de mayor tensión o de menor tensión, pero en los cuales, continuamente, la amenaza de un ataque frontal por parte de los EE.UU. sobre Cuba, nunca ha estado totalmente desechado. Ahora se inicia una nueva administración. Tendremos que esperar cuales son los resultados, de ninguna manera podremos hacer vaticinios, pero tenemos que estar tan alerta, como siempre lo hemos estado y quizá más aún. Listos para repeler cualquier ataque, y con la confianza en que la victoria final, cualesquiera que sean los métodos que se usen para atentar contra la revolución cubana, será nuestra. -aplausos en la audiencia-
Al decir nuestra, compañeros, digo la victoria de todos los pueblos del mundo, amantes de la paz, y de todos los pueblos del mundo, que tienen que luchar hoy por su liberación, es decir, la victoria integral, la victoria contra el imperialismo, es una necesidad fatal del desarrollo de la sociedad. Lo estamos viendo hoy, con una América, día a día, nuevas repúblicas se convulsionan y en medio de profundos cambios políticos, y de continuos golpes de Estado, las fuerzas de los pueblos se van aglutinando, van tomando las armas, en aquellos lugares en que no es posible otra solución, y van a la conquista del poder de cualquier manera y pasando por sobre cualquier fuerza que se le oponga. Venezuela o Guatemala, ya han empezado una lucha que lleva años, y en Venezuela se nota ya, los resultados de la acción del pueblo contra la dictadura de Rómulo Betancourt. Así veremos también, en muchos otros países de América, como la llama revolucionaria se enciende cuando no hay otro medio para salir de la dominación imperialista; y los imperialistas por ahora, no están dejando otro camino que el de la lucha de los pueblos.
Todo ésto, también es nuestra responsabilidad, puesto que nuestra victoria será la victoria de todos, la lucha de todos es nuestra responsabilidad y es parte de nuestras preocupaciones diarias. La suerte de los patriotas que luchan en cada uno de los países de América o del mundo en general, contra la opresión imperialista neocolonial es también nuestro problema.
Pero quizá, un forum como éste, sirvan en el otro aspecto, en el técnico, para ayudar a los pueblos. Nosotros aquí hemos tenido que iniciarnos, de golpe, que iniciarnos con técnicas nuevas, que ver cómo resolvíamos los problemas de las faltas totales de piezas de repuesto para nuestras maquinarias, tuvimos que hacer toda una larga experiencia de contactos, de relaciones, con los países socialistas para ir aprendiendo una técnica distinta. Los pueblos que se liberen tendrán estos mismos problemas; y podrán entonces recurrir a nosotros y a nuestra experiencia, para que ese aprendizaje sea menos doloroso y sea mucho más rápido y para que todas las conquistas de la técnica socialista puedan ser puestas más rápidamente en manos de los técnicos patriotas de los países liberados, que tengan que iniciar esta larga etapa, de apaga-fuegos, de lucha contra todos los inconvenientes naturales de esta situación, que nosotros hoy estamos pasando.
Eso era todo lo que tenía que decirles. Quizá haya sido, sino más político, más enfáticamente político que técnico. En realidad, en mi caso, como yo no soy técnico, esa es mi responsabilidad más importante y en mi carácter de director, o de responsable, de todo un ministerio técnico, tengo sin embargo un encargo político. Por eso nunca podremos dejar de tocar éste punto que es consustancial a nuestro desarrollo. Espero que el desarrollo del tema, no haya chocado con la afirmación vehemente de la importancia de la técnica, y de la especialización, en nuestros técnicos, y que ustedes sepan comprender que nunca, como ahora, nuestras dos responsabilidades marchan tan íntimamente unidas.
Eso es todo, compañeros.
“Simplemente la tarea de los técnicos de hoy, tarea revolucionaria y constructiva, es la de realizar dentro de sus especialidades, el mayor esfuerzo para la construcción del país. Y por lo tanto, tanto más objetivamente revolucionario será un técnico, cuanto más profundamente conozca su especialidad y con más entusiasmo, y ciencia, ponga sus conocimientos al servicio de esa sociedad”.
(La Habana, Noviembre de 1963**)
Compañeros.
Episodios como el que hoy se cierra, y como el clausurado la semana pasada en ocasión del forum de inversiones, dan la idea de que se están llegando a cabo en forma concreta, la tarea fundamental planteada por Fidel, para todos los encargados de la construcción técnica del país, es decir entrar en la etapa de la Revolución Técnica.
Es lógico que hayamos necesitado cinco años de trabajo para poder empezar a plantearnos la tarea futura, es decir, para sentar las bases que darán el necesario salto de calidad, para que nuestro trabajo no sea el de simples bomberos apagando los fuegos que continuamente se producían, y podamos sentarnos con tranquilidad a otear el futuro, a pensar en el futuro y a pensar en como transformar la naturaleza y la sociedad, en forma consciente, para lograr los fines de la construcción del socialismo y los fines del avance cada vez más potente de la sociedad cubana en estas nuevas etapas que estamos viviendo.
Como el compañero Llaneras les dijo, es natural que en esta empresa eléctrica y en todas las empresas que tuvimos que manejar en el ministerio y más aún en todas las empresas y organismos técnicos del gobierno, hemos pasado una etapa a la defensiva. Nuestra tarea fundamental era demostrar que el equipo técnico cubano, con la ayuda natural de los países amigos, pero muy disminuido, en cantidad y calidad técnica, por las deserciones sufridas y por la ruptura total de relaciones económicas, comerciales y técnicas, con el país suministrador de toda la maquinaria y de toda la técnica, en esas condiciones, tuviéramos que afrontar la tarea gigantesca de mantener las industrias del país en funcionamiento.
No solamente aquí se han logrado altas conquistas. En las ramas fundamentales de nuestra economía, en todas ellas sin excepción, no solamente hemos podido pasar por este primer enfrentamiento con la realidad de tener que hacer las cosas con nuestro propio esfuerzo, sino que además hemos progresado, hemos ido hacia adelante. Testigo de ello es la racionalización de la industria azucarera, su consolidación en una sola empresa y la pujanza que tiene la empresa para encarar problemas importantes para el futuro. La baja en la producción de caña, una baja que es solamente temporal, se debió a condiciones climáticas y organizativas de el organismo agrario, fundamentalmente en estos años pasados, y las fallas organizativas han sido superadas ya. Igual en la empresa del níquel, hemos logrado mantener funcionando la fábrica de Nicaro, que hoy lleva el nombre de uno de los mártires de la Revolución, y también, no solamente mantener funcionando, sino iniciar el funcionamiento de Moa, que es nuestra planta tecnológicamente más complicada y en la cual incluso los diseñadores norteamericanos se habían encontrado con problemas que no habían solucionado hasta el momento de su retirada del país. Es decir, hemos demostrado, a nosotros mismos fundamentalmente, y hemos demostrado al mundo también, la capacidad de un pueblo en revolución para afrontar todas sus responsabilidades y para salir adelante en la tarea.
Hoy, empezamos ya a recoger los frutos, de aquella tarea, de la fe que tuvimos en primer momento, de nuestros triunfos, en el triunfo de nuestro trabajo unido, y comenzamos a hacer análisis técnicos.
Este foro se ha caracterizado, primero, por el crecido número de participantes en él, y además, por el entusiasmo con que todos los participantes hicieron valer la experiencia adquirida en años de trabajo o solicitaron la aclaración de las dudas, aquellos que empiezan ahora su carrera o que están en los últimos años de la carrera de ingeniería eléctrica. El afán de saber se extiende por todos los ámbitos de la nación cubana, y naturalmente a una empresa a la que corresponde una de las responsabilidades mayores del país, no podía estar ajena esta preocupación por aprender.
Como todos ustedes saben -los participantes en el forum- y como el pueblo de Cuba lo ha escuchado por la televisión, los problemas que se han planteado hoy son los más importantes para la solución de los adelantos técnicos en el futuro. Tenemos que entrar en contacto mucho más, armónica y profundamente, con la técnica de los países socialistas, diferente en algunos casos, pero de igual o incluso, en algunos, de superior jerarquía que la que nos había legado el pasado. Todos esos cambios tecnológicos, lo sabemos por experiencia, demandan una etapa de ajuste, una etapa de aprendizaje, y un lógico corolario de errores inevitables. Estamos ya, también, sobrepasando esta etapa y entramos al conocimiento cada vez más perfecto de las tecnologías que en el futuro serán la base fundamental de nuestro desarrollo energético.
Además, se desprenden otras conclusiones importantes de este foro. Una de ellas es la necesidad de que esta empresa eléctrica, en representación de la técnica especializada del gobierno revolucionario, vaya centralizando cada vez más en si, la responsabilidad de todos los problemas eléctricos que se planteen en el país. Es una tarea urgente que en todos los problemas eléctricos, tenga participación, y participación jerárquica fundamental, la empresa eléctrica. Tenemos que afrontar la tarea gigantesca de electrificación total del país, incluida la unificación de nuestros dos sistemas, el llevar la electricidad a una inmensa zona de Cuba, que no la tiene o que la tiene en forma ineficiente por plantas aisladas, y extendernos, además, para llevar la electricidad hacia el campo. Una de las cosas que van marcando, que marcan la diferencia, creciente en los todos los países capitalistas, entre el campo y la ciudad, es la diferencia de comodidades, de medios de cultura, puestos a la mano de los pobladores de estas zonas, es decir del campo y la ciudad. La electricidad es uno de los servicios que contribuye, más que ningún otros, a ir liquidando estas diferencias; y la electrificación del campo es una de las tareas futuras, planteadas a la economía agrícola cubana, como una necesidad imperiosa para su tecnificación superior y para la eliminación de estas diferencias, que en todo el periodo de transición que estamos viviendo se dejarán sentir todavía, entre las comodidades puestas al servicio del hombre de campo y del hombre de la ciudad.
Además es importante ésto, porque en el curso de nuestro desarrollo, cuando nuestros organismos vayan alcanzando mayor vigor, tendremos que pensar en la división del ministerio que hoy engloba una gran cantidad de actividades industriales diversas, dividirla probablemente en algún organismo central, una especie de super ministerio, de ministerio más importante, que atienda desde un punto de vista global otros organismos y ministerios especializados.
La minería por ejemplo y la energética en un primer paso, para después probablemente sea la electricidad, son exigencias de la técnica moderna. Naturalmente que todavía hoy no podemos pensar en eso, hay demasiada tendencia hacia el burocratismo y hay demasiada poca fuerza para ir creando una excesiva cantidad de organismos. Pero la preparación para ese futuro debe iniciarse hoy. Y el que la empresa eléctrica atienda todos los problemas inherentes a la electrificación del país, es el primer paso, obligado, para que pueda en un momento dado, encarar la tarea ya oficial de dirigirla como un ministerio, como el organismo que el gobierno considere más adecuado, toda la energía del país. Quizá hoy la electricidad no tenga la importancia definitiva que se había dado al comienzo de la revolución socialista, en los años diecisiete o los años veinte, cuando Lenin definió el Comunismo como el poder soviético más la electrificación del país. Nuevos adelantos tecnológicos han demostrado que todavía hay que caminar mucho en el sentido de la mecanización, de la automatización de los procesos, y que la química tiene una importancia fundamental en el desarrollo en masa de grandes productos para poner al servicio de la colectividad, condición indispensable, junto con la de la profundización de la consciencia social, para pasar a etapas superiores del desarrollo de la sociedad. Sin embargo, la electricidad es una base indispensable; y el gobierno revolucionario, a pesar de que los planes perspectivos generales no están bien definidos, y que solamente algunas plantas van marcando hitos en el futuro desarrollo del país, se ha preocupado de que la energía eléctrica marche, por lo menos, al mismo ritmo que la industrialización general del país y, si fuera posible, y es nuestro anhelo, marche un paso adelante, porque, todos lo sabemos, sin electricidad es imposible la ubicación de nuevos centros industriales y muchas veces la ubicación preferible, de otros puntos de vista, se ha visto afectada por la falta de energía eléctrica suficiente, en cantidades y en seguridad, para la instalación de las fábricas en algunos sitios específicos. Con el avance de nuestra red eléctrica, con la intercomunicación de los sistemas y la centralización cada vez más grande y efectiva, de toda la generación de la energía eléctrica en manos de un solo organismo, podremos tener cantidades suficientes de energía para ponerla a disposición de los organismos inversionistas, en prácticamente cualquier lugar del país que sea el más adecuado. Y si no fuera así, estaríamos en todo caso, en posición de solucionar el problema rápidamente mediante tendidos que marcharan al mismo tiempo que las inversiones. Es decir que la energía eléctrica es uno de los pilares en que se asienta el desarrollo de la sociedad. Todo lo que nosotros hagamos por desarrollar el conocimiento de su importancia, y por desarrollar en los técnicos la profundización suficiente para poder resolver todos los problemas, es poco aún. La tarea de formación de técnicos es muy grande. Las necesidades son superiores a lo que nosotros podemos ofrecer todavía, aún considerando los compañeros que nos ayudan, de los países amigos y aquellos de nuestros compañeros que se especializan en este momento en las distintas universidades e institutos de países amigos para darnos sus conocimientos dentro de algunos años. Aún considerando todo ésto, la masa de trabajadores técnicos, es inferior a nuestras necesidades. Los planes futuros, ya prácticamente definidos, para la electricidad en el próximo quinquenio, duplicarán la capacidad instalada de nuestra red central; y aún quedan sin considerar algunos proyectos tan importantes como el del norte de oriente, en el cual eventualmente iría una planta termoeléctrica con una capacidad instalada de trescientos mil kilowatts, es decir, algo menos que la capacidad instalada actual.
Todas estas nuevas inversiones, más las inversiones en las redes, todos los complejos problemas que se plantean en la distribución de la corriente eléctrica, que los países más adelantados están resolviendo mediante complicadísimos cálculos matemáticos, en computadoras electrónicas, todavía hoy no están totalmente a nuestro alcance. Debemos preparar también, los técnicos del futuro, es decir, los técnicos que en años por venir, tendrán responsabilidades grandes en los análisis de los problemas eléctricos. No solamente limitarnos a los que hoy necesitamos para operar las plantas o para hacer diseños de tendidos con las actuales complejidades. Todo eso es tarea del futuro, pero hay que empezar a sentar hoy las bases.
Es una buena idea, además de realizar este foro, el que se haya resuelto que todos los años se realice. Y no tengo dudas, de que año a año, se plantearán nuevos problemas, que cada vez serán más complejos y más difíciles los problemas a plantearse y cada vez será más profunda y más técnica su discusión. Esa es nuestra aspiración. Nunca aspiramos a que un técnico se olvide de que es un hombre político, de que es un un hombre responsable con la sociedad en que vive y de que no puede estar al margen de la sociedad en que vive. Pero también nosotros aspiramos a que nuestros técnicos tengan como tarea fundamental y la lleven a cabo, en esa forma, como tarea fundamental, la de aprender cada vez más y más profundamente todos los secretos de su profesión o de su especialidad, para ponerla al servicio de la sociedad. Una y otra cosa no están reñidas. Simplemente la tarea de los técnicos de hoy, tarea revolucionaria y constructiva, es la de realizar dentro de sus especialidades, el mayor esfuerzo para la construcción del país. Y por lo tanto, tanto más objetivamente revolucionario será un técnico, cuanto más profundamente conozca su especialidad y con más entusiasmo, y ciencia, ponga sus conocimientos al servicio de esa sociedad.
Hago esta advertencia por... dos razones. La razón técnica que ya he explicado, más o menos ampliamente, y por el momento en que vivimos, es decir, por la razón política. Porque estamos en el centro de continuos torbellinos, a veces esperados, a veces inesperados, que se desatan sobre nuestro país.
De crisis ha vivido la revolución cubana. Crisis en el primer momento internas, que se resolvieron con la consolidación del proceso revolucionario. Crisis en la política internacional, que tuvieron su más alta expresión en el mes de octubre del año pasado, cuando estuvimos al borde de una conflagración mundial atómica y nosotros estábamos en el centro del torbellino. Ustedes escucharon ayer también, las advertencias de nuestro primer ministro, sobre las consecuencias que podría tener para Cuba y para la paz mundial, el asesinato del presidente de los EE.UU. Hoy, el cable trae una noticia que parece extraída de una película de gansters norteamericanos. El presunto asesino del presidente Kennedy ha sido muerto en la cárcel estatal o en el camino entre alguna cárcel estatal y otra, en condiciones que todavía, como todo este asunto, no está claramente explicado. Todo hace suponer que fuerzas, muy obscuras y tenebrosas, se mueven detrás de todo ésto. Y todo hace suponer que en los próximos meses, o años, la paz del mundo estará amenazada por la oligarquía monopolista y guerrera más feroz, más inescrupulosa, y también con más potencia de muerte, que ha conocido la historia de la humanidad.
Nosotros tendremos que construir el socialismo y lo construiremos, de todas maneras, aún en esas circunstancias, aún a noventa millas de los EE.UU.; aún siendo el centro de las iras, de las soberbia imperial, que se desata en improperios y en acciones parabélicas, de todo tipo, contra nuestro país.
Los años que vienen pueden ser tan duros como los anteriores o más aún, para nuestra patria. Por ello es que hacemos la advertencia.
La función fundamental del técnico en estos momentos, es dar todo su entusiasmo y su capacidad, al desarrollo de la sociedad, en el campo en el cual trabaja, pero nunca olvidarse que estamos en el centro de ese torbellino, y que el técnico, como individuo perteneciente a la sociedad, como ciudadano que ha aceptado, a veces indiferentemente, pero en general con entusiasmo, esta nueva etapa de construcción del país que se inició en el país desde el año cincuenta y nueve, tiene una responsabilidad cívica, política, que atender, concomitante y unida a la otra de su responsabilidad técnica; y que estas dos no pueden separarse. Quien sea un técnico puro, olvidado de todo lo que pasa a su alrededor no será, ni mucho menos, un técnico perfecto. Pero tampoco lo será aquel que solamente viva consciente de los problemas políticos internos y externos al país y se olvide de su trabajo, de sus obligaciones, como profesional, como poseedor de un caudal de conocimientos necesarios a la sociedad.
Ese es el momento en que hoy estamos. Momento que, ustedes conocen, es cambiante, continuamente fluctuante, con situaciones de mayor tensión o de menor tensión, pero en los cuales, continuamente, la amenaza de un ataque frontal por parte de los EE.UU. sobre Cuba, nunca ha estado totalmente desechado. Ahora se inicia una nueva administración. Tendremos que esperar cuales son los resultados, de ninguna manera podremos hacer vaticinios, pero tenemos que estar tan alerta, como siempre lo hemos estado y quizá más aún. Listos para repeler cualquier ataque, y con la confianza en que la victoria final, cualesquiera que sean los métodos que se usen para atentar contra la revolución cubana, será nuestra. -aplausos en la audiencia-
Al decir nuestra, compañeros, digo la victoria de todos los pueblos del mundo, amantes de la paz, y de todos los pueblos del mundo, que tienen que luchar hoy por su liberación, es decir, la victoria integral, la victoria contra el imperialismo, es una necesidad fatal del desarrollo de la sociedad. Lo estamos viendo hoy, con una América, día a día, nuevas repúblicas se convulsionan y en medio de profundos cambios políticos, y de continuos golpes de Estado, las fuerzas de los pueblos se van aglutinando, van tomando las armas, en aquellos lugares en que no es posible otra solución, y van a la conquista del poder de cualquier manera y pasando por sobre cualquier fuerza que se le oponga. Venezuela o Guatemala, ya han empezado una lucha que lleva años, y en Venezuela se nota ya, los resultados de la acción del pueblo contra la dictadura de Rómulo Betancourt. Así veremos también, en muchos otros países de América, como la llama revolucionaria se enciende cuando no hay otro medio para salir de la dominación imperialista; y los imperialistas por ahora, no están dejando otro camino que el de la lucha de los pueblos.
Todo ésto, también es nuestra responsabilidad, puesto que nuestra victoria será la victoria de todos, la lucha de todos es nuestra responsabilidad y es parte de nuestras preocupaciones diarias. La suerte de los patriotas que luchan en cada uno de los países de América o del mundo en general, contra la opresión imperialista neocolonial es también nuestro problema.
Pero quizá, un forum como éste, sirvan en el otro aspecto, en el técnico, para ayudar a los pueblos. Nosotros aquí hemos tenido que iniciarnos, de golpe, que iniciarnos con técnicas nuevas, que ver cómo resolvíamos los problemas de las faltas totales de piezas de repuesto para nuestras maquinarias, tuvimos que hacer toda una larga experiencia de contactos, de relaciones, con los países socialistas para ir aprendiendo una técnica distinta. Los pueblos que se liberen tendrán estos mismos problemas; y podrán entonces recurrir a nosotros y a nuestra experiencia, para que ese aprendizaje sea menos doloroso y sea mucho más rápido y para que todas las conquistas de la técnica socialista puedan ser puestas más rápidamente en manos de los técnicos patriotas de los países liberados, que tengan que iniciar esta larga etapa, de apaga-fuegos, de lucha contra todos los inconvenientes naturales de esta situación, que nosotros hoy estamos pasando.
Eso era todo lo que tenía que decirles. Quizá haya sido, sino más político, más enfáticamente político que técnico. En realidad, en mi caso, como yo no soy técnico, esa es mi responsabilidad más importante y en mi carácter de director, o de responsable, de todo un ministerio técnico, tengo sin embargo un encargo político. Por eso nunca podremos dejar de tocar éste punto que es consustancial a nuestro desarrollo. Espero que el desarrollo del tema, no haya chocado con la afirmación vehemente de la importancia de la técnica, y de la especialización, en nuestros técnicos, y que ustedes sepan comprender que nunca, como ahora, nuestras dos responsabilidades marchan tan íntimamente unidas.
Eso es todo, compañeros.
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