POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
Analista Global.
El
Perú del siglo XXI sigue siendo sólo aspiraciones republicanas de candidatos
ungidos a cargos presidenciales, esperanzados en sus viejas aspiraciones
liberadoras fueran realizadas por los flamantes candidatos convertidos en
gobernantes ineptos, frívolos y corruptos, que terminaron convirtiendo al
Estado como el botín privado mas grande.
Lo
cierto que poco o casi nada importa al Fondo Monetario Internacional (FMI), la
corrupción institucionalizada, el narcotráfico o la delincuencia de cuello o
corbata, porque nuestra república peruana, en estas elecciones 2014-2016, tiene
hoy en los timoneles del Ministerio de Economía y Finanzas, sólo equipos
importados desde Washington (FMI) para garantizar directivas serviles de éste
organismo.
El
Estado peruano de espaldas a la realidad nacional, ha convertido a nuestra
patria en el país mas desigual de Latinoamérica, orientada sólo al
enriquecimiento de los grandes capitalistas ligados a las potestades imperiales
de éste siglo, cuya intervención del FMI, se ha centrado principalmente en la
conducción de nuestra política monetaria, en tanto que el grupo asesor del
Banco Mundial (BM) orienta las acciones del gobierno en el plano de a producción
real o de las inversiones del gran capital.
Mientras
por un carril contrario, los atentados contra los derechos territoriales de los
pueblos indígenas y originarios del Perú, son víctimas de un paquete de medidas
aprobadas mediante la ley Nº 30230 con el pretexto de promover la inversión
privada y estimular el crecimiento económico, no sólo debilita la
institucionalidad ambiental, sino que también afecta la seguridad jurídica
territorial de los pueblos y comunidades indígenas de los pueblos originarios.
Recordemos
que en el Perú, González Prada en 1,903 nos hacía la siguiente pregunta: ¿Quién
es el ladrón? La respuesta bien
podríamos aplicarla a nuestro Perú de grandes cifras macroeconómicas:
“…..debemos decirnos aquí, siempre que veamos construir edificios públicos o
tengan noticias de consumarse operaciones financieras. Casi todas las riquezas
privadas tienen origen fiscal y habría derecho de proceder a una confiscación
el globo”.
Francois
Perroux con la magia de simplificar la economía expresaba: “El economista, a
quien se pregunta: ¿Qué es el desarrollo? Debe responder, en mi opinión: El
desarrollo es la combinación de los cambios mentales y sociales de una
población, que la hacen apta para hacer crecer, acumulativa y duraderamente su
producto real y global”. Eso no ocurre en el Perú.
Nunca
en la historia del despojo en nuestra patria, se nos da en éste siglo XXI, la
oportunidad de cambio frente al continuismo neoliberal, cuyo eje está en el
empoderamiento organizado de la sociedad civil, como una manera de recuperar
nuestro sentido de dignidad ciudadana en su expresión multicultural y
multiétnica y del paso político de éste valioso fortín de la población
económicamente actica (PEA) informal que son el 74%.
Pero
como no se puede hacer vino nuevo en odres viejos, Karl Mannheim, en un
excelente articulo titulado “El problema de la juventud en la sociedad moderna”
expresaba: “En nuestra opinión, la mayor ventaja que posee la juventud en su
contribución a la renovación social, consiste, aparte de su mayor espíritu de
aventura, en que todavía no está completamente implicada en el status quo del
orden social”.
Dejemos
algunos mensajes para esta endeble y precaria democracia peruana:
Primero,
a nuestro carnaval 2014-2016, a cuyo desencanto en la noble tarea de hacer
política en el Perú, sólo están contribuyendo a degradar, les digo que como
Javier Heraud, que nuestra patria es hermosa; pero, por favor dejemos a las
futuras generaciones el limpiarla de todo mal, injusticia, opresión y
violencia, para poder gozar en su plenitud el ejercicio de hacer política.
Segundo,
emprender la guerra que nos recomendara Basadre en su libro “La promesa de la
vida peruana”. El expresaba la guerra: “….contra la inercia, la rutina, la
podredumbre, la indiferencia, la ineptitud y el desvarío. La guerra contra la
plaga del Perú de las últimas décadas: el enriquecimiento espiritual”.
Tercero,
mirar al porvenir inmediato, pensando con cordura, lucidez y superar los viejos
vicios de la política criolla, que son el fraccionalismo, la corrupción, el
narcotráfico y la delincuencia, pero no en aras de seguir levantando ídolos de
barro miserables o promesas con engaños monstruosos, que sólo nos conducirán a
un agotamiento peligroso de nuestra república.
Cuarto,
tener claro que quienes nos agreden y dominan históricamente, desde 1,821 hasta
el 2,014, son grupos de caudillos sin bandera, que con insaciables ansias de
riqueza o de poder avasallan la dignidad y soberanía del Perú a través de sus
empresas-partidos, donde la noble tarea de ser político, es reemplazada por el
tener.
Quinto,
superar el congelamiento de los antivalores del pragmatismo neoliberal, donde
las empresas transnacionales, aprovechando la necesidad y el natural deseo de
los países pobres como el Perú para alcanzar el desarrollo, se infiltran
sutilmente en ellos, creando falsas esperanzas de una nueva vida, pero con
contratos y cláusulas lesivas, inician su acción depredadora, extrayendo
masivamente nuestras riquezas naturales y emplean formas dolosas de comercio,
para no cumplir con pagar sus impuestos en forma real.
Sexto,
tomar conciencia que las transnacionales en el Perú, han tomado por asalto el
Perú, concesionado mas del 70% de nuestro territorio, como sinónimo de
sometimiento, sin legislación adecuada a nuestra soberanía y sin una “Nueva
Constitución” y “Proyecto País”; que precise las condiciones de trabajo del
capital extranjero y nacional, limite su expansión, burlando aún las pocas
leyes favorable al bienestar popular.
Quiero
cerrar éste artículo con las palabras de Jorge Basadre escritas a manera de
prólogo para el libro de Fernando Lecaros “Historia del Perú y del mundo SXX”
en 1,977, que con clara visión de futuro al siglo XXI decía respecto al
capitalismo salvaje: “…significaría la perdurabilidad de una sociedad gobernada
por burocracias bélicas, egoístas, rapaces, con fuerte dominio de la policía y
con una ideología fríamente tecnocrática”.
Pero
Basadre con una visión optimista expresaba primero: “Está surgiendo sin
embargo, con dificultades, frente alas tentaciones creada por la propaganda de
consumo y a los rigores de la explotación del hombre por el hombre, una visión
en la que predominan los objetivos del crecimiento en la sabiduría personal y
colectiva”, segundo: “Entendemos por socialismo el movimiento hacia una
sociedad donde el interés y el beneficio comunes predominen en las cosas
esenciales sobre los de carácter individual o de grupo”; tercero: “No basta
querer cambiar a la sociedad; necesitamos cambiar al hombre”, y concluía: “El
pensamiento socialista debe, por eso, estar hondamente ligado al ideal de la
dignidad esencial y de la libertad responsable del hombre..”.
El
camino de Bagua, Conga y la Convención nos avisan que estamos frente a
escenarios imprevisibles en el Perú, donde una sociedad multiétnica y
multicultural está llenando el vació de un Estado botín, para convertirse en un
Estado ciudadano representativo de todas las sangres.
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