POR: UBALDO TEJADA GUERRERO
El Perú del siglo XXI, mantiene un fuerte grado de dependencia económica y
tecnológica de los países y empresas transnacionales, que trae condicionamientos
para que nuestra economía sea vulnerable a las relaciones económicas externas,
un comportamiento inestable en el sistema económico internacional, dependa de manera creciente de los recursos
financieros externos, especialmente de los préstamos y créditos.
Nuestra patria en lo económico, su sistema distributivo nacional, ha evolucionado,
condicionado y limitado por las decisiones que toman los grupos de poder
económico y financiero nacional, ligados o vinculados económicamente con los
grupos de poder fundamentalmente norteamericano.
La precarización del empleo en el Perú a nivel privado o público, proviene
de sus relaciones históricas de dependencia
al sistema capitalista mundial, vulnerable al proceso de desarrollo
impuesto desde el exterior, donde prima del “cholo barato” y la venta de
nuestros recursos naturales.
El control de las mentes colectivas a través del internet y la telefonía móvil,
son medio a través de los cuales los dominantes vigilan sistemáticamente a
través de sus servicios de inteligencia, abusando de la telecomunicación
moderna para espiar a la población y su comportamiento, tmabién podemos ver en
los medios de televisión abierta y de cable “talk show” o entretenimientos como
“combate”, donde las masas nunca aparecen como actores importantes, ni mucho
menos como luchadores sociales o grupos emergentes migrantes ya posesionados de
las grandes capitales como Lima o Trujillo.
En lo político, el Estado peruano ha evolucionado de acuerdo a la
concepción impuesta por los gobiernos de facto y/o constitucionales, motivados
por los intereses de los grupos de poder económico y financiero, quienes han
terminado por convertir a nuestra república, en un sistema deficiente y burocrático
adicto a la clientela partidaria y la corrupción institucional; sobre todo, lo
han puesto de espaldas al proceso de cambio socio-económico, soberano e
independiente, imposibilitándola a que cumpla su función para reordenar y planificar
nuestra sociedad.
En conclusión nuestra Patria real, cada día está mas lejos del Perú
oficial, las dinámicas impuestas desde otras economías, han ido creando en la
república peruana, condiciones desfavorables, que han repercutido negativamente
en el actual crecimiento económico neoliberal, llena de cifras macroeconómicas
para hacer mas ricos a los ricos, configurando y estructurado una realidad socio-política e institucionalmente
débil, adicta a la corrupción institucionalizada, donde el narcotráfico ha
comenzado a pisar el Estado.
De mantenerse esta crítica situación, en un futuro cercano, se llegará a
consecuencias lamentables e imprevisibles en los campos políticos y sociales,
de las instituciones más visibles del Estado: Tribunal Constitucional, Consejo
Nacional de la Magistratura, gobierno nacional, regional y local.
En víspera de las elecciones 2014-2016, es urgente que los candidatos nos
planteen una nueva estrategia de desarrollo nacional, que tenga como propósito
fundamental orientar e impulsar el proceso de industrialización en el Perú, en
el contexto de una reestructuración de la economía nacional.
Diseñar y aplicar un modelo de desarrollo industrial en el marco de una
estrategia de desarrollo nacional, es una imperiosa necesidad, no sólo para
superar las deficiencias estructurales y las crisis cíclicas, cuya situación
nos está llevando de regreso a 1,900, donde somos un país desigual, con un
desbalance social, económico e institucional cuyos indicadores gravitan en:
injusticia social, inseguridad ciudadana, narcotráfico y corrupción
institucional, que comienzan a tocar el propio Estado y nuestra patria rematada
al postor transnacional.
Necesitamos hoy en forma urgente, una regeneración moral, superar la
desigualdad distributiva de los ingresos, la pauperización progresiva, y la
marginalidad de las etnias serranas y selváticas.
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