POR: UBALDO TEJADA GUERRERO.
Analista Global.
José Carlos Mariátegui dice
que “Tenemos el deber de no ignorar la
realidad nacional; pero tenemos también el deber de no ignorar la realidad
mundial”, por ello no podemos iniciar éste capítulo señalando que el mundo
está de duelo por la muerte de ciudadanos en Francia, mientras en el frente militar, EE UU, fiel a su carrera
armamentista, anunció que trabaja con
Francia para “aumentar la intensidad de los ataques aéreos” contra el Estado Islámico (ISIS, por
sus siglas en inglés). Ésta potencia no comprende que la única respuesta
a las guerras y al terrorismo es la unidad de los trabajadores y de los
pueblos, más allá de los orígenes, de su color de piel, sus religiones, más
allá de las fronteras, para luchar junt@s contra aquellos que quieren
acallarlos y someterlos, con el fin de acabar con este sistema capitalista que
conlleva barbarie, que lleva a una crisis a la Comunidad Económica Europea y al
mundo entero.
Esos bombardeos combaten
supuestamente al Estado islámico, a los terroristas yihadistas, sin embargo,
con la intervención y los bombardeos rusos, protegen al régimen del principal responsable
del sufrimiento del pueblo sirio, al dictador Assad.
Y una vez más, son también en este
caso, la población civil las primeras víctimas condenadas a sobrevivir bajo el
terror o a huir poniendo en peligro sus propias vidas y la de sus familias.
La barbarie imperialista y la
barbarie islamista se nutren mutuamente. Y esto en busca del control de las fuentes
de abastecimiento de petróleo, donde el tener reemplaza al ser.
Para acabar con el
terrorismo, hay que acabar con las guerras imperialistas que tienen como
objetivo perpetrar el pillaje de las riquezas de los pueblos dominados por las
multinacionales, imponer la retirada de las tropas francesas de todos los
países dónde están presenten, en particular en Siria, en
Iraq, en África, y fomentar una democracia real y una ciudadanía plena.
El sociólogo evangélico peruano
Tomás Gutiérrez Sánchez escribió: “….la
democracia que hoy practicamos, hoy es incipiente, sin sabor, sin alma, sin
metas y con objetivos poco claros. Si vivimos en democracia como se afirma,
¿Cómo explicar y entender la pobreza extrema en que viven muchos compatriotas?,
¿Cómo explicar la desnutrición de nuestros niños? El país crece económicamente
y las arcas del tesoro se llenan cada vez mas, con superávit constante en la
balanza de pagos, sin embargo hay hambre, enfermedad y frío” (“Ciudadanos
de otro reino”-Página 382-Instituto de Estudios Wesleyanos Latinoamérica-2,015).
En un escenario peruano, donde
el viernes 12 de noviembre del 2,015, el dólar cerró en $ 3,337, encareciendo
el precio de los productos comprados a países extranjeros y los que mantienen
créditos en dólares: vehiculares e hipotecarios; nos llevan al análisis de cifras
que grafican el drama de éste modelo neoliberal “exitoso”, que ha corrido libre
hasta ahora desde 1990 (Consenso de Washington y Cartas de Intención del FMI):
30 millones de habitantes concentrados mayormente en Lima y las grandes
ciudades, con una Población Económicamente Activa (PEA) de 15´950,000, y sólo
con una PEA formal de 3´500,000 (21%), pero con una PEA informal de 12´450,000
(79%).
Veamos que han hecho
laboralmente con los trabajadores del Estado (1´300,000) que incluye a los
gobiernos regionales y locales (CAS 46%, 35% DL. 276, 19% DL. 728), mientras
los trabajadores de la empresa privada son 2´200,000. A ello podemos agregar
que los adultos mayores de 65 años sólo el 22%, cuenta con pensión, siendo el
universo sin ninguna pensión el 78%. Y lo más grave si tomamos una modesta
básica de consumo para 4 personas la mesa asciende al mes en 1,212 nuevos
soles, con lo que podemos afirmar que hoy en el Perú el 86% de hogares no cubre
la canasta básica familiar, con un sueldo mínimo de 750 nuevos soles.
Pero éste modelo neoliberal
acabó por destruir el derecho adquirido al goce de una pensión, liquidando el
D.L. 20530 (180,000 pensionistas) con pensiones promedio de 650 nuevos soles,
poniendo topes al D.L. 19990 (455,000 pensionistas) con 636 nuevos soles
promedio. Pero lo mas grave fue la estafa a mas de 5 millones de afiliados al
Sistema Privado de Pensiones (AFPS), donde sólo ganan los que lo administran y
pierden los aportantes, mientras los
73,683 pensionistas reciben pensiones de menos de 484 soles (34.9%) y el
7.9% menos de 100 nuevos soles. ¿Dónde
está la democracia, la libertad, el éxito económico, la eficiencia en la
distribución de la riqueza y los consensos políticos en nuestro Perú?
Ni que hablar de los
FONAVISTAS (1´500,000 aportantes), que según la Presidencia del Consejo de
Ministros en el año 2,008 (PCM) existen 10,000 millones de nuevos soles de
plata desaparecida, Obras inconclusas no liquidadas y dinero no aclarado en
soles (1,979-1985: 18,000 millones, 1985-1992: 13,000 millones, y de 1992-1998:
6,000 millones). Y hablando de plata de los aportantes, no podemos dejar de
mencionar a la Caja Militar y Policial cuya defraudación en el periodo
1,994-1995: 950 millones de soles, en 1,998: 334 mil dólares (Hurtado Miller),
y en el 2,012: 5 millones, 200 mil nuevos soles.
No debemos olvidar al nefasto
gobierno de Fujimori, que desde los años 90 hasta el 94, inventó los “ceses
colectivos voluntarios” para aproximadamente 600,000 trabajadores del Estado
(300 mil del sector público, 180 mil administrativos y 120 mil de las empresas
del estado), donde la gran mayoría paso a la informalidad para subsistir, por
ello el Perú tiene los taxistas mas ilustrados de Latinoamérica.
Hasta ahora el proceso
electoral hacia el 2,016 no garantiza a los ciudadanos peruanos, la
institucionalización de la democracia directa como sistema de gobierno, permitiendo
a los ciudadanos decidir en los asuntos públicos más relevantes, y así fortalecer
nuestra precaria democracia. Por ejemplo es urgente incorporar el enfoque
intercultural en la campaña electoral 2,016, donde el eje central sea la
participación de las comunidades nativas en el debate electoral, sobre todo en
la titulación de sus tierras, la consulta previa, y fundamentalmente ser
cogestores en la explotación racional de sus recursos naturales, fortaleciendo
el fomento de la ciencia y la tecnología en las universidades de la
amazonia y el ande peruano. A ello
debemos agregar a la PEA informal autogestionaria en las ciudades.
El Perú no puede seguir desangrándose en corrupción
institucionalizada, en mafias criminales organizadas, en medios de comunicación
donde nos se fomenta el amor a nuestro país, es urgente la modificación
constitucional del capítulo económico, que nos permita la recuperación integral
de nuestro suelo patrio (suelo y subsuelo), la recuperación y protección de
nuestros recursos naturales y la participación del Estado en un rol estratégico
y soberano; y no subsidiario, donde se
incorpore a los pequeños agricultores y las microempresas familiares que son la
base de la economía de subsistencia frente al “capitalismo salvaje”, donde una
casta muy pequeña de los de arriba, profesan la religión donde las cosas se
arreglan por el milagro del “dios”
mercado, que por mas de dos décadas está demostrando su fracaso en el Perú.
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