POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
ANALISTA GLOBAL
“Para
nosotros, el marxismo no requiere exégetas, ni “eruditos”, ni inquisidores
académicos. Siendo como en realidad es una teoría eminentemente crítica, lo que
exige son continuadores, esto es, investigadores que no se autoperciban como
académicos puros, sino como críticos implacables, que aplican las categorías
del marxismo a la comprensión de las nuevas realidades, que crea la vida, pero
a las cuales la ciencia burguesa deforma y distorsiona” (“El hombre como objeto
de estudio”-Dr. Álvaro Mendoza Diez-Universidad Nacional de Trujillo-Revista
Antropológica-Pág. 82- Trujillo-Perú-1971).
La izquierda peruana en el siglo XXI, en
el contexto de Latinoamérica y el Caribe y dentro de una ofensiva global del capitalismo,
siempre debe reconocer que lo que siempre está en juego es el problema del
poder efectivo, que al final son el punto de partida y llegada de éstos
análisis, que responda a la pregunta ¿Cómo la izquierda peruana puede hacer
incidencia política?
¿Pero a que nos enfrentamos? En
Latinoamérica y el Caribe, las izquierdas y las fuerzas progresistas se
enfrentan como dice el periodista de investigación Daniel Estulin, a una “…transferencia
a gran escala de la riqueza mundial, a cada vez
un número menor de manos, administradas por individuos despiadados y
cada vez mas desesperados” (“Los Señores de las Sombras”- Editorial Planeta –
Colombia). Pero también, debemos tener claridad de otro problema: el
narcotráfico, como dice el Vice Decano de la “Universidad del Pacífico”, Enrique
Castellanos, la lucha contra el lavado de dinero, la evasión tributaria y el
financiamiento del delito, encuentran que “…los países que mas facilitan éstas
prácticas mediante políticas tributarias flexibles, protección al secreto financiero
y protección al secreto de propiedad, son los tradicionalmente reconocidos como
refugios fiscales o “tax havens”. En el mencionado ranking, Suiza sigue en
número uno, seguido de Luxemburgo, Hong Kong, y varias islas y protectorados de
Gran Bretaña, como las Bermudas, las Islas Caimán, las Islas Vírgenes, entre
otras. Ojo. Ninguno de éstos son países africanos, de América Latina o países
bananeros” (“Lavado de Dinero en el Perú”-“El Comercio”-Perú-19/01/2,014). Además
existen otros poderes, que próximamente analizaremos.
Las izquierdas en el Perú, deben ser para
el pueblo peruano: izquierda peruana unida, sólo así serán capaces de hacer
incidencia política, cuya fuerza movilizadora del pueblo sólo debe ser la
justeza de sus objetivos, programa, estrategia, táctica, planes y tareas; pero
sustancialmente acción unificada de sus integrantes para llevar a los hechos
las aspiraciones del pueblo.
Lo anterior significa una reingeniería
total, desprendimiento, sacrificio de viejos caudillos y vacas sagradas
enmohecidas en sus cerrados templos, para dar paso, a una verdadera renovación
en los viejos estilos burocráticos de dirección, del “mando y ordeno”. Ello
significará actualización programática, para dar respuesta a la nueva situación
del Perú real y el mundo, pero que nos sea sólo tinta y papel, utilizada sólo
para fines electorales y arribistas, como hasta ahora. La izquierda debe mirar
el Perú profundo.
La construcción de una patria nueva, de un
Perú nuevo exige una estrategia. Y ella necesita ser precisada:
PRIMERO, la necesidad de un frente amplio,
entendida como una alianza operativa dinámica y transformadora, con los
trabajadores asalariado e informales de la ciudad y el campo, intelectuales y
profesionales, técnicos, pequeños y medianos empresarios nacionales, militares que
no se resignen a ser meros opresores contra el cambio y gendarmes de la
ocupación neoliberal de sus propios pueblos. Es decir un frente que impulse un
proyecto nacional para el ejercicio pleno de la democracia y la ciudadanía.
SEGUNDO, la formación indispensable de la
aparición y afirmación de una nueva vanguardia de cuadros políticos y
administrativos, dotados ética y moralmente de una clara visión, sobre los
fines, las prioridades, y los medios de lucidez ideológico-político; y, de
eficiencia técnica, consideración por el interés de la sociedad nacional y regional;
y muy especialmente, con voluntad inquebrantable, para llevar a cabo las tareas
requeridas desde el llano y desde el poder.
TERCERO, impostergable regeneración moral de la
casta política, ante el peligro de convertirse en una élite privilegiada y
alienada de las reales necesidades de sus pueblos, de su voluntad y de
participación plena o de promover variantes de capitalismo burocrático en el
Estado al servicio del “capitalismo salvaje”.
CUARTO, como expresión real de una ciudadanía plena,
es imprescindible un alto grado de conciencia, interés y participación directa
y activa en las mayorías nacionales, en la búsqueda e imposición de los cambios
y en la reestructuración constitucional del Estado.
QUINTO, conversión del Estado, en un agente
eficaz del desarrollo planificado, como oposición de sus tendencias limitativas
y opresivas de la vida social y no solamente de lo político, promoviendo como
política pública, la expansión deliberada y racional de todas las
potencialidades humanas.
No es cierto que el futuro se decida
mañana. El porvenir lo estamos construyendo hoy. Para ello queremos un Perú
diferente del que nosotros recibimos de nuestros padres, sin las grandes
desigualdades e injusticias que son hasta ahora nuestra realidad, El Perú ya no
puede ser colonia, sino dueño de sus riquezas, dueño de sus decisiones, dueño
de su destino. Un Perú donde la ley, la justicia no tengan precio, no sirvan a
los amantes del dinero y a la fuerza de la represión.
En el nivel político, la izquierda peruana
en el marco de Latinoamérica y el Caribe, se ha visto fortalecida, pero todavía
ambigua en cuanto a sus tácticas y estrategias
de corto y mediano plazo, fluctuando entre un reformismo avanzado y una
proclama revolucionaria.
Ha comenzado los preparativos de la
derecha peruana en el Perú, para el continuismo neoliberal el 2,016, con el
proceso electoral para elegir el nuevo Presidente y Congreso. Esto se hace,
cuando miles de peruanos, miran con escepticismo un proceso, que no les ofrece
ser partícipes, sino meros electores, que no quieren entregar su voto para
seguir alimentando “outsiders”, tránsfugas y corruptos.
Hoy más que nunca los ciudadanos, quieren
una política basada en principios firmes, moralmente creíbles, con mirada de
largo plazo. Éste es el gran reto de
las izquierdas en el Perú, o se
convierten unitariamente en la gran fuerza del cambio político, cultural y
moral, construyen la unidad en la diversidad, o continúan divididas perdiendo
la perspectiva histórica, reforzando el continuismo neoliberal. No hay otra
alternativa, lo demás será una descomposición mayor del Estado de derecho,
corrupción institucionalizada y falta de credibilidad con escenarios
imprevisibles, como ha sido el Perú desde el 5 de abril de 1,992 hasta el
2,014.
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