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lunes, 31 de enero de 2011

ESPERANZA EN LÍDERES REGIONALES

La esperanza está más en los liderazgos regionales que en los liderazgos nacionales
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Director: César Lévano
FECHA: Lima 31 de Enero del 2011 - AÑO: V –
Edición: 002138

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Carlos Iván Degregori, antropólogo, investigador del Instituto de Estudios peruanos (IEP) y ex miembro de la Comisión de la Verdad, que el pasado 18 de enero del 2,011, recibió la Medalla de Lima por su contribución al país, analiza la campaña electoral y las posibilidades de los candidatos. Habla de Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Keiko Fujimori y Luis Castañeda. También examina la crisis en el Partido Aprista y sus consecuencias en el futuro del APRA y de sus principales protagonistas.
1) Para el entrevistado, Ollanta puede pelear la entrada a la segunda vuelta y Toledo puede consolidarse y dispararse. (2) Carlos Iván Degregori cree que será difícil salir del modelo neoliberal. (3) Castañeda es el más débil y Keiko representa el autoritarismo
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-El triunfo de Jorge del Castillo en el Apra, al lograr imponer su candidatura al Congreso a costa de la renuncia de la candidata presidencial aprista, ¿refuerza la imagen del Apra como un partido asociado a la corrupción?
-Sí, se refuerza esa imagen. Esto demuestra que no hay en el Apra el ala sana y el ala corrupta, sino que, en mayor o menor medida, todos, o casi todos, han entrado a este juego de la corrupción. Unos a la gran corrupción, como Jorge del Castillo, y ahí están los petroaudios; otros a la mediana corrupción, como, por ejemplo, vender terrenos o tener universidades como Alas Peruanas, y ahí están, entre otros, Omar Quesada, Carlos Arana, Edgar Núñez, Aurelio Pastor; y otros a la pequeña corrupción, donde están el “comepollo” y la no sé cuantos, que eran congresistas apristas o comprados por el Apra para tener sus votos en el Congreso.
-¿Cree que el veto de Mercedes Aráoz a Del Castillo tuvo que ver con un deslinde principista con la corrupción en el Apra, o fue un fallido intento de impulsar su candidatura distanciándose de alguien identificado con la corrupción?
-No veo una posición principista ni ética en la actitud de Mercedes Aráoz en este tema. Es inconcebible pensar que Del Castillo sea el único en el Apra vinculado con la corrupción. Muchos tienen rabo de paja. La corrupción atraviesa la mayor parte del Partido Aprista.
-¿El desprestigio por los escándalos de corrupción y las divisiones internas han llevado al Apra a su peor crisis?
-Esta es la peor crisis del Apra que yo recuerde. Una crisis que podría ser similar es la 1980, con la escisión de Townsend, pero en esa ocasión el Apra tenía mayor vitalidad que ahora. En ese sentido, la crisis de ahora es peor que la de 1980. Esta crisis deja al Apra hecha añicos, pero así es como la quería Alan García…
-¿García provocó esta crisis para regresar a la dirección del Apra como su salvador?
-Alan no soportaba la idea de tener alguien que le haga sombra y el único que podía hacerle sombra era Jorge del Castillo…
-Pero Del Castillo ha ganado en su disputa con Mercedes Aráoz y ese es un desenlace que no le convenía a García si quería deshacerse de él.
-Pero ese triunfo de Jorge del Castillo es un triunfo en el aparato del Partido Aprista, que es un aparato partidario que está debilitado. Alan García gana porque se transmite la imagen que sin él el Apra va a la deriva. Luego de esto, García va a reagrupar a la gente del partido detrás de él. La de Jorge del Castillo es una victoria pírrica. A todos se les ha pasado la mano en este asunto, incluyendo a García, pero de todos, el que queda peor para el futuro es Del Castillo.
-¿Esta crisis puede terminar en una división del Apra luego de las elecciones?
-Si esto se arregla y siguen adelante como si nada, sería como las familias mafiosas, donde todos están por sus intereses personales. La otra posibilidad, que se quiebre el Apra, es desastrosa para Del Castillo, que tiene a la mayoría de la dirección del partido en su contra. No creo que haya una división del Apra en dos partes significativas, sino que habrá una parte minúscula de los que quedarán fuera, y ahí va a estar Del Castillo.
-¿Cómo cree que le vaya al Apra en las elecciones parlamentarias?
-Creo que va a pasar la valla electoral del cinco por ciento, pero no va a llegar al diez por ciento. Si el Apra llega a dos dígitos será un milagro de la patrona de Alí Babá y los 40 ladrones.
-¿Qué tanto una debacle electoral aprista debilita las posibilidades de Alan García para el 2016?
-Depende de quién gane la elección presidencial. Si gana Castañeda, que siempre fue el engreído de García, es algo que favorece a García para regresar el 2016. Como segunda opción, a García también lo favorece un triunfo de Keiko Fujimori, por toda la corrupción que ella trae.
-¿Se ha impuesto en el país un discurso único que pone al modelo neoliberal como alternativa excluyente? ¿Cómo influirá eso en las elecciones?
-El Perú es un caso extremo. Aquí el triunfo del neoliberalismo duro, tipo Consenso de Washington, que ya está obsoleto, ha sido muy fuerte. No es lo mismo en otros países de la región. En eso ha jugado un papel importante el gobierno de García. Esto ocurre porque en el Perú la izquierda se destruyó, se suicidó, antes de que venga el modelo neoliberal. Los poderes fácticos, como los empresarios, buena parte de los medios de comunicación, ciertos sectores de la Iglesia tipo Cipriani, han jugado muy bien para imponer el modelo neoliberal, mientras que muchas veces los que no estamos a favor de este modelo nos hemos enredado en peleas menores. Pero la gente cada vez quiere más una relación diferente entre Estado, sociedad civil y mercado. Algo de eso hemos atisbado en las elecciones municipales de Lima con el triunfo de Susana Villarán.
-¿En las próximas elecciones, Ollanta Humala representa la ruptura con el modelo neoliberal?
-Si Ollanta Humala avanza, va a ser sólo un paso para salir del modelo neoliberal. Se requiere una revolución cultural. Va a tener que haber todo un cambio a nivel educativo, de medios. Si Humala no avanza lo suficiente, va a quedar un bolsón que va a votar por el mal menor.
-¿Ollanta Humala es el único candidato que propone una alternativa de cambio?
-Sí, todavía lo es, a pesar que ha querido correrse lo más posible al centro...
-¿Y eso lo debilita o lo favorece?
-Las dos cosas. Lo debilita con una antigua base social que sigue siendo radical y que preferiría que Ollanta siga siendo el de antes, y lo fortalece en la medida que el espacio de centroizquierda y de izquierda no tan radical está vacío, y lo está por el error de Fuerza Social.
-¿La alianza de Ollanta Humala con grupos de izquierda y movimientos regionales lo fortalece respecto al Humala del 2006?
-Sí, de hecho que lo fortalece. Ahora está haciendo las cosas más ordenadamente y está mejor posicionado que el 2006…
-¿Entonces, por qué en las encuestas está muy por debajo del apoyo que tuvo el 2006?
-Porque el 2006 tuvo el factor de la sorpresa del outsider. En segundo lugar, porque entonces el país no había crecido lo que ha crecido estos años. Con todas las injusticias y desigualdades que reconocemos en este modelo, el país ha cambiado y Ollanta Humala tiene que hablarle a otro país. Tercero, porque la campaña periodística de satanización contra Humala ha sido muy eficaz. Y Humala ha cometido errores, incluso después de las elecciones del 2006.
-¿Cuáles han sido sus mayores errores?
-Si Ollanta tiene un defecto grande, es no haber podido construir un partido en estos años.
-¿Le ve posibilidades?
-Creo que puede subir y entrar a pelear para pasar a la segunda vuelta. Para eso tiene que recuperar ese voto que se diluyó por errores propios y por la satanización de los medios.
-¿Cómo entender que Toledo, que fue un presidente que llegó a tener menos de diez por ciento de aprobación, ahora encabece las encuestas?
-Es bien difícil entenderlo. Creo que en parte esa baja aceptación tuvo que ver con una mezcla de pequeña corrupción y racismo. A favor de Toledo está la modestia de los otros candidatos. Y ha hecho buenas movidas, como que no aparezca mucho Eliane, que no aparezcan Olivera o sus parientes. Se ha quitado espinas que tenía y que le hacían perder puntos. Vuelve con el prestigio de que estuvo cinco años fuera del país, enseñando aquí y allá. Toledo tiene un tipo de alegría que encaja con los sectores populares. Puede consolidarse y dispararse.
-¿La comparación con el gobierno de García en temas como corrupción favorece a Toledo?
-Creo que sí. En esa comparación Toledo queda bien parado, lo que no quiere decir que en su gobierno no haya habido corrupción.
-¿El apoyo que tiene Keiko Fujimori revela que a un importante sector del electorado no le preocupa la corrupción?
-Sí, así es, y yo añadiría que en cierta medida eso también se refleja en parte de la votación por Castañeda. Todavía hay una fuerte condescendencia con la corrupción, hay un sector importante que se ubica en ese concepto de ‘roba pero hace obra’, pero creo que ese sector se va debilitando lentamente y la valla a la corrupción va subiendo. Creo que cada vez hay más conciencia sobre la corrupción y más control ciudadano, y la ciudadanía se viene desplazando del polo clientelista al polo ciudadano.
-¿Keiko Fujimori representa una amenaza para el sistema democrático?
-Yo no creo que ella gane, pero su triunfo sería una agudización de una democracia de baja intensidad. No creo que Keiko esté para dar otro autogolpe o indultar el próximo año a su papá, pero sí para favorecer la impunidad en violaciones a los derechos humanos. Ella ofrece mano dura, dice que va a restaurar la pena de muerte, y cuando lo hace pone su cara de máscara japonesa, muy feroz. El suyo sería un gobierno de mano dura, con criminalización de la protesta social. Se acercaría mucho más a un polo autoritario.
-¿Coincide con quienes dicen que Castañeda se va a caer?
-Castañeda no ha aprendido nada, tan es así que dice que va a hacer en el Perú lo mismo que ha hecho en Lima, y no se puede hacer en el Perú, que es tan diverso y distinto a Lima, lo mismo que en Lima. De los que están arriba, Castañeda es el que más fácilmente se puede caer. Creo que en eso coinciden todos. Es el más débil. No lo veo con la fuerza de un candidato.
-¿Cuál de los candidatos tiene un mayor compromiso con el tema de derechos humanos y el cumplimiento de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad?
-Toledo y Humala.
-¿El tema de la exclusión social tiene la presencia que debe tener en la campaña electoral?
-El ansia de reconocimiento de la gente es enorme y si el tema de la exclusión y de la desigualdad es dejado de lado, no se trabaja con seriedad, eso se va a pagar. Ahora se está tomando más en serio que antes, pero no lo suficiente.
-¿Qué candidato está abordando este tema con más seriedad?
-Ollanta Humala es el que mejor está planteando este tema de la exclusión y la desigualdad. En este tema su plan de gobierno se distingue sobre los otros, pero todavía le falta traducir eso a la campaña electoral, ponerlo en frases contundentes que en pocas palabras transmitan una idea, para que el votante lo note claramente.
-Hay una crisis en el APRA y también en el PPC, y tenemos candidaturas basadas en personas antes que en organizaciones partidarias. ¿En las próximas elecciones se va a profundizar la crisis de los partidos políticos?
-Creo que sí. No ha habido una construcción partidaria y, efectivamente, volvemos a votar por personas, y en muchos casos por el mal menor, que es nuestra desgracia. La esperanza está más en los liderazgos regionales que en los liderazgos nacionales. El gran problema es si el liderazgo regional puede dar el salto para convertirse en un liderazgo nacional para el 2016.
-¿Hay responsabilidad de los intelectuales en esta crisis política?
-También hay una crisis de los intelectuales. Hay un desencanto de la mayoría de intelectuales con la política. Ahora no se encuentran intelectuales orgánicos. Este repliegue de los intelectuales ahonda la crisis política del país. Se ha acentuado demasiado el lado tecnocrático y se ha perdido la visión más integral del país que aportaban los intelectuales. Eso es responsabilidad de los intelectuales.
-¿Cómo ve las listas parlamentarias?
-Veo las cosas muy mal. La lista de Cambio Radical, por ejemplo, es una caricatura, un concentrado del lado irresponsable de cómo entender la política y el Congreso. El Parlamento corre el riesgo de ser igual o peor que el actual. Tal vez la mejor de todas las listas parlamentarias sea la de Ollanta Humala, aunque esperaba que la juventud tuviera más fuerza.

Entrevista:
Carlos Noriega