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martes, 29 de octubre de 2013

DIVERSIDAD Y REPRESENTACIÓN POLÍTICA

Por: Ubaldo Tejada Guerrero – Analista Global
“No sólo es que el Estado no quiera, sino que no se da cuenta de que el país está reclamando la integración de los 30 millones de peruanos. Hoy día ellos se lo están ganando solos, a pulso, y por eso está desbordado el Estado”.
(José Matos Mar – “La República” Lima – Perú - 12/05/13 – Pág. 6)
Hoy el Perú reclama fe, frente a voces pesimistas, fortalecimiento de la credibilidad en nuevos liderazgos, consolidación de la participación activa de la sociedad, promoción de la cultura y práctica de valores éticos y morales, mesas sobre crecimiento económico, desarrollo humano (agenda social), reformas políticas, seguridad ciudadana, eliminación de la reelección inmediata de congresistas, garantizar la alternativa de poder e igualdad de oportunidades para postular a un cargo público. Que el Estado no sea clientela del gobierno de turno, la repartija y la corrupción.
Desde el siglo XX durante los años 40 el Perú dio inicio a una revolución silenciosa, cuyo pico más alto se dio a partir de los años 80 con la crisis de la estructura agraria, las migraciones, el terrorismo, la hiperinflación, el crecimiento de la economía informal y el  crecimiento de las provincias. Éste mapa recién ha comenzado a ser estudiado por los politólogos en su vertiente de un Perú oficial en crisis y el Perú emergente en busca de representación política para un siglo XXI.
La sociedad nacional emergente es uno de los resultados más impactantes de la revolución económica que ha tenido el Perú en los últimos 20 años, ha sido el surgimiento de una clase media emergente, al margen del Estado en las principales ciudades del país y en algunos sectores rurales. Se trata de millones de peruanos que antes tenían solo lo justo para sobrevivir, pero que hoy pueden destinar una parte cada vez más grande de sus ingresos a formas de ahorro como la autoconstrucción y a rubros como la educación, la salud y el entretenimiento.
Ésta sociedad nacional emergente, formada en la informalidad vive, por definición, al margen del Estado. Según Carlos Meléndez sería esencialmente informal, antipolítica y antiinstitucionalista. Una clase media, por tanto, de la que no se podría esperar que sea “motor de desarrollo” del modelo neoliberal.
Una clase media formada en la informalidad es una clase media que, por definición, vive al margen del Estado –en realidad, huyendo de él– y de la que no se puede esperar, por tanto, compromiso con la cosa pública ni mayor interés en participar, por medio de sus representantes, en ella. Es decir, todo lo contrario de una “ciudadanía” real, muestra de un Estado desbordado.
Oscar Ugarteche, economista peruano e investigador de la Universidad Autónoma de México expresó respecto al Perú: “¿Por qué hay mejores cosas en otros países? Porque hay más ciudadanos con participación. A más ciudadanos más gente con conciencia de derecho, mas control, mas defensa de los derechos humanos, más actuación de la opinión pública, menos corrupción, menos cosa impune que es tan gruesa en el Perú”.
Debemos advertir en Perú, frente a un proceso de alta concentración del poder económico y la ausencia de alternativas democráticas, la sociedad espera un liderazgo fuerte, olvidándose de lo “éticamente creíble”, centrándose sólo en la capacidad de enfrentar el poder, con el riesgo de la tentación autoritaria, para salvar el modelo voraz de la gran ganancia.
En el lado de la “meritocracia” de un Estado desbordado, un dato importante lo dio Anita Etzioni, docente de la Universidad George Washington, que mencionó “luego del descalabro financiero del 2,008 en los EE.UU. se constató que quienes gozaron de las repartijas especulativas, generando la crisis, se habían graduado en la crema y nata de los MBA.
Ello implica asumir los retos que impone la globalización y rescatar lo “político”, abriendo el debate sobre asuntos de interés público, que involucran  a todos los ciudadanos; y, no sólo a sus representantes elegidos. Implica dejar el viejo concepto del protagonismo (yo lo hice), para reemplazarlo por el concepto de reconstrucción del Estado (la institucionalidad) entendida como un proceso, implica un reconocimientos sin anuncios, sino un reconocimiento del pueblo, de su pluriculturalidad, de ser una patria multiétnica.
Finalmente de cara al siglo XXI, estamos en un trance histórico, rico en oportunidades para el crecimiento de una alternativa progresista y popular. Las distintas organizaciones nacionales y regionales, deben aportar lo mejor, el frescor de una vanguardia de líderes nuevos con ideas nuevas una posibilidad de acordar en conjunto la Plataforma para un gobierno democrático y popular: tenemos el deber de poner a disposición de la ciudadanía estas decisiones.  


sábado, 19 de octubre de 2013

HOMENAJE A LUIS DE LA PUENTE UCEDA

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO – Analista Global


Que las ideas sea nuestra arma fundamental en esta tarea junto a las masas. Hagamos de la política un apostolado y una pedagogía. Elevemos la conciencia revolucionaria con nuestro ejemplo y con la prédica esclarecedora.
 Luis Felipe de La Puente Uceda (1 de abril de 1926 Santiago de Chuco, Perú - †23 de octubre de 1965) 

Para sobrevivir el campo capitalista es capaz de desencadenar la III Guerra Mundial, esta vez con armas atómicas. Los países capitalistas son guerreristas por naturaleza. Su economía basada en la propiedad privada de los grandes medios de producción, en explotación, en la competencia entre productores privados y en el afán de lucro individual imposibilita una economía planificada de acuerdo con las necesidades de la sociedad y lleva a la superproducción caótica y, por lo tanto, también a la permanente necesidad de conquistar y de asegurarse siempre nuevos mercados para sus excesos.
América Latina es la semicolonia más importante del más poderoso imperio del mundo y de la Historia: el imperialismo yanqui. Su dominio --a pesar de uno que otro tímido desmentido-- se ejerce y se continúa con la complicidad orgánica de las clases explotadoras de cada una de nuestras desnaturalizadas repúblicas. Ellas hacen bloque con el amo imperialista para ponerle atajo, en bloque, a la revolución en todo el continente. La revoluciona latinoamericana, por eso, es una sola. Ninguna revolución nuestro continente podrá considerarse definitivamente consolidada mientras superviva en gran monstruo del norte(1).
“….en las últimas década se está desarrollando un proceso de mestizaje y si se quiere de peruanización de las ciudades. Millares de campesinos huyen de la opresión latifundista serrana, de la miseria y del atraso, y emigran hacia las ciudades costeñas en busca de nuevas perspectivas. Se diría que los indígenas cansados de tanta explotación y de tantas promesas, se hacen presentes en los reductos de sus señores, con su miseria, su ignorancia, sus idiomas, sus costumbres, su música. Las ciudades costeñas crecen a ritmo acelerado por las migraciones campesinas. La reconquista de la tierra que no pudieron hacer en sus lugares de origen, los indios campesinos la hacen en los arenales que circundan las ciudades.
El temor a la invasión de los desposeídos de las barriadas sobre las zonas residenciales de Lima es permanente.
En otras etapas de la historia del mundo, la burguesía cumplió una tarea revolucionaria destruyendo el régimen feudal. La burguesía como clase cumplió su misión histórica con la revolución liberal. Pero en la etapa actual histórica que vive el mundo y con las condiciones de países como el nuestro, la burguesía está incapacitada para conducir la lucha contra los explotadores de adentro y de afuera.
La burguesía peruana llega tarde a la historia. Ella no es dueña ni de su propio mercado. Tan solo las masas que no tienen interés en seguir manteniendo ningún régimen de explotación serán capaces de enfrentarse a la oligarquía y al imperialismo hasta las últimas consecuencias. Esta es la hora de los pueblos.  Esta es la hora de iniciar el camino hacia el socialismo”.
Es indispensable la unidad de los sectores explotados: campesinos, obreros, pequeña burguesía y sectores progresistas de la burguesía nacional, dentro de un frente único, con la hegemonía de la alianza obrero-campesina, representada por el partido revolucionario, marxista-leninista(2).

CITAS:
Escrito: Por Luis de la Puente para la Sesión Plenaria del Comité Central del MIR de 22 al 30 de marzo de 1964, reunión en la cual fue aprobado este documento programático.
Primera vez publicado: En 1964 en el Perú, en forma de panfleto con el mismo titulo, que contenía además" EL CAMINO DE LA REVOLUCIÓN", también escrito por de la Puente, y los estatutos del MIR.
Fuente de la versión digital: Instituto Luis de la Puente Uceda (ILDEPU)
Transcripción y HTML para el MIA: Juan R. Fajardo, septiembre de 2006.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2006,  cotejada y corregida con la versión que aparece en Obras de Luis de la Puente Uceda. Voz Rebelde Ediciones, (Lima) 1980.
(2) Escrito: En julio de 1964.
Primera vez publicado: En traducción al inglés, bajo el título de "THE PERUVIAN REVOLUTION: CONCEPTS AND PERSPECTIVES", en Monthly Review de noviembre de 1965 (vol. 17, núm. 6), págs. 12-28, y en Chile en la versión castellana de la revista.
Edición digital: Marxists Internet Archive, 2006.
Fuente: Obras de Luis de la Puente Uceda. Voz Rebelde Ediciones, (Lima), 1980.


viernes, 18 de octubre de 2013

EL PRESIDIO POLITICO EN ESTADOS UNIDOS

El encarcelamiento masivo como estrategia imperial
Salvador Capote
Hay 2.3 millones de personas tras las rejas en Estados Unidos. Otros 5 millones se encuentran en libertad condicional, en probatoria o en algún otro tipo de libertad restringida. Ningún país del mundo ha encerrado en proporciones tan altas  a su propia población. Nunca antes en la historia de Estados Unidos ha sido tan masivo el encarcelamiento.
La población penal comenzó a aumentar en los años 70 en términos absolutos y relativos pero las cifras se dispararon a partir de la década del 80. La población penal se cuadruplicó en los últimos cuarenta años. El peso mayor de este crecimiento inusitado cayó sobre los pobres y las minorías, sobre todo en la población negra. Los afroamericanos son encarcelados a una tasa seis veces mayor que la de los blancos.
Uno de cada tres negros que nace estará en prisión en algún momento de su vida o durante gran parte de su vida. Cerca de un millón y medio de afroamericanos pobres están encerrados en las prisiones de Estados Unidos, más de 60,000 de ellos en el enloquecedor confinamiento solitario. En ningún otro país sucede algo semejante. Es la minoría más perseguida y encarcelada del mundo. Para afirmarlo, basta examinar las estadísticas oficiales de la Secretaría de Justicia y del Buró de Prisiones.
Pero el perfil del sistema penal estadounidense no sólo es racista sino además, y sobre todo,  clasista. La tasa de encarcelamiento de blancos pobres es también una de las más altas del mundo, mientras que el segmento de la población afroamericana de clase media y alta está poco representada en las prisiones. Digámoslo claro: el sistema de justicia de Estados Unidos, clasista y racista, priva masivamente de libertad primariamente a los pobres, y si el pobre es, además, negro, indio o hispano, sus posibilidades de ser arrestado, convicto y condenado, aumentan exponencialmente.
Existe por otra parte una relación lineal entre el proceso de encarcelamiento masivo y el rumbo neoliberal de la economía capitalista. El desarrollo tecnológico, el fenómeno del “outsourcing” mediante el cual los capitales migran a lugares del Tercer Mundo donde es más barata la fuerza de trabajo, la polarización social que hace al 1 % de la población cada vez más rico y al resto cada vez más pobre, los recortes a los programas de asistencia social, etc., determinan que amplios sectores de la población queden marginados del proceso productivo. Para manejar esta situación, por naturaleza explosiva, la clase dominante utiliza el encarcelamiento masivo como instrumento de control social de esa población que ya no interesa a las corporaciones.
No podría el capital obtener este control sin una fuerte alianza con la clase media que también, aunque en menor grado, sufre los efectos de la polarización.  Para lograr esta alianza, la clase alta utiliza como herramienta fundamental el miedo: el miedo al crimen, a la drogadicción, al terrorismo, a la crisis económica, al desempleo, al caos social, a ideologías de izquierda satanizadas –el miedo en todas sus formas- para convencer a la clase media de que su bienestar y su seguridad dependen de leyes draconianas, arrestos masivos, largas condenas y eliminación de posibles líderes de las minorías, a fin de  mantener a raya a todos los marginados por el establishment y conjurar amenazas sobredimensionadas de posibles enemigos extranjeros.
Coincidiendo también con el proceso de encarcelamiento masivo, se produce una creciente privatización de las instituciones penitenciarias. El “Prison-Industrial Complex” se convierte en un negocio multibillonario. La construcción, mantenimiento, servicios y operación de las prisiones, resultan altamente rentables y, además, las corporaciones disponen de una enorme masa laboral que trabaja por centavos, nunca falta ni llega tarde al trabajo, no se organiza en sindicatos, no realiza huelgas, no recibe beneficios ni pensiones y, al que proteste, se le coloca un tiempo en celdas de aislamiento. Se cumple así el sueño dorado de los empresarios capitalistas. La competencia de la producción con trabajo semiesclavo intramuros permite, a su vez, reducir los puestos de trabajo y los salarios en el exterior de las prisiones.
Otro de los fenómenos importantes que crece paralelamente al proceso de encarcelamiento masivo es la hipertrofia y militarización de las fuerzas represivas y en particular de la policía, a la cual se le suministran sofisticados equipos antimotines. El programa COINTELPRO de acciones encubiertas del FBI, que produjo la muerte de unos 30 miembros del Black Panther Party de otras organizaciones y envió a prisión a cientos de sus activistas, había sentado las bases para el surgimiento del Complejo Industrial de Prisiones. Surgen y se multiplican los grupos de “Special Weapons and Tactics” (SWAT), fuertemente armados y entrenados. Los fondos asignados a la represión se multiplican.
Bien engrasada la maquinaria represiva y probada su eficacia, el imperio exporta el encarcelamiento masivo para el control social de las grandes masas intranquilas de indios, negros, mestizos y blancos pobres de América Latina y lo hace de manera sutil pero rápida y sin pausa.
Una de las primeras víctimas fue el pueblo colombiano. Con financiamiento estadounidense se construyeron en Colombia nuevas prisiones y la población penal creció rápidamente. Desde el comienzo del Plan Colombia en 1999 hasta el año 2008 la población reclusa de Colombia aumentó en un 129 % según cifras oficiales. Recordemos que se estima en 9,500 el número de presos políticos y que la tortura es práctica corriente en ese país. En el año 2000, el Ministro de Justicia de Colombia y el Embajador de Estados Unidos en Bogotá firmaron el “Programa para el mejoramiento del Sistema de Prisiones de Colombia”. De acuerdo con este programa, se construyeron, o remodelaron y ampliaron, 16 instalaciones penitenciarias de media y máxima seguridad, con un incremento del 40 % en la capacidad carcelaria de la nación.
Estados Unidos no se limita al financiamiento sino que provee asesoramiento, supervisión y formación de cuadros en lo que llama una “Nueva Cultura Penitenciaria”. En los últimos tiempos se ha incrementado la  militarización de estas prisiones, al frente de la cuales se coloca preferentemente a oficiales graduados de la Escuela de las Américas. La Penitenciaría de Alta Seguridad de Valledupar, conocida comúnmente como “La Tramacúa”, fue la primera prisión construida con fondos estadounidenses y en ella están encerrados en condiciones infrahumanas numerosos presos políticos y prisioneros de guerra. Los crímenes que se cometen en estas prisiones fueron denunciados por la Delegación de Paz de las FARC-EP en una declaración fechada el 10 de febrero de 2013 en La Habana.
A través de los programas de la Iniciativa Mérida (especie de Plan Colombia para México, América Central, República Dominicana y Haití), Estados Unidos provee al gobierno mexicano de ayuda financiera, técnica y de formación de cuadros con el fin de transformar el sistema penitenciario. De 2007, año en que comenzaron, hasta 2012, el número de prisiones federales en México aumentó de 6 a 22, es decir, su número casi se cuadruplicó en sólo cinco años.
Con apoyo económico y asesoría de expertos norteamericanos fue inaugurada en mayo de 2009 la Academia Nacional para la Administración Penitenciaria en Xalapa, Veracruz, donde han sido formados ya 3,479 oficiales recién reclutados. Simultáneamente, más de 270 instructores se graduaron en Estados Unidos, en la “New Mexico Corrections Academy”. El “Colorado Department of Corrections” entrenó a 73 oficiales en el sistema norteamericano de clasificación de reclusos, a otros 110 en transporte de prisioneros, y a 18 más en los sistemas de libertad restringida. En esta última especialidad fueron entrenados 41 oficiales en la “Maryland Police and Corrections Training Academy”. Por último, en el “U.S. Federal Bureau of Prisons” recibieron entrenamiento 110 cuadros de dirección de primero y segundo nivel (1).
En América Central, el programa CARSI (“Central American Regional Initiative”) funcionó desde 2008 como una rama de la Iniciativa Mérida, pero como programa independiente desde 2010. De acuerdo a un informe de GAO,  agencias estadounidenses asignaron 350 millones de dólares para financiar el CARSI entre 2008 y 2012 (2).
Según el criminólogo Omar Flores de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), el panorama carcelario es “más preocupante” en el triángulo norte (Guatemala, El Salvador, Honduras) donde con la “remilitarización” de la seguridad se reprimen los delitos con encarcelamientos masivos (3). Un informe del “Congressional Research Service” (4) revela que, con fondos del CARSI, Estados Unidos creó en estos tres países unidades militares transnacionales llamadas TAG (“Transnational Anti-Gang”). Las empresas norteamericanas constructoras de centros penales tienen el lema de que “toda cárcel que se construye se llena”. Los planes acelerados de Estados Unidos de construcción de prisiones en América Latina se acompañan de la criminalización y privación de libertad de amplios sectores de la población.
En Guatemala, con ayuda del CARSI, las autoridades planean construir cuatro cárceles de máxima seguridad. En Honduras, donde en 2009 un golpe de Estado derrocó al presidente Zelaya, el Subsecretario William Brownfield anunció durante una visita en mayo de 2012, la colaboración norteamericana para “mejorar” las prisiones hondureñas mediante una ayuda adicional por 50 millones de dólares. Se prevé construir una cárcel de máxima seguridad para 4,000 internos. Brownfield fue embajador en Venezuela donde fue notoria su actitud injerencista. En dos ocasiones, en abril de 2006 y en enero de 2007, el presidente Hugo Chávez lo amenazó con expulsarlo del país si continuaba con sus provocaciones.
El desarrollo de las instalaciones penitenciarias en Honduras, con financiamiento y asesoría estadounidenses  se acompaña, como era de esperar, de la criminalización de los indígenas que resisten a la privatización de las tierras comunales y de los activistas en contra de la destrucción de los medios de vida del campesino para satisfacer los interes extranjeros de producción de biocombustibles
En Panamá, el Centro Correccional de Pacora es parte de un programa dentro del CARSI con financiamiento estadounidense de 3.5 millones de dólares (5). Panamá amplía también sus capacidades penitenciarias con nuevas prisiones en Ciudad Panamá (megacárcel La Nueva Joya) y en Chiriquí, con capacidades para 5,536 y más de 1,000 reclusos, respectivamente. En junio de 2013, el gobierno panameño anunció la construcción de una nueva cárcel de mujeres que albergará a 1,155 internas, a un costo de 17.5 millones de dólares.
En Costa Rica, con el apoyo del INL (“International Narcotics and Law Enforcement Affairs”) y con fondos del CARSI, se realizaron importantes tansformaciones en la Penitenciaría de La Reforma. Oficiales costaricenses reciben entrenamiento por el INL en las prisiones de Nebraska y Maryland (6).
En República Dominicana, el Dr. Radhamés Jiménez Peña, Procurador General de la República hasta el 16 de agosto de 2012, anunció la construcción de seis nuevas prisiones en concordancia con la “Nueva Cultura Penitenciaria” promovida por Washington. En febrero de 2012 ABC News anunció que el gobierno de Estados Unidos tiene en sus planes la construcción de dos cárceles en zonas rurales de Haití a un costo entre 5 y 10 millones de dólares, y citó como fuente a un funcionario del INL.
En casi todos los países de América Latina la población penal supera a la capacidad del sistema penitenciario y los reclusos sufren de terribles condiciones de hacinamiento. Desde este punto de vista, se justifica la construcción de nuevas cárceles. Lo que sucede es que, en la práctica, la situación no se alivia sino se agrava porque la intervención de Estados Unidos a través del Plan Colombia, de la Iniciativa Mérida o del CARSI, no resuelve los graves problemas sociales de la región sino que los profundiza y la creciente criminalización de la población marginada multiplica las tasas de encarcelamiento.
En México, por ejemplo, el país que más cárceles ha construido en los últimos años con ayuda norteamericana, la ocupación de sus instalaciones penitenciarias se mantuvo prácticamente igual, superior al 120 %, entre 2007 y 2011. En Guatemala, en ese mismo intervalo, de 128 subió a 190 %; en Honduras, de 141 a 146 %; en Panamá, de 161 a 180 %; en Colombia, de 117 a 128 %, en Costa Rica, de 99 a 127 % (7). En 2008, cuando se implementó el CARSI en El Salvador, la población penal era de 17,000 reclusos; en 2010 había aumentado a 24,000 (8), un incremento del 41 % en sólo tres años.
La “Nueva Cultura Penitenciaria” es una política que, a imagen y semejanza de lo que actualmente sucede en Estados Unidos, intenta controlar los problemas que surgen de la marginación reprimiendo, criminalizando y encarcelando a los marginados. Su principal pretexto es la “guerra contra las drogas” que después de más de cuatro décadas de fracasos ha demostrado el relevante papel que desempeña en la contrainsurgencia, en la expansión de las transnacionales y en las ambiciones geopolíticas de Estados Unidos; es decir, ha servido y sirve como uno de los instrumentos más importantes de dominio imperial (9). Al igual que el Plan Colombia, la Iniciativa Mérida y el CARSI están condenados al fracaso pero constituyen magníficas pantallas a la injerencia y presencia militar de Estados Unidos en los países del sur.
NOTAS
(1)    U.S. Embassy: “Corrections Reform”, Fact Sheet, Mexico 2012.
(2)    United States Government Accountability Office (GAO): “Status of Funding for the Central America Regional Security Initiative”, Washington, DC, Jan 30, 2013.
(3)     AFP y Redacción: “Presos centroamericanos viven en bodegas humanas”, El Mundo, 24 de Julio de 2013.
(4)    U.S. Congressional Research Service: “Central American Regional Security Initiative: Background and Policy Issues for Congress”, Jan 2012.
(5)    Embassy of the United States, Press Release: “U.S. Supports Panama’s Efforts to Reform Juvenile Prisons”, Panama, Jan 30, 2013.
(6)    Latin American Herald Tribune: “CARSI Assistance Pilots Prison Reform in Costa Rica”, Caracas, Oct. 6, 2013.
(7)    Elías Carranza: “Situación penitenciaria en América Latina y el Caribe ¿Qué hacer?”, ILANUD, Costa Rica.
(8)    Nasim Chatha: “U.S.’s Prison Imperialism in The Outskirts of the Empire”, Alliance for Global Justice, Sep 5, 2012.
(9)    Salvador Capote: “Narcotráfico, instrumento de dominio imperial”, ALAI, América Latina en Movimiento, 29 de mayo de 2012.



martes, 15 de octubre de 2013

DE LA INDIGNACIÓN A LA ACCIÓN

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO – Analista Global


Jesusenaccion46@gmail.com

“Que las ideas sea nuestra arma fundamental en esta tarea junto a las masas. Hagamos de la política un apostolado y una pedagogía. Elevemos la conciencia revolucionaria con nuestro ejemplo y con la prédica esclarecedora” (Luis de la Puente Uceda).

El 11 de junio del año 2,000, la empresa periodística “La Industria” de la ciudad de Trujillo, me publicó un extenso artículo en el suplemento dominical, con el nombre de “Lecciones electorales del 28 de mayo del 2,000”. Nos referimos a la triple elección del hoy sentenciado ex Presidente Alberto Fujimori, cuyo legado mas importante es de haber instalado la corrupción institucionalizada en el Estado.

Definía siete conclusiones, a manera de lecciones históricas y estructurales, que el año 2,013 se han agudizado por no haber aprendido la lección, pese al crecimiento macroeconómico neoliberal. Hoy necesitamos no sólo indignarnos, necesitamos como ciudadanos organizarnos y pasar a la acción para no repetir modelos autoritarios y antidemocráticos.

Dichas conclusiones son: fracaso del modelo neoliberal como paradigma para los países pobres, confiar en nuestras propias fuerzas internas, iniciar una etapa democrática y de cambios fundamentales, un Perú nuevo en un mundo nuevo, educación, salud, y seguridad social para el pueblo, una nueva constitución para un nuevo Estado, vigencia de las organizaciones y el Estado de derecho.

Hoy parece que el Perú se detuvo, no tiene organización, nos invade la delincuencia y la corrupción del más alto nivel, con tres ex Presidentes investigados; después de 13 años tiene más vigencia lo expresado al final de mi artículo: “Queda una tarea difícil, pero necesaria: primero conseguir la convocatoria a nuevas elecciones limpias y democráticas que garanticen el Estado de derecho; y segundo, reconstruir las organizaciones sociales, como única defensa de una sociedad que busca construir un modelo, sin calco ni copia”.

Mauricio Fernandini, en el “I Encuentro Internacional de periodismo”, organizado por la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo, en la ciudad de Chiclayo dijo: “Programas de televisión que escarban en la miseria humana y noticias que presenta toda la sangre y sufrimientos que podían ser digitados por el gobierno fujimorista, pero que tenían gran acogida y rating en la década de los 90´, siguen influenciando hasta hoy, con personajes que no son un buen ejemplo y realities superficiales para los adolescentes”.

Lo cierto es que han pasado cuatro gobiernos en 13 años, y la crisis ya no es coyuntural, es estructural en el Perú, cuyo diagnóstico son casi los mismos del año 90´: preparación de un escenario autoritario, miedo ciudadano, modelo neoliberal como causante de los males institucionales y ausencia de liderazgos éticamente políticos.

Las causales sembradas desde el poder son: la traición de Ollanta Humala a sus propuestas y la frustración de sus electores, una derecha incapaz de consensos democráticos, sistema de partidos desacreditados, agonía de credibilidad institucional (Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Banco Central de Reserva, Jurado Nacional de Elecciones, un superministro de Economía Y Finanzas, una SUNAT que persigue al pequeño, etc.), acumulación de poder de Ollanta en los altos mandos de la FF.AA. y Policía Nacional con altos grados de corrupción.

Pero en cuanto a nuestra casta política, proponemos: el establecimiento de financiamiento público de los partidos como única fuente, elecciones internas de los candidatos en procesos a cargo de organizaciones electorales, supresión del voto preferencial, alternancia de género en las listas de los cargos a elección popular, revisión del reglamento del Congreso para evitar la reelección, investigación de financiamiento millonarios de todos los partidos políticos y sus fuentes de origen, y posibles lavados de activos.

Termino con dos menciones: la primera, en la “IV Conferencia anticorrupción”, el Contralor Fuad Khouri expresó que “de 4,000 funcionarios del Estado denunciados, en los últimos 4 años, sólo 300 casos han recibido sentencia, de los cuales sólo 90 han sido condenados”; la segunda, la de Augusto Álvarez Rodrich: “…que puede estar pasando en la Federación Peruana de Fútbol, en nuestra Corte Suprema, y en tantos municipios y gobiernos regionales cuando se relacionan con las empresas. Me temo lo peor”.



viernes, 11 de octubre de 2013

MUJICA, EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO – ANALISTA GLOBAL
El presidente de Uruguay, José Mujica, reivindicó hoy ante la ONU la búsqueda de “acuerdos mundiales” que defiendan la vida y acaben con la pobreza, así como llamó a terminar con una civilización del “despilfarro” que por definición, insistió, es autodestructiva, para ello sólo nos basta hacer la invocación que nos dice Lee aquí el discurso completo de José Mujica .
El proceso que han vivido las comunidades de Latinoamérica y el Caribe, están marcadas por dos ejes: su inserción en el crecimiento globalizado mundial y la búsqueda de su identidad, que nos dice que no caiga la fe, que no caiga la esperanza por un mundo nuevo en una patria nueva.
Nuestras comunidades siguen luchando por obtener un espacio propio en el escenario social, político y económico de nuestra región y los grandes foros internacionales, que no habíamos escuchado desde  El Ché en la reunión de la OEA en Punta del Este 1961 - YouTube en el siglo XX (1,961).
Ahora muchas veces los esfuerzos de formar bloques regionales, en otros casos del rechazo, o el complejo de ser minoría han paralizado la acción y el desarrollo de nuestras comunidades, para proclamar un mensaje pertinente y veraz, que responda a los acuciantes y urgentes problemas que  sufren nuestros pueblos.
Mujica insistió, además, que “el mundo requiere a gritos leyes mundiales que respeten los logros de la ciencia”, y reivindicó que a través de esta, y no de “la cúspide bancaria”, habría de gobernarse el planeta. Menos de una “tecnocracia económica” adicta al FMI, BM, BID, OCDE, que tiene como único motor la “eficacia” del dios “mercado”; porque al fin una tecnocracia competitiva, no tiene sentido mas que por los fines que procura, y si ella no sirve al ser humano, no vale por si misma.
Los efectos destructivos del planeta y el ser humano, por parte de la globalización, han sido descritos por Pepe Mujica, donde nuestras instituciones y nuestros Estados, siguen siendo tergiversados su rol en las contiendas políticas, sea para silenciarlas, manipularlas o ignorarlas.
Hoy en el siglo XXI, las comunidades latinoamericanas y caribeñas, siguen luchando, por comprender cual es el proceso que las acerquen mas a una identidad propia, que reconozca los aportes positivos a la sociedad mundial, lo mismo la exigencia del respeto a sus culturas.
Esa búsqueda de una identidad latinoamericana, es hoy a más de 500 años de la invasión y colonización un desafío misional fundamental, que exige verdaderos líderes políticos, que a su vez forjen con su ejemplo, líderes con valores solidarios y comunitarios,  como núcleos fundamentales y forjadores de principios de amor a la nación, donde el bien común esté por encima del interés individual global.
Éste modelo globalizante tan fustigadas por Mujica, nos hace recordar la situación y las posibles acciones de resistencia, de protesta de nuestras comunidades, nos lleva aponernos de pié, para afirmar que cualquier reconciliación exige la restauración de la justicia, como una postura de determinación y verticalidad, para convertirse en un principio no negociable.
De lo que se trata es de concebir la economía como la subordinación de la producción al consumo, entendida como “del consumo a las necesidades humanas”, de la “ganancia al servicio”, del “trabajo a la vida plena humana”.
Pepe Mujica nos ha hecho recordar en la ONU, la importancia de seguir denunciando las injusticias y proclamando un verdadero evangelio de verdad, justicia y amor para toda nuestra comunidad universal. Hoy cuando los imperios entran en crisis, las comunidades, más que nunca, con mucha fuerza, vigencia y autoridad, debemos seguir acompañando a nuestros pueblos en su tránsito hacia una democracia plena.
Éste discurso en la ONU, nos recuerda que Latinoamérica y el Caribe, se han ganado el derecho a ser una expresión de las conciencias libres y justas, que siguen luchando por construir una sociedad mas fraterna y humana, donde el fin debe ser la emancipación espiritual del hombre, su liberación de las cadenas del determinismo económico, su restitución a su totalidad humana, el encuentro de una unidad y armonía con sus semejantes y con la naturaleza.
El bloqueo ignominioso a nuestros hermanos de Cuba de parte del candidato al premio nobel de la paz, el Presidente Obama, nos debe llevarnos a afirmar seguir definiendo, una postura radical y seria, sin claudicaciones, ni componendas, y que por ende se constituyan en espacios viables y lugares propicios para vivir la esperanza de la liberación.
Mujica se lamentó de que la humanidad haya “sacrificado a los viejos dioses inmateriales” y haya ocupado “el templo con el dios mercado”, lo que debe llevarnos a señalar en voz alta, que debemos seguir forjando una solución a los problemas de éste mundo globalizado, muy lejos de un pietismo superficial, divorciado de la historia y los problemas de la sociedad, que las potestades amantes del dinero, son incapaces de solucionar.
La idolatría contemporánea del siglo XXI, no se manifiesta necesariamente a través de imágenes o amuletos, sino también por un estilo de vida, cuya única prioridad es el dinero, el prestigio o el poder económico idolátrico. La economía política aplicada, debe estar al servicio del hombre, consistiendo su función esencial en suministrar a cada uno un nivel de vida compatible con su dignidad de hombre y en permitir el ejercicio de las responsabilidades necesarias para el desarrollo humano.
Finalmente como latinoamericanos y caribeños debemos estar de acuerdo cuando el presidente de Uruguay llamó a terminar con una civilización del “despilfarro”. Porque al final  “Sí, es posible un mundo con una humanidad mejor”, donde Pepe Mujica ha demostrado con su vida que sigue recibiendo  a los trabajadores vestidos con sus ropas de trabajo, en su casa y en su mesa, con la misma cortesía y consideración que si fueran duques o príncipes.


FINANCIAMIENTO DE PARTIDOS POLÍTICOS EN PERÚ

Rara generosidad. Entre personas naturales (militantes y fundadores) 21 agrupaciones reunieron, en el 2012, 3 millones 672 mil 612 nuevos soles, mientras que este año 14 partidos recibieron más de S/.2 millones. PP no reportó aportes.
Por: Consuelo Alonzo.
FUENTE: Diario “La República” – Perú.
A casi un año de que se realice un nuevo proceso electoral  (las elecciones municipales serán en noviembre del 2014)   muchos partidos políticos ya cuentan con los recursos necesarios para sus campañas.
Según información obtenida por La República en la página web de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), son Alianza Para el Progreso (con S/. 995,994.8); el Partido Nacionalista Peruano (con S/. 525,093.63); Fuerza 2011 –hoy Fuerza Popular– (con S/.320,529.75); Partido Popular Cristiano (con S/. 198,877.96); Solidaridad Nacional (con S/. 127,388.67) y el Partido Aprista Peruano (con S/. 113,264.90) los que más aportes han recibido de sus militantes, simpatizantes y fundadores en los dos semestres del 2012.
Aunque también Tierra y Dignidad (con S/. 92,300); el Partido Democrático Somos Perú (con S/. 76,289); Acción Popular (con S/. 68,446.28) y el Partido Humanista Peruano (con S/. 66,555.95) han recibido generosas donaciones.
A ello deben sumarse las aportaciones de entre enero y junio de este año a APP (con S/. 578,203.49), Fuerza Popular (con S/. 183,366.63), el APRA (con S/. 618,305.15), el Partido Nacionalista (con S/. 217,765), el PPC (con S/. 195,437.53) y otros.
Sobre quién los financia, en el caso de APP básicamente lo hace la familia Acuña. Su fundador César Acuña Peralta  realizó el 2012 dos aportes, el primero de S/. 90 mil y el segundo de S/. 128 mil 800.
Su hermano, Humberto Acuña Peralta, entregó primero S/. 6 mil y luego S/. 103 mil 500; mientras que los aportes del congresista Richard Frank Acuña Núñez fueron de S/. 30 mil y S/. 94,800.
A diferencia de APP, al partido de gobierno lo financian sus congresistas. Si bien en el primer semestre solo 8 legisladores dieron cada uno S/. 5,192; en el segundo semestre fueron 40 padres de la patria los que aportaron S/. 6,900 cada uno, sumando en total S/. 276 mil.
En Fuerza Popular (ex Fuerza 2011) fueron los parlamentarios Ramón Kobashigawa, Octavio Salazar, Freddy Sarmiento y Carlos Tubino los que más aportaron (S/. 7,319 y S/. 7,238 en el 2012). Le siguen Juan José Díaz, Jesús Hurtado, Joaquín Ramírez, y Pedro Spadaro, quienes dieron en el primer semestre S/. 6,159 y luego S/. 6,083.
En el PPC, quienes más aportaron también fueron sus congresistas. Alberto Beingolea, Gabriela Pérez del Solar y Marisol Pérez Tello entregaron S/. 6,158 y S/. 6,069, cada vez.
Pero quien igualmente aportó una buena cantidad de manera individual fue el actual presidente de la región Ica, Alonso Navarro, quien es además el segundo vicepresidente del PPC. En su caso, dio S/. 12 mil a finales del 2012.
Quien más ha aportado a Solidaridad Nacional es, como resulta usual, el legislador José León Luna Gálvez. Si bien en el primer semestre aportó S/. 7 mil, luego, en el segundo semestre, entregó generosamente S/. 75 mil 388.
Otra aportante importante para SN es Gladys Leonor Llanos Moncada, quien entregó S/. 9 mil y S/. 6 mil. Ella, en el 2005, según información policial, integró una banda de secuestradores que operaba bajo las órdenes del ruso Thomir Borisov, la cual secuestró al holandés Jimmy Mark Tel.
En cuanto al Apra, los principales aportantes son las academias Antenor Orrego y su instituto de oratoria. La primera entregó S/. 160 mil 081 y S/. 137 mil 288; y el otro S/. 147 mil 469 y S/. 88 mil 332.
El ex presidente Alan García no se quedó atrás y aportó a su partido S/. 12 mil 732.
 PP no rindió cuentas del 2012
 A pesar de que todos los partidos con inscripción vigente tienen la obligación de reportar su información financiera de aportes, el partido que fundara el ex presidente Alejandro Toledo no brindó  información de sus ingresos en el 2012. Solo han indicado que en el primer semestre de este año recibieron S/. 39 mil 527.  
En tanto, Restauración Nacional consigna que todo el 2012 y en el primer semestre del 2013 no recibió ni un solo sol en aportes.
Además de los aportes individuales, seis partidos indicaron que obtuvieron recursos a través de diversas actividades. Estos son el Apra (S/. 391,741.25); Acción Popular (S/. 13.924.50); Partido Nacionalista Peruano (S/. 11,277.50); Tierra y Dignidad (S/. 6,808.55); Somos Perú (S/. 100) y Fuerza Social (S/. 60).
Los aportantes de Tierra y Dignidad son Pedro Francke (S/. 3,000), Claudio Zapata Gonzales (S/. 3,100) y Carlos Monge (S/. 3 mil).