Lucha de ideas
REGENERACIÓN MORAL
Oscar Felipe Ventura
Es conocida la sentencia de Gonzales Prada sobre la corrupción en el Perú. Don Emilio Romero; en su “Historia Económica del Perú” anotó: “una vida fastuosa de teatro, toros, peleas de gallos y jaranas completa el cuadro de la ciudad de Lima en la época guanera”. La aristocracia se enriquecía con el negocio del guano, mientras el Estado y el país se arruinaban. Don Jorge Basadre habló inicialmente del “derroche más atolondrado” y más adelante dijo que todo ello era una “orgía”. Tras constatar infinidad de casos, sintetizó: “Las grandes plagas de nuestro aprendizaje público han sido de parte de los gobernantes, la mentira, el robo y el despotismo, con su obligado compañero, el servilismo”.
La corrupción en el Perú es un problema permanente. Salió a flote, una vez más, a raíz del escándalo suscitado por el manejo mafioso y corrupto del Estado por la dupla Fujimori – Montesinos, con ramificaciones en toda la estructura del Estado. Francisco Durand habla de las tres mafias: la mafia blanca, la mafia amarilla y la mafia verde (“Riqueza Económica y Pobreza Política”). Este engranaje mafioso no desapareció durante el reciente gobierno de Alan García. Se ha mantenido intacto; el caso más difundido fue el de los “petroaudios”; pero hay muchos más. El programa “Agua para Todos” está sobrevaluado en un 70%.
¿Qué hacer frente a una enfermedad tan grave y antigua que agobia al país y pervierte a las clases gobernantes?. El nuevo gobierno ha anunciado importantes medidas tales como la imprescriptibilidad de los delitos en agravio del Estado, la inhabilitación a perpetuidad a sus autores o cómplices para ejercer cualquier función pública, eliminación de los beneficios penitenciarios, etc. Son medidas importantes y tiene que actuarse con rapidez. ¿Será suficiente?
El problema es más grave. No sólo se debe enfrentar la corrupción como delito, sino como problema ético. El éxito frente al delito no nos garantiza que no se repita y que los corruptos de mañana no sustituyan a los corruptos de hoy. El Perú necesita un proceso de regeneración moral, inseparable de la construcción de una nueva cultura política y ética, que la permanencia del neoliberalismo impide. Necesitamos construir una ética fundada en el respeto a la persona, en la solidaridad y la fraternidad, en el patriotismo, en el culto por el trabajo y la dignidad humana, en la honestidad y la transparencia.
Necesitamos una campaña y movilización nacional por la regeneración moral de la sociedad peruana. Hay que ir hasta las raíces de la gangrena. La educación en todos sus niveles, modalidades y programas, tiene un rol fundamental; también, los medios de comunicación. ¿Se asumirá este reto?
Publicado en el Diario “La República”, edición Norte, Hoy Jueves, 13 de Octubre 2011
REGENERACIÓN MORAL
Oscar Felipe Ventura
Es conocida la sentencia de Gonzales Prada sobre la corrupción en el Perú. Don Emilio Romero; en su “Historia Económica del Perú” anotó: “una vida fastuosa de teatro, toros, peleas de gallos y jaranas completa el cuadro de la ciudad de Lima en la época guanera”. La aristocracia se enriquecía con el negocio del guano, mientras el Estado y el país se arruinaban. Don Jorge Basadre habló inicialmente del “derroche más atolondrado” y más adelante dijo que todo ello era una “orgía”. Tras constatar infinidad de casos, sintetizó: “Las grandes plagas de nuestro aprendizaje público han sido de parte de los gobernantes, la mentira, el robo y el despotismo, con su obligado compañero, el servilismo”.
La corrupción en el Perú es un problema permanente. Salió a flote, una vez más, a raíz del escándalo suscitado por el manejo mafioso y corrupto del Estado por la dupla Fujimori – Montesinos, con ramificaciones en toda la estructura del Estado. Francisco Durand habla de las tres mafias: la mafia blanca, la mafia amarilla y la mafia verde (“Riqueza Económica y Pobreza Política”). Este engranaje mafioso no desapareció durante el reciente gobierno de Alan García. Se ha mantenido intacto; el caso más difundido fue el de los “petroaudios”; pero hay muchos más. El programa “Agua para Todos” está sobrevaluado en un 70%.
¿Qué hacer frente a una enfermedad tan grave y antigua que agobia al país y pervierte a las clases gobernantes?. El nuevo gobierno ha anunciado importantes medidas tales como la imprescriptibilidad de los delitos en agravio del Estado, la inhabilitación a perpetuidad a sus autores o cómplices para ejercer cualquier función pública, eliminación de los beneficios penitenciarios, etc. Son medidas importantes y tiene que actuarse con rapidez. ¿Será suficiente?
El problema es más grave. No sólo se debe enfrentar la corrupción como delito, sino como problema ético. El éxito frente al delito no nos garantiza que no se repita y que los corruptos de mañana no sustituyan a los corruptos de hoy. El Perú necesita un proceso de regeneración moral, inseparable de la construcción de una nueva cultura política y ética, que la permanencia del neoliberalismo impide. Necesitamos construir una ética fundada en el respeto a la persona, en la solidaridad y la fraternidad, en el patriotismo, en el culto por el trabajo y la dignidad humana, en la honestidad y la transparencia.
Necesitamos una campaña y movilización nacional por la regeneración moral de la sociedad peruana. Hay que ir hasta las raíces de la gangrena. La educación en todos sus niveles, modalidades y programas, tiene un rol fundamental; también, los medios de comunicación. ¿Se asumirá este reto?
Publicado en el Diario “La República”, edición Norte, Hoy Jueves, 13 de Octubre 2011
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