LA SITUACION POLITICA NACIONAL, LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA Y LA TÁCTICA PARA EL PERIODO
El modelo neoliberal como corriente económica, política e ideológica capitalista, que hoy enarbola el imperialismo para someter a los pueblos del mundo, constituye un fracaso para afrontar los problemas más álgidos del humanidad; todo lo contrario, continúa polarizando la sociedad, los derechos de las mayorías de los trabajadores se ven más conculcados, el medio ambiente está cada vez más amenazado, los países pierden progresivamente su soberanía con la intromisión descarada y autoritaria del imperialismo norteamericano, las ganancias más descarada. En el mundo actual, la injusticia y la desigualdad son los signos distintivos.
El planeta Tierra, tercero del sistema planetario solar, tiene más de 7 mil millones de seres humanos. En él, sólo 500 millones de personas viven con comodidades. La fortuna de las 358 personas más ricas del mundo (miles de millones de dólares) es superior al ingreso anual del 45% de los habitantes más pobres, algo así como 2 mil 600 millones de personas.
En el panorama internacional y latinoamericano en particular, se constata la confrontación estratégica de fuerzas e intereses, estando en juego la continuidad y profundización del modelo primario exportador neoliberal y el proceso y la corriente del cambio hacia nuevas dimensiones económicas y sociales que tengan en las mayorías sus beneficiarios.
Siendo que tiene como objetivos: capturar nuevos mercados para sus productos, ampliar su control de los principales recursos de los países, ampliar su dominio económico y político, y conformar la conciencia popular a favor de sus beneficios e intereses, el imperialismo norteamericano no cesa en sus pretensiones de recuperar el control total de Latinoamérica y el caribe por lo que ha desatado su ofensiva con el objetivo de liquidar lo avanzado en el proceso de cambio por los pueblos y países que han optado por vías distintas a la patrocinada por EE.UU., amenazando la soberanía y la paz en esta parte del continente ( Solo en América Latina y el Caribe EE.UU. ha instalado 36 bases militares, pero con exactitud no se conoce la cantidad de bases que posee); por lo que ha urdido con el protagonismo de la derecha interna de países como Venezuela y Brasil, en crear crisis política y afianzar mecanismos como la Alianza del Pacífico para contrarrestar en bloque el avance de la izquierda, el progresismo y el socialismo.
El neoliberalismo, no obstante el reconocimiento del BM admitiendo que no ha resuelto los principales problemas de la humanidad, en nuestro país se profundiza con el actual gobierno de Kuczinski que se orienta a reforzar la continuidad con políticas asistencialistas, efectistas y paquetes económicos (para reforzar la privatización de la economía tal como la reorganización de Petroperú), contando con la anuencia del fujimorismo mientras tengan en común el modelo y programa económico que une a toda la derecha y la reacción en nuestro país.
En tanto, la opción de cambio democrático, patriótico, descentralizado, de unidad popular y regeneración moral, aún no toma fuerza aglutinador por la dispersión y la debilidad del movimiento social y político de la izquierda. Dicho modelo neoliberal se encuentra en una ofensiva integral por la debilidad y la inexistencia de partidos democráticos y de izquierda fuerte para crear conciencia política y desarrollar valores democráticos, solidarios y de peruanidad, distintos al pragmatismo, al individualismo y al apoliticismo. Por lo que, la lucha principal contra el neoliberalismo está en el terreno ideológico, cultural y político.
Los movimientos sociales y regionales de respuesta a la agresión neoliberal que saquea el país y atenta contra el medio ambiente, y los resultados electorales últimos, indican que existe un espacio importante en el pueblo peruano que pudo haberse ampliado y profundizado si se hubiese concretado niveles de unidad del cual tenían expectativa amplios sectores de la población. Es imperativo la unidad, como principio y no como medio para adquirir ventajas individualistas y caudillistas que desarrollan culto a la persona antes que fortalecer la unidad en torno a propuestas programáticas y el fortalecimiento político y orgánico de los partidos políticos.
La izquierda en el Perú habiendo tenido un tránsito importante en la lucha por el bienestar de la población, aún no se convierte en fuerza organizada, articulada y con enraizamiento de masas; por lo que aún no es agente de movilización política ni está en condiciones de influir decididamente para el cambio de rumbo distinto al que hasta ahora la derecha encamina al país.
La falta de madurez para aprovechar la oportunidad, lograr la unidad y proyectarse como el referente que el pueblo necesita, genera sus consecuencias que favorecen sobremanera a la derecha y a la política continuista. La posibilidad que la izquierda avance y se constituya en alternativa referente y diferente está latente, las elecciones generales han demostrado que existe tal potencialidad; la votación de Verónica rubrica lo que se afirma, situación que se puede diluirse y perderse si no se superan el personalismo, el oportunismo político y la estrechez de mira.
La unidad de la izquierda, para que sea duradera y sea confiable a los intereses y expectativas de la población, estará ligada a proyecto, programa y estrategia, antes que a cálculos sectarios, caudillistas y ventajistas.
Cuando la “unidad” se genera en torno a caudillos y por mero cálculo, sin tener en cuenta la participación consciente de la gente y sin convertirla en acumulación para mayores niveles de confluencia, deviene efímero, frustrante y haciendo un caro favor a la derecha y a las clases dominantes.
Continuismo del modelo primario exportador neoliberal o cambio patriótico y democrático, es el dilema del periodo. Lo que caracteriza por el mismo es la persistencia de dominación neoliberal, por un lado, y la inexistencia de una fuerza política y social antineoliberal que se convierta en alternativa de gobierno y poder. Los niveles de fuerzas de las organizaciones políticas de izquierda, la correlación de fuerzas favorables a la derecha y al neoliberalismo, los mecanismos y recursos con los que cuentan las clases dominantes en el país, y la dimensión de las tareas históricas a resolver y la perspectiva estratégica que obliga dar proyección a la lucha política de la izquierda; marcan la exigencia de trabajar por la más amplia unidad. Lo que hace vigente el llamado de Gran Unidad para el Gran Cambio y la consigna: UN SOLO FRENTE, UN SOLO PROGRAMA, UNA SOLA CANDIDATURA.
La táctica para el período responde al dilema: continuismo o cambio patriótico y democrático, la acumulación política, ideológica y organizativa para instaurar una nueva república con nueva constitución, proyecto nacional y un gobierno de amplia base social y regeneración moral. El blanco principal de la lucha es el neoliberalismo y sus mentores e implementadores de la derecha y de los grupos de poder.
Construir organizaciones políticas fuertes, con perspectiva estratégica, con claridad de p propuesta programática y enraizada en las masas, antes que el caudillismo y organización masificada y amorfa con cálculos meramente electorales y caudillistas.
Frente al actual gobierno, de continuismo y de profundización del neoliberalismo, desarrollar una lucha integral en los ideológico, político y de masas, dar respuesta organizada ante compromisos y promesas incumplidas; sobre todo organizar la respuesta política y social ante la implementación de la política neoliberal contra los intereses de los trabajadores y del país, continuar con la propuesta de GOBIERNO DEMOCRÁTICO, PATRIÓTICO, DE UNIDAD POPULAR Y REGENERACIÓN MORAL.
El MAS responde a esta necesidad, para acumular hacia objetivos estratégicos y contribuir a la forja y concreción de la unidad más amplia de izquierda, democrática y progresista, a la construcción de una fuerza a favor del cambio democrático y patriótico derrotando al neoliberalismo.
Trujillo, 10 de setiembre del 2016.
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