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viernes, 29 de junio de 2012

MEXICO; ¿AMENAZA DE FRAUDE ELECTORAL?

El izquierdista Andrés Manuel López Obrador, segundo en las encuestas para la elección presidencial del domingo en México, cerró este miércoles su campaña con un mitin multitudinario en la capital mexicana y un llamado a no permitir que se imponga el candidato del ex hegemónico PRI.
Ante más de 450.000 simpatizantes que según fuentes de la alcadía abarrotaron el Zócalo (plaza central) y calles aledañas, el candidato de una coalición que encabeza el Partido de la Revolución Democrática (PRD) arremetió contra el aspirante del PRI, Enrique Peña Nieto, a quien las encuestas dan entre 41% y 45% del voto, con una ventaja de hasta 17 puntos.
"Vamos a volver a ganar la presidencia. A nuestros adversarios no les ha funcionado su estrategia, el intento de imponer a Peña mediante la mercadotecnia y la publicidad", dijo López Obrador al referirse a la polémica elección de 2006, en la que fue derrotado por un estrecho 0,56% por Felipe Calderón, del conservador Acción Nacional (PAN).
"¡Fuera Peña! ¡Fuera Peña!", le respondía la multitud, que agitaba banderas amarillas y naranja, los colores de los partidos que apoyan a López Obrador, seguido de la proclama "¡presidente! ¡presidente!".
El candidato izquierdista, que a comienzos de junio evocó el fantasma de un fraude en los comicios, aunque luego se comprometió a respetar los resultados, aseguró que "la gente quiere un cambio verdadero, y no lo podrán impedir ni con la guerra sucia ni con la compra de lealtades, de conciencia y de votos".
"¡Si hay imposición, habrá revolución!", "¡Es un honor estar con Obrador!", eran algunos de los lemas que hacian eco en los edificios coloniales del centro histórico.
El candidato de 58 años encabezó, con decenas de miles detrás de él, una manifestación que arrancó en el emblemático Angel de la Independencia y recorrió el Paseo de la Reforma. A su paso, se le sumaban miles de simpatizantes.
En el Zócalo, sitio emblemático para la izquierda, que concentra en la capital su voto duro, esperaban a López Obrador más de 150.000 personas. El político tuvo que abordar el tren subterráneo para llegar a la plaza central.
Los llamados a permanecer alerta y a cuidar el voto han hecho eco entre sus seguidores, que se declaran dispuestos a movilizarse, como ocurrió en 2006.
"Pensamos que va a ganar, pero hay un 'pero', está el (probable) fraude", dice Julia Alatorre, una mujer de 65 años que viajó desde el estado de Veracruz (este), uno de los más golpeados por la violencia del narcotráfico.
"Las encuestas reales dicen que él (López Obrador) va arriba, pero los monopolios nos hacen creer a la gente que va a ganar Peña", señalaba Pedro González, un comerciante de 48 años al advertir que si el izquierdista "convoca a una movilización, la gente se va a unir".
Unas horas antes, el movimiento universitario denominado #Yosoy132, que se declara apartidista pero se opone a Peña Nieto, realizó una protesta en la que quemó una piñata con la imagen del candidato priista, cuyo posible triunfo ven como un retroceso democrático y una imposición mediática.
Josefina Vásquez Mota, aspirante del Partido Acción Nacional (PAN), que gobierna desde 2000, se mantiene en la tercera posición con alrededor de 24% de las intenciones, y cerraba también su campaña esta noche en la ciudad de Guadalajara (oeste), mientras que Peña Nieto lo hizo en Toluca (este).
La ley electoral marca que este miércoles concluyen las actividades proselitistas para la votación del domingo, en la que además de presidente se renovarán las dos cámaras del Congreso, se elegirán 6 gobernadores y alcaldes de más de novecientos municipios, incluida la capital.
Una misión de observadores de la Organización de los Estados Americanos (OEA), encabezada por el ex presidente de Colombia César Gaviria, comenzó a desplegarse en México, de cara a las elecciones presidenciales del domingo cuando vuelve a asomar el fantasma de una crisis poselectoral ante la duda de que el candidato de la izquierda acepte su eventual derrota, como ocurrió en 2006.
Se trata de una misión integrada por 91 observadores, para certificar la legalidad de los comicios del 1° de julio, cuando 80 millones de votantes elegirán presidente y renovarán los 500 diputados y 128 senadores.
En la disputa por la presidencia compiten Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), favorito de las encuestas; Andrés López Obrador, del Partido Revolución Democrática (PRD); Josefina Vázquez Mota, del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), y Gabriel Quadri, del minoritario Partido Nueva Alianza.
Gaviria encabeza la misión que integran observadores de 18 países de América y Europa y que durante su estancia observará una metodología de género y otra de financiamiento de la política. De acuerdo con la OEA, la misión analizará la participación de las mujeres en distintos aspectos del proceso electoral, como su acceso a ser elegidas, su posición en la conformación de las mesas de votación y el nivel de participación femenina.
Además estudiará la relación entre política y dinero, especialmente en el financiamiento de las campañas.
La misión también dará seguimiento a las denuncias, inquietudes o preocupaciones que puedan surgir durante el proceso electoral y las remitirá a las autoridades.
En México reapareció el fantasma de una crisis poselectoral ante las dudas de que López Obrador acepte una eventual derrota como anticipan los sondeos, que dan una ventaja de 10 a 15 puntos a Peña Nieto y que el dirigente izquierdista ha rechazado.
En la atmósfera prevalece el temor de que López Obrador reavive las protestas callejeras que encabezó cuando perdió los comicios de 2006 por medio punto porcentual ante Felipe Calderón, de acuerdo con el escrutinio de la autoridad que él nunca aceptó, y dice haber sido víctima de un fraude electoral. De acuerdo con los últimos sondeos, López Obrador está en el segundo lugar de las preferencias.
Sin embargo, el candidato izquierdista sostiene que encabeza la intención de voto con una ventaja de hasta 3 o 4 puntos sobre Peña Nieto.
El fantasma de la crisis de 2006 comenzó a flotar en el ambiente luego de que López Obrador alertó a sus seguidores sobre la posibilidad de un "nuevo fraude" electoral y llamó a sus huestes a "cuidar las casillas" (puestos de elección) para evitar "la imposición" del PRI. "Vamos a hacer el llamado para evitar el fraude electoral", dijo López Obrador en un mitin en el central estado de Guanajuato.
Denunció supuestos operativos para entregar dinero a cambio de votos y aseguró además que los gobernadores del PRI están obligados a cubrir en sus estados cierta cuota de votos a favor de Peña, una acusación que fue rechazada por el partido que gobernó México durante 71 años hasta 2000, cuando fue derrotado por el conservador PAN.

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